Elecciones y minería

15 noviembre, 2021
Columna de opinión - Alejandra Wood_foto

“La mayoría coincide en que la minería puede ser una plataforma para el desarrollo del país, aunque no se vislumbran propuestas concretas para implementarla”.

Por Alejandra Wood, directora ejecutiva de Cesco

Recientemente Cesco, Minnovex y las Universidades de Chile, Concepción, Católica del Norte y de Antofagasta, junto con la participación de la Corporación Alta Ley, organizamos un encuentro con representantes de las candidaturas presidenciales -al que sólo faltó un representante del candidato Parisi-. A esto se suma que ya se encuentran disponibles los programas de gobierno de éstos, donde en casi todos es posible encontrar una sección dedicada a esta industria.

Mientras existen algunos temas en común, se observa poca precisión en las propuestas. Por ejemplo, al ser consultados sobre la inversión del Estado en I+D+i, si bien la mayoría está de acuerdo, no se comprometen montos. Lo mismo frente a la pregunta en torno a la capitalización de Codelco. Asimismo, la mayoría coincide en que la minería puede ser una plataforma para el desarrollo del país, aunque no se vislumbran propuestas concretas para implementarla.

En lo personal quedé con gusto a poco. Además, preocupa la escasa mención que se hace a políticas para atraer la inversión. Justo este año celebramos el aniversario número cincuenta de la nacionalización de la gran minería del cobre. Luego de dicha política de Estado, se sentaron las bases para atraer y brindar certeza a la inversión, todo lo cual permitió que entre principios de los noventa y el año 2004, Chile prácticamente cuadruplicó su producción, llegando a 5,5 millones de toneladas.

Luego, a partir de 2004 y por una década, vino el superciclo de precios de los commodities. Nuestro país estuvo en una inmejorable posición en términos de volumen de producción para aprovechar los buenos precios. Junto a ello, mantuvo una rigurosa política fiscal que permitió ahorrar los importantes excedentes provenientes del metal rojo, lo que explica, en gran parte, más del 80% del crecimiento económico. El incremento en la producción y un ciclo tan largo de altísimos precios no volverán a repetirse en nuestra historia. Estamos ante un nuevo ciclo.

La mayor contribución que la minería puede hacer en las próximas décadas, más allá de seguir siendo un motor de crecimiento, radica en los esfuerzos globales en el combate al cambio climático, donde las economías necesitarán de nuestros minerales para bajar sus emisiones. Ahora bien, se trata de una minería que debe velar por su huella socioambiental, activa impulsora de la creación de capacidades locales y formas de relacionamiento necesarias para el crecimiento y desarrollo sostenible. Este contexto, sin duda, presenta enormes desafíos tanto para el Estado como para el sector, desafíos que no son fáciles de abordar y que requieren de colaboración.
Se echan de menos propuestas que vayan en ese sentido.

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