Revista Nueva Minería

“Se ha demostrado que la reutilización de neumáticos mineros, una vez procesados, son una buena alternativa como pavimentación, insumos de construcción, generación de energía, entre otros”.

Por Manuel Viera, presidente de la Cámara Minera de Chile
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Más allá del dolor de cabeza que puedan significar los neumáticos usados en general, en el sector minero el problema es aún mayor, no sólo por la cantidad, sino que también por el tamaño. De acuerdo a informes publicados, una flota de camiones en una faena de 100 maquinarias desecha cerca de 600 a 800 neumáticos al año, lo que equivale a 730 equipos y a 2.400 toneladas.

Esto no sólo significa un costo importante dentro de los presupuestos de operación, sino que también una complejidad para deshacerse de ellos una vez que han cumplido su vida útil. Pero, ¿de quién es la responsabilidad? En la minería, el total de estos neumáticos viejos pueden ser alrededor de 10.000 a 14.000 al año, lo que se transforma en un gran problema país, por las dimensiones. No debemos esperar que la solución caiga del cielo. Debemos atacarla de inmediato en base a la economía circular.

Se han tratado de levantar diversas iniciativas para su reciclaje, sin embargo, no han prosperado. Se ha demostrado que la reutilización de los neumáticos mineros, una vez procesados, son una buena alternativa como pavimentación, insumos de construcción, generación de energía, entre otros.

Hace años hubo una iniciativa con tecnología de punta, hecha a medida en fábricas italianas. En ese momento había escasez de caucho, e incluso de neumáticos, sin embargo, fue una inversión que fracasó. Es incomprensible que estas iniciativas no prosperen, sobre todo cuando se habla del cobre verde, del respeto al medio ambiente, siendo los neumáticos uno de los insumos más difíciles de eliminar.

Me parece que hay que poner en práctica la Ley que determina la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) y fomento al reciclaje. A lo que se suma la valorización de los neumáticos cuando quedan en desuso, algo que las grandes mineras están de acuerdo, ya que, de esta forma, se suman a bajar los impactos de la actividad al medio ambiente.

Al parecer, una vez más las soluciones pasan por el apoyo de los entes estatales mediante políticas públicas, por ejemplo, por medio de beneficios tributarios, ya que las iniciativas privadas no han podido mantenerse económicamente en el tiempo. Este es un serio problema país aún no atacado, mientras se siguen enterrando los neumáticos debajo de botaderos y almacenándose cerca de las faenas con una contaminación visual y con peligro de incendio.

¿Por qué las buenas ideas se retrasan? Allí está el problema. Chile espera soluciones de afuera y no apoya las ideas internas, que son muchas y buenas. Éstas chocan con la burocracia estatal y el débil apoyo. Las mineras saben que deben resolver el problema, pero iniciativas inconexas que meten burocracia al sistema van en sentido contrario, mientras sigue el problema vigente con el fantasma de la “amistocracia”.

A pesar de todo, soy optimista en que, tal vez, con nuevas tecnologías y las intenciones de la gran minería, esto pueda revertirse y lograr tener, al menos en el norte del país, una planta recicladora de neumáticos, la que a su vez pueda dar empleo y generar nuevos productos, agregando valor. Llamamos a las autoridades, a las mineras y a los proveedores a solucionar el problema a la brevedad por el bien de la minería y del planeta.