Flotación y sus retos: Innovación como la llave maestra

18 octubre, 2019
Innovación - seguridad ( Fabián Rivas)

Los expertos y profesionales del área de la flotación indican que éste continúa siendo un campo de investigación en desarrollo, ya que, pese al avance de nuevos métodos, siguen existiendo desafíos en la materia.

Por Eric Rivera, desde Viña del Mar
Revista Nueva Minería y Energía
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La innovación, arista indispensable para industrias más sustentables, es un proceso complejo, donde no basta con desarrollar un invento, sino también cambiar creencias arraigadas, en especial en una actividad reacia al cambio como es la minería.

Los avances tecnológicos para optimizar procesos como la flotación, tienen luces y sombras, pues si bien han existido resultados prometedores, también han ocurrido frustraciones al no lograrse lo esperado.

Es por eso que las condicionantes para un óptimo desarrollo en innovación estuvieron al centro del debate en el XII Congreso de Flotación, Flotamin, actividad que congregó a especialistas y supervisores de operación y mantenimiento de estos procesos.

En la discusión, el doctor en geociencia de la Universidad de Chile, Gonzalo Montes, señaló que toda automatización implica previamente conocer muy bien el proceso, arista que sigue pendiente. “La flotación aún es campo de investigación, pues siguen existiendo problemas sin solución. Faltan mediciones, como por ejemplo el grado de hidrofobicidad, y otras que existen han generado una falsa idea de que la medición es una etapa lograda en el tratamiento”, argumentó.

Si bien la inteligencia artificial puede manejar las múltiples mediciones que hoy se recogen desde una planta, a su juicio, una red neuronal estructurada sobre ellas “aprendería mucho del pasado, lo que no es necesariamente lo óptimo, pues se trata de algo que ya fue”, acotando que algunas tecnologías promisorias han acarreado frustraciones.

Aspectos como el nivel de la pulpa, la cantidad de agua en la espuma, el tamaño de la burbuja, la dispersión de aire en la celda, la dosificación del reactivo NaSH, la fracción de N precipitado y otros, aún esconden enigmas.

“Debemos abrir puertas a los estudiantes para que critiquen lo hecho, pues lo que contienen los libros no funciona a ojos cerrados. Hay paradigmas, como que la remolienda limpia la superficie del mineral o que el tiempo de residencia debe ser mayor, pero no hay mediciones de si eso es así y cuánto es así”, sostuvo Gonzalo Montes.

Por ello, el experto afirma que cada innovación es relevante, sea o no disruptiva, y que se deben revisitar las bases de los procedimientos y protocolos, además de cuidar y mantener bien la red de sensores de la planta. “Hay mucho por pensar y hacer, y algo clave; hay que pensar en grande”, enfatizó.

Adaptación al cambio

Otra forma de innovar es descubriendo aplicaciones y oportunidades en coyunturas aparentemente desfavorables. Es el caso del proyecto Biocobre de la empresa Pucobre, que busca aprovechar la creciente capacidad ociosa de las plantas SX-EW derivada del agotamiento de los óxidos, para aplicar a los sulfuros un proceso a base de bacterias y aglomeración con polipropileno triturado procedente de sacos descartados por la construcción, como matriz soporte para la aglomeración.

La gerente de Proyectos de Pucobre, Patricia Dauelsberg, explicó que este proceso es apropiado para tratar concentrados sucios (con arsénico, mercurio, cadmio) y limpios de flotación ácida. Fue probado en concentrados calcopiríticos, mixtos y enargíticos, logrando recuperaciones superiores al 90%. Actualmente se aplica en 330 toneladas de sulfuros altos en arsénico (7ppm) y ya se han producido 80 toneladas de cátodos en la planta Biocobre de la empresa.

La tecnología fue creada en la década pasada, se encuentra patentada y madura, lo que permite aplicarla a la flotación de concentrados sucios y evitar el proceso de fundición, siendo su costo un 25% menor que el promedio de fundiciones de Asia.

“Las reglas de la OCDE exigen reducir emisiones contaminantes y eso hará cerrar fundiciones. Este proceso es una forma verde de reemplazarlas, y se basa en la economía circular, pues recicla plásticos que junto a los micro-organismos y el concentrado, alimentan la pila con la tecnología Biocobre”, explicó Dauelsberg.

Cabe destacar que junto con aprovechar las plantas SX-EW, el proceso recupera subproductos como plata, oro y molibdeno. Se estima que a partir del 2027 la capacidad ociosa de plantas SX-EW llegará a 1,2 millones de toneladas por el agotamiento de los minerales oxidados de cobre, lo cual abre una oportunidad para esta tecnología de recuperación de cobre usando bacterias. El proceso Biocobre al validarse en ambiente real (planta) clasifica en los niveles superiores de la escala TRL, que mide en nueve pasos el grado de alistamiento y disponibilidad de toda nueva tecnología.

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