La oportunidad histórica

6 marzo, 2023
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Si la minería adopta una actitud proactiva, aún estamos a tiempo de competir y alcanzar un lugar destacado a nivel global.

Por Marcos Lima, profesor del departamento de ingeniería de minería 
Universidad Católica y socio de CIS Consultores.
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Periódicamente aparecen en la prensa noticias que reflejan el interés de la minería chilena en la descarbonización, a fin de dejar de contribuir a la destrucción de la biodiversidad y al cambio climático, las grandes amenazas que se ciernen sobre el planeta.

Entre estas iniciativas destacan: el anuncio de Codelco y su convenio con AES Andes para el suministro de 1.6 TWh/año de energía el 2026, garantizando un 70% de su consumo proveniente de fuentes renovables. También tenemos la publicación del libro Minería Verde para Enfrentar la Emergencia Climática (diciembre del 2022), con el apoyo del senado y la Fundación Encuentros del Futuro, en conjunto con Cesco y más de 150 profesionales y académicos.

Según un reciente artículo de The Economist, la carrera por el hidrógeno (H2V) se está calentando y 2023 será decisivo, concluyendo en “watch this gas”. En efecto, existen más de 600 proyectos para desarrollar electrolizadores, las grandes petroleras están interesadas en producirlo a partir de gas natural (hidrógeno azul), y con el “chorro” de recursos del gobierno de Estados Unidos, este país superará a Europa en la atracción de proyectos de hidrógeno, con inversiones en torno a los $100.000 millones para 2030. En síntesis, tal como dijimos hace un par de años, ésta es una “pelea de perros grandes”.

¿Podremos aprovechar nuestras ventajas comparativas de sol, viento y agua, para transformarnos en un actor relevante en esta carrera y producir hidrógeno verde?

Si la minería adopta una actitud proactiva, apoya las iniciativas en marcha, permite la utilización de sus instalaciones para pilotajes capacitando personal que entienda del tema y sepa manipular hidrógeno y, lo más importante, si abre su mercado que tiene tamaño y links de clase mundial, aún estamos a tiempo de competir y alcanzar un lugar destacado a nivel global.

La tarea no será sencilla. Las empresas mineras tienen niveles muy distintos de compromiso con estas iniciativas. Su foco es la descarbonización y no el uso de H2V, donde la parte difícil está asociada a la electromovilidad y el hidrógeno como combustible para disminuir las emisiones ligadas a los camiones mineros y otras fuentes, que representan en torno al 30% del total.

Las señales son claras. La minería se pone a la cabeza de los sectores económicos para abordar los desafíos de los tiempos. Si además el gobierno, aprovechando la discusión del royalty negocia con la industria y la compromete con una minería verde, podríamos disponer de otra fuente de riqueza que, sumada al cobre y el litio, nos lleven a ser un país desarrollado.

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