Sobre cambio climático y social

20 diciembre, 2019
EY - Elanne Almeida

“Este modelo que ha generado el calentamiento global es el mismo modelo que ha ocasionado las protestas sociales que observamos en Chile (…). El cambio que se necesita no sólo tiene que apuntar a reducir las emisiones de GEI, sino que debe generar un modelo económico y social más justo para todos, incluyendo el planeta”.

Por Elanne Almeida, socia de Gobierno Corporativo y Sostenibilidad de EY
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Hace un año, cuando Chile se ofreció para liderar la COP, tras la renuncia de Brasil como sede, se habló del liderazgo regional que obtendríamos y de ser ésta una oportunidad para que los países pequeños pudieran impulsar la agenda climática. Los meses siguientes fueron de esfuerzos inéditos por parte del gobierno, mundo privado, científico y academia, para recopilar datos, presentar propuestas y responder al llamado global a la acción.

En el sector minero, más que nunca se reconoció el rol del país en entregar al mundo más cobre, litio y metales indispensables para la mitigación del cambio climático. Las mineras asumen un rol activo en la medición de su huella de carbono, en la búsqueda de medidas de eficiencia energética, en los primeros pasos en electromovilidad y en la sustitución de combustibles fósiles por fuentes más limpias.

A fines de octubre el sueño de realizar COP se terminó por el estallido social, provocando que retornara a Europa. No cuestiono los motivos, y aún menos, la necesidad de darle la máxima prioridad a los asuntos internos. Como profesional en el área de la Sostenibilidad, sí lamento profundamente la pérdida del espacio para la discusión que se generaría en Chile en un escenario post-COP. El nivel de las conversaciones que he visto en los últimos meses, el compromiso con la agenda climática y la seriedad de las propuestas que se han diseñado; fue alentador y contagioso.

Volvamos a diciembre 2019. Los discursos de inauguración de la COP25 han marcado tonos y compases distintos para lo que debería sonar como una sinfonía. Por un lado, la ministra Schmidt dijo que los que se nieguen a ajustarse a las crecientes temperaturas del planeta “quedarán en el lado equivocado de la historia”. Hoesung Lee, presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, afirmó que “no estamos haciendo lo suficiente para combatir esta crisis; ni nos acercamos”. Por lo que quedarse en el lado equivocado de la historia es un precio pequeño que pagar por tamaña omisión. Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, declaró que “lo que falta es voluntad política”.

Sí, voluntad política es necesaria, pero no suficiente. Según Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, los países en desarrollo necesitan un financiamiento de al menos US$ 100 mil millones anuales para la mitigación y adaptación al cambio climático.

Los gobiernos deben entender que la manera en que medimos hoy la salud de una nación -a través del PIB- no es más que una medida de la salud financiera; sin embargo, es un modelo que deja de lado aspectos ambientales y sociales que ya no se pueden ignorar y dejar sin evaluar.

Las empresas deben comprender que el modelo de producción y ganancia actual no es compatible con las reducciones requeridas en las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI). Y la sociedad debe comprender que nuestros hábitos de consumo y estilo de vida generan tanto desperdicio que amenazan nuestra existencia.

Este modelo que ha generado el calentamiento global es el mismo modelo que ha ocasionado las protestas sociales que observamos en Chile y las desigualdades que se observan en el mundo. El cambio que se necesita no sólo tiene que apuntar a reducir las emisiones de GEI, sino que debe generar un modelo económico y social más justo para todos, incluyendo el planeta.

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