Desarrollo Energético Local, una oportunidad sostenible y participativa

26 octubre, 2020
Columna de opinión - Javier Piedra_foto

“Con una ciudadanía cada vez más empoderada y participativa, el desarrollo energético de una ciudad o una comunidad debe estar orientado según las necesidades de sus vecinas y vecinos”.

Por Javier Piedra, director ejecutivo ONG Fundación Energía para Todos
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En general, cuando se habla del gran desarrollo energético que ha tenido Chile en los últimos años, que es indiscutible, la mirada normalmente se centra en los grandes proyectos de energías renovables, ya sea de energía solar en el norte y centro del país, o en los grandes parques eólicos.

Si bien estos proyectos de gran escala son muy necesarios, y espero sigan avanzando con fuerza, existe otra dimensión del desarrollo energético que tiene que ver con incluir a las ciudades y comunidades, y con ello a la ciudadanía.

Proyectos energéticos a escala local, que inserten las energías renovables en la infraestructura pública, iniciativas de eficiencia energética que disminuyan los costos en pymes locales, o derechamente, empujar a la ciudadanía a generar su propia energía de manera limpia y comunitaria.

Estos ejemplos impulsan lo que llamamos Desarrollo Energético Local que, en palabras muy simples, es la implementación de soluciones vinculadas a la eficiencia energética y las energías renovables, que permiten un desarrollo local sostenible y bajo en carbono.

La gran gracia, bajo mí parecer que tiene el desarrollo energético local, además de la importante contribución en términos de cambio climático, es que puede resolver distintos problemas sociales, tales como, aumentar el acceso equitativo a servicios energéticos de alta calidad, como la calefacción o el agua caliente sanitaria; o disminuir la contaminación atmosférica en ciudades del centro y sur del país.

Sólo un par de datos: según la Red de Pobreza Energética, 2 de cada 3 viviendas en Chile presentan un gran déficit en su aislación térmica, o simplemente no tienen, o sea, que para mantener un confort térmico aceptable, las familias deben consumir mayor cantidad de energía, por tanto, mayor cantidad de recursos económicos. Y a esto se debe sumar que un 21% de las personas declaran que pasan frío en invierno. Entonces, problemas como éstos pueden ser resueltos, apuntando a fortalecer el desarrollo energético local.

Por otro lado, el desarrollo energético local ofrece la gran oportunidad de la participación ciudadana. Con una ciudadanía cada vez más empoderada y participativa, el desarrollo energético de una ciudad o una comunidad debe estar orientado según las necesidades de sus vecinas y vecinos, con su respectiva pertinencia territorial.
Actualmente, el Estado ha ido impulsando estas temáticas a través de programas, fondos concursables e instrumentos de gestión energética y ambiental, destacando las Estrategias Energéticas Locales y los Planes de Descontaminación Atmosféricas.

Pero estoy convencido que el gran desafío estatal está en definir los indicadores que como sociedad nos interese ir cumpliendo, que para este caso, van a ir más allá de establecer porcentajes de disminución de consumo energético o implementación de energías renovables. Esto tiene que ver con mejorar los índices de acceso, calidad y equidad de los servicios energéticos en la ciudadanía.

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