En el Día Mundial del Agua, hacer visible lo invisible

22 marzo, 2022
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Pese a su evidente importancia, persiste una brecha significativa al comparar la gestión de aguas subterráneas con las superficiales.

Por Hernán Alcayaga, Director Escuela de Obras Civiles
Universidad Diego Portales
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¿Qué significa para usted el agua? ¿Qué acciones personales puede implementar para protegerla y disminuir su huella hídrica? ¿Cómo podemos mejorar la educación en torno a las temáticas del agua? Estas y otras preguntas son material para reflexionar en una nueva conmemoración del Día Mundial del Agua, instaurado por la ONU para difundir y sensibilizar al público general sobre la gestión sustentable de los recursos hídricos. El lema escogido para el presente año es “haciendo visible lo invisible”, que se relaciona con la decisión de poner el foco en las aguas subterráneas.

Si se considera el agua dulce en estado líquido, las aguas subterráneas son la fuente más importante en términos de volumen, con más del 95%. Ellas dan sustento tanto a ecosistemas naturales como a las actividades humanas (productivas y sanitarias). Por su naturaleza, las aguas subterráneas son protegidas por el suelo, filtradas por el mismo, y representan un almacenamiento natural muy importante, en la mayoría de los casos entregando mayor seguridad hídrica que las aguas superficiales. Por ello, por siglos han sido una fuente relevante de abastecimiento para muchas civilizaciones, por lo que su gestión debe ser realizada con una perspectiva de sustentabilidad, evitando su sobreexplotación.

Pese a su evidente importancia, persiste una brecha significativa al comparar la gestión de aguas subterráneas con las superficiales. Las primeras, a diferencia de las últimas, no son susceptibles a ser monitoreadas en cantidad y calidad mediante el uso de satélites o drones, por lo que es necesario un trabajo in-situ que considere uso de métodos geofísicos o directamente sondajes. Lo anterior se dificulta aun más cuando se trata de acuíferos transfronterizos (recursos compartidos con más de un país). En el mundo existen alrededor de 470 acuíferos trasfronterizos: en Chile tenemos sistemas compartidos con Perú, Bolivia y Argentina.

En la última década se han realizado avances enormes en la incorporación y mejora de nuevas metodologías, asimilación de datos, modelos matemáticos y monitoreo de aguas subterráneas, que sin lugar a duda han sido un gran aporte a la mejora de su gestión. En Chile, la recientemente aprobada reforma al Código de Aguas reconoce el acceso al agua y al saneamiento como un Derecho Humano y un bien nacional de uso público, estratégico para el desarrollo del país, fundamental para la vida de las personas y la conservación de los ecosistemas. En lo que respecta a las aguas subterráneas, se fortalece el rol de la Dirección General de Aguas (DGA) en cuanto a sus atribuciones sancionatorias, se establecen normas de recarga de acuíferos y se mejora la transferencia de información desde los usuarios (titulares de Derechos de Aguas) hacia la misma DGA. No obstante, la gestión pública del agua en Chile se dificulta por la gran dispersión de instituciones con atribuciones sobre los recursos hídricos.

La demanda por la extracción de aguas subterráneas ha aumentado significativamente, al punto que en 2019 un 47% de los sectores hidrogeológicos de aprovechamiento estaban restringidos para constitución de nuevos Derechos de Agua (Mesa Nacional del Agua, 2020). Adicionalmente, los niveles de pozos han disminuido progresivamente desde el norte y hasta la Región del Maule, en particular en la Región Metropolitana, a causa de la baja en las precipitaciones (la llamada “megasequía”, sequía meteorológica prolongada que atravesamos) y la sobreexplotación (la extracción de agua es superior a la tasa de recarga de los acuíferos). Lo anterior está directamente ligado a que los derechos de aprovechamiento de aguas subterráneas fueron otorgados sobre la base de un balance hidrológico diferente al escenario actual, cuyos efectos se han hecho sentir en sectores urbanos, con un inminente peligro de racionamiento en el uso de agua potable, pero es en los sistemas de agua potable rural donde las consecuencias han sido más fuertes.

Así, al conmemorar un nuevo Día Mundial del Agua, debemos reflexionar sobre la suprema importancia del agua para nuestras vidas. Y también pensar en las aguas subterráneas que no vemos, pues el verdadero valor de las cosas no es siempre evidente; como dice El Principito de Saint-Exupéry, lo esencial es invisible a los ojos.

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