Se requieren más y modernas fundiciones en Chile
Es indispensable que la tecnología que se aplique sea de primer nivel, que permita fundir más mineral y con costos más bajos, que lleven a un nivel de competitividad comparable al de los países líderes en la materia.
Por Miguel Zauschkevich Domeyko, presidente Cámara Minera de Chile.
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En julio pasado, el Ministerio de Minería manifestó la intención de aumentar la capacidad de las fundiciones de cobre del país, a través de un plan que hizo llegar al Congreso Nacional.
La estrategia nacional para el fortalecimiento de la capacidad de fundición y refinería, que tiene como objetivo una mayor fundición local, busca reducir los residuos involucrados en la exportación de concentrados y mejoraría la trazabilidad. Es importante destacar que la última fundición que se construyó en Chile fue en 1993, hace 30 años.
Según el Informe “Mercado de Fundiciones Actualización 2022”, realizado por Cochilco, Chile es actualmente el principal productor de cobre del mundo, donde el 50% de sus exportaciones mineras corresponden a concentrados, y se espera que en la próxima década dicho valor aumente hasta un 70% de participación. Por otra parte, la producción restante corresponde a cobre refinado, generado mayormente en la industria de fundiciones.
El informe indica que las fundiciones chilenas son de baja competitividad, antiguas en tecnología y en su mayoría se ubican en el cuarto cuartil superior de costos. Un porcentaje de la producción de concentrados tiene un alto contenido de arsénico y otros elementos contaminantes (~6% del volumen actual), los que son más difíciles de comercializar, aunque se han desarrollado tecnologías ad-hoc para su tratamiento.
Según el análisis económico de la Cepal, sobre las cadenas globales de valor y suministro de cobre refinado en países de América Latina, el cobre de mina producido en el continente aumentó del 24,1% del total mundial en 1990 al 43,8% en 2020; sin embargo, la capacidad de fusión y refinación se redujo del 21,9% al 11,2% en el período, dejándole la principal capacidad de fusión y refinación a la China y otros países de Asia.
Como se ha señalado por otros gremios, la Cámara Minera de Chile está disponible para apoyar la acción del Estado tendiente a catalizar un mayor procesamiento de concentrados en el país.
Respecto de las fundiciones existentes, se pueden mejorar con una mejor gestión, con un fuerte impulso en I+D+i, y con un aumento en la capacidad global, minimizando las emisiones mediante una adecuada reingeniería.
Por su parte, las nuevas fundiciones deberían ser desarrolladas por inversionistas privados, con una fuerte y decidida acción gubernamental, lo que puede lograrse reduciendo incertezas y compartiendo riesgos con los privados, en su calidad de socios minoritarios; proponemos efectuar licitaciones, en que se pregunte a los privados qué concepto de negocios proponen, cuál sería su aporte tecnológico y de gestión, y qué porcentaje de la propiedad plantean obtener. Junto con ello, será indispensable agilizar los plazos de la “permisología”; y negociar con productores primarios para asegurar el volumen de materia prima necesario, entre otras iniciativas factibles.
