Exploración en Chile: Por un ecosistema diverso y ágil

8 junio, 2023
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Si bien la incertidumbre política y las restricciones económicas están impactando en la inversión de proyectos de exploración, llegó el momento de empezar a disolver las barreras que enfrentan las empresas juniors.

Por Marina Parisi
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Cuando la australiana 29Metals limited inició la exploración de su proyecto polimetálico Redhill en la Región de Magallanes, sabía que enfrentaría grandes obstáculos.

“La logística ha sido nuestro principal desafío”, asevera Walter Muehlebach, CEO de Redhill. “Dada la ubicación remota del yacimiento, el acceso está limitado al aire (helicóptero) y al mar, lo que complejiza el transporte de personas, equipos y suministros. El clima tampoco ha ayudado. Las condiciones van desde una lluvia siempre presente hasta tormentas, limitando las campañas a una ventana de seis meses”.

Pese a todo la junior está satisfecha con los resultados de las exploraciones de campo. En 2022 las muestras de roca arrojaron cobre de alta ley y una elevada mineralización de metales preciosos con hasta 12,4% Cu; 3,0 g/t Au; y 246 g/t Ag, incluyendo vetas polimetálicas mesotérmicas de cuarzo-sulfuro (estilo Cutters); minas VHMS (de origen volcánico-exhalativo); y yacimientos de oro orogénico y epitermal. El proyecto Redhill, que comprende la mina Cutters Cove, hoy presenta un recurso mineral estimado en 4,3 MT.

Lo cierto es que la minera australiana tendrá que esperar mucho tiempo antes de obtener beneficios económicos, y Muehlebach lo sabe mejor que nadie. “Se requiere de un largo período de inversión en exploración para descubrir y definir un recurso mineral, seguido de una fase de obtención de permisos y desarrollo, que generalmente toma años sino décadas, para finalmente comenzar a ver ingresos”.

¿Es esta elevada inversión inicial lo que hoy explica la baja actividad exploratoria en Chile?

Más presupuesto

Según un informe de Cochilco (Comisión Chilena del Cobre), en 2022 el presupuesto para exploración minera en nuestro país se empinó en US$713 millones, lo que representó un alza del 30% frente al 2021.

Sin embargo, “2021 marca la reapertura de los mercados internacionales y la recuperación post-pandemia”, advierte Emilio Castillo, profesor del Departamento de Ingeniería de Minas de la Universidad de Chile. “En ese contexto, los precios de los principales minerales repuntaron, generando mayor interés por la exploración. La inversión en exploración en América Latina aumentó un 23% y Chile creció más que el resto, con gran interés en la exploración de yacimientos ya existentes (brownfield)”.

Con todo, el presupuesto para exploración minera en nuestro país debería ser aún mayor, sentencia Felipe Mathews, vicepresidente del Colegio de Geólogos de Chile. “Ello considerando la inmadurez en la exploración greenfield de la mediana minería y en la profundización de los proyectos majors, que siguen creciendo en profundidad. La inversión en Chile debería ser similar a lo que inyecta Australia, Canadá y Estados Unidos”.

Mayor participación de juniors

Con inquietud Castillo alerta sobre la baja participación de las empresas junior en la escena nacional, “representando un 10-20%, lo que contrasta con la media internacional del 40-50%. El dominio de las empresas major debe preocuparnos y se explica principalmente por cómo la legislación y el sistema de propiedad minera actúan como una barrera para que las compañías juniors puedan acceder realizando trabajos de exploración, como sí ocurre en otros países”.
“El actual sistema y el proceso de concesiones ha pasado a ser desde una virtud (porque en un inicio impulsó efectivamente a la minería), a una limitante para generar hoy nuevos focos de desarrollo minero y requiere amplios consensos políticos para su actualización”, recalca el académico.

Mathews coincide aqregando que “un tema crucial es la cantidad de trámites que se deben realizar para obtener permisos al momento de desarrollar un nuevo proyecto, haciéndose muy extensos en plazos y con incertidumbre respecto de sus resultados”.

Justo en este punto Walter Muehlebach, CEO de Redhill reaparece en el debate y plantea que “cuanto mayor sea el nivel de claridad sobre los criterios de autorización y mayor sea la certeza sobre la propiedad y el régimen fiscal, mayor será la confianza de las empresas para realizar una inversión de este tipo, donde un capital crítico está expuesto durante un largo período de tiempo”.

Incertidumbre política

Para Mathews hay otro importante factor que impacta en la decisión exploratoria de invertir: la confianza en la estabilidad fiscal y la relación con las comunidades.

Respecto de la confianza en la estabilidad del Estado, el geólogo sostiene que “en Chile hoy se está viviendo un período de incertidumbre en cuanto a nacionalizar algunos recursos naturales. Aunque se estima que ello no va a ocurrir, hay sectores que no han dejado de enarbolar esta bandera para conseguir ciertos fines políticos, estrategia que no ha dado los resultados esperados en ningún país”.

De igual forma, Mathews grafica el clima en torno a la Estrategia Nacional del Litio anunciada por el gobierno, afirmando que “si bien ésta trata de explicar que una asociación de la industria privada con el Estado podría ser positiva, el mercado y los inversionistas la han recibido con desconfianza y la ven como un paso riesgoso que podría incentivar la idea de nacionalizar. No solo el litio, también el cobre”.

Restricciones económicas

A todo lo anterior hay que sumar que “hoy los yacimientos son más difíciles de descubrir. Por lo tanto, la exploración demanda mayor capital y riesgo, aumentando los costos”, asevera Mathews.

Pero el actual panorama también brinda oportunidades que pueden llegar a ser muy auspiciosas. “Al haber más confianza y expectativas en torno a los minerales críticos que sirven para la electromovilidad y las energías renovables, se podría pensar que la industria va a invertir más en exploración”, adelanta el geólogo.

Lo que sí es claro para Castillo es que la actividad exploratoria puede ganar más dinamismo. Para lograrlo, “hay que aumentar la presencia de la mineras juniors, lo que implica comenzar a hacerse cargo de las barreras de entrada que enfrentan, tanto institucionales como de información geológica pública. La exploración no es un tema de grandes corporaciones y requiere de un ecosistema diverso y ágil”.

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