Mes de la minería, ¿se celebra este año?

17 agosto, 2020
Sergio Hernández_foto

“Abruptamente, nos hemos encontrado en los últimos 10 meses con dos nuevos desafíos de enorme magnitud: la crisis social y los efectos de la pandemia del Covid-19”.

Por Sergio Hernández, director ejecutivo de Aprimin
__________________________

Llegó agosto, un nuevo mes de la minería. Esta vez agosto nos encuentra en circunstancias distintas a las que teníamos, sin ir más lejos, hace sólo un año. La minería y sus proveedores tenemos cátedra en enfrentar y superar desafíos que aparecen frecuentemente. Entre los desafíos que hasta hace un año enfrentábamos están los permisos ambientales, la relación con la comunidad, el uso del agua, la profundidad de las minas, las menores leyes, la volatilidad de los precios, la justa distribución de la renta minera con el país y las regiones mineras, y los procesos de control de la transparencia, entre muchos otros retos.

Para resolver estos temas, de una u otra forma está presente el trabajo de las empresas proveedoras de bienes y servicios y los contratistas de obras, apoyando a las mineras con soluciones que nunca son las mismas, que exigen constante innovación. Éstos y otros desafíos eran completamente válidos hace un año, y ciertamente lo son aún hoy y lo serán en el futuro. Sin embargo, abruptamente, nos hemos encontrado en los últimos 10 meses con dos nuevos desafíos de enorme magnitud: la crisis social y los efectos de la pandemia del Covid-19.

¿Cómo enfrentan la minería y sus empresas proveedoras este escenario? En cuanto a la crisis social, es la minería y sus proveedores la principal actividad económica del país, con efectos positivos no sólo en el empleo e impactos integrales en esas localidades, sino también por la cobertura territorial y su importancia geopolítica. Si consideramos sus efectos en los sectores secundarios y terciarios de la economía, no hay otra actividad que la supere en el positivo impacto integral en beneficios. Estos impactos positivos son los que generan los más altos recursos al Estado para financiar los programas sociales, y serán los que aportarán en el futuro los mayores recursos para mejorar la calidad de vida de los sectores que más lo necesitan.

Además, la minería produce los metales que permitirán la descarbonización y la transformación por energías limpias en el mundo. Chile tiene abundancia de estos minerales. En otras palabras, sin la actividad minera no es posible que Chile responda a muchas legítimas demandas de los sectores más necesitados.

En cuanto a la crisis sanitaria, no hay otra actividad que esté aplicando los protocolos sanitarios más rigurosos que existen, más profundos que los que recomienda la OMS. Por ello, puedo asegurar que en las faenas es donde mejor están protegidos los trabajadores. La autoridad sanitaria tiene claro estas conclusiones y la importancia de la minería como actividad esencial para sostener al país, y es así como ha podido seguir operando. Además, las empresas mineras han donado equipos e insumos necesarios para mejorar la infraestructura hospitalaria, como el aporte de la Campaña Apoyo País Frente al Covid-19 de las empresas proveedoras asociadas a Aprimin.

Para enfrentar estas crisis, cierto es que el país razonablemente se endeudará, pero también necesita seguir recibiendo los recursos de la actividad minera para sostener los valores principales de la humanidad; la vida, la salud, el equilibrio social, el cuidado de la naturaleza, la calidad y esperanza de vida y la estabilidad. Entonces, ¿podemos celebrar el mes de la minería este año? Tal vez no, por el momento que estamos viviendo. Pero sí, celebremos, porque la capacidad de reacción y solución frente a los problemas que enfrenta la minería y sus proveedores, está intacta y con más fuerza que nunca.

Noticias Relacionadas