Superficies de cobre a bajo costo

26 octubre, 2020
Innovación (Ilustración: Fabián Rivas)

La iniciativa se basa en la configuración de hojas de cobre de sólo algunas decenas de micras de espesor, construidas a la medida para recubrir superficies seleccionadas, a las que se fijan mediante un adhesivo.

Por Camila Morales
Revista NME
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En tiempos de pandemia, es de público conocimiento las propiedades antimicrobianas del cobre. Diversas son las iniciativas que tienen como protagonista al metal rojo para dar vida a un proyecto que se transforme en un aliado para aminorar los contagios por el Covid-19.

Es una estrategia emergente para mejorar la bioseguridad del ambiente en clínicas y hospitales, por medio del uso de materiales autodesinfectantes, entre los que destaca el cobre, de eficacia respaldada. Bajo esta premisa, Cunov desarrolló la primera intervención sanitaria basada en finos revestimientos de cobre de alta pureza (99,9%), para ser instalados sobre superficies seleccionadas del entorno de los pacientes vulnerables.

El producto ofrece un servicio de diseño, manufactura, instalación y mantención de una configuración de hojas de cobre de sólo algunas decenas de micras de espesor, construidas a la medida para recubrir superficies, a las que se fijan mediante un adhesivo sensible a la presión dispuesto sobre el reverso de la lámina.

Víctor Pineda, socio de Cunov, explica que los revestimientos se manufacturan para superficies específicas, seleccionadas entre las más cercanas a los pacientes, las que entran en contacto directo con su piel, las tocadas con mayor frecuencia, como pomos, manillas y placas de accionamiento de puertas, barandas de camas, veladores y mesas.

“La técnica hace factible y sencilla la utilización de superficies de cobre antimicrobiano, reduciendo drásticamente la carga microbiana del ambiente, e impide la colonización de agentes multirresistentes, como también la formación de biofilms”, señala Víctor Pineda, quien agrega que las láminas “complementan a las medidas de higiene personal y ambiental existentes. Aplicadas en conjunto, previenen de manera más eficaz la diseminación de microorganismos por transmisión cruzada”.

Bajo costo como ventaja

Una de las principales virtudes de estos revestimientos de cobre es su bajo costo, transformándose en una alternativa para reducir el riesgo de infecciones e incrementar la seguridad en la atención de salud. Sumado a ello, su flexibilidad y la rapidez con la que se implementa, son otros de sus puntos a favor a destacar.

“Estas características son el resultado de una forma de retrofitting, que consiste en reutilizar la infraestructura, mobiliario e instrumental existente para, al revestirla con cobre, dotarla de capacidades antimicrobianas, sin tener que cambiarla”, comenta Víctor Pineda.

Con estas características como respaldo, quienes forman parte de esta innovación estiman positivas proyecciones para el producto. Porque pese a que fue desarrollado para un nicho específico, el de los prestadores de atención de salud, su potencial es grande.

Así lo asegura el socio de Cunov, quien comenta que mientras se hacía el lento camino de penetrar el nicho original, “que si bien tiene grandes recompensas, tiene también altas barreras de entrada”, las características de la actual pandemia aceleraron otros usos y aplicaciones que hasta entonces habían sido esporádicas.

“Nuestra proyección es que esta intervención sanitaria es una solución rápida y efectiva que se irá imponiendo gradualmente en el sector de hospitales y clínicas, a medida que éstos retomen su habitualidad después de la pandemia y deban prepararse para enfrentar en el futuro el Covid-19 como una enfermedad endémica, así como para otras amenazas similares”, dice Pineda.

De esta forma, la crisis sanitaria abrió una oportunidad para reforzar la contención de la infección comunitaria, extendiendo la tecnología Cunov a residencias de adultos mayores, casas de acogida, oficinas y otros ambientes laborales, además lugares de atención a público y centros comunitarios.

No obstante, existen ciertas trabas a la hora de proyectar la masificación del producto. Víctor Pineda señala que las complicaciones “tienen que ver con esta aproximación caso a caso, que pueden hacer una venta lenta y costosa. La situación continuará así hasta que la incorporación de superficies de cobre sea parte de la normativa a nivel central, como ya está ocurriendo en otros países”.

Pese a los desafíos futuros, quienes están detrás de esta iniciativa confían en su potencial. “En el proceso de materializar el producto, desde tempranas fases de su desarrollo, hasta la llegada a distribuidores y clientes finales, el equipo le ha agregado valor a la idea original, transformándola en una robusta línea de negocio que está y va a seguir creciendo”, concluye el representante de Cunov.

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