El paladín del cobre

16 enero, 2013
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Jürgen Leibbrandt

Jürgen Leibbrandt

16-01-2012 Nueva Minería & Energía
Jürgen Leibbrandt:
El paladín del cobre
Jürgen Leibbrandt ha dedicado su vida al cobre. Hoy está orgulloso de haber sido escogido como “Hombre del Año en la Industria del Cobre 2011” por el Copper Club, reconocimiento que viene a coronar 40 años de trayectoria dedicados a generar valor y a buscar nuevos desarrollos para el metal rojo

Daniela Tapia

Es quizás una de las historias más interesantes y que han dejado una huella más notoria dentro de la industria minera; la de un hombre que se dedicó a descubrir el lado B del metal más importante del país, el cobre.

El reconocimiento de la condición bactericida de alrededor de 300 aleaciones de cobre ha impulsado la investigación de usos alternativos de este metal. Peinetas, calcetines, herraduras, entre otros elementos elaborados a base de cobre han cobrado una nueva vida gracias a sus propiedades benéficas para la salud humana. Uno de los protagonistas de este nuevo boom ha sido el ex gerente de Planificación Comercial y Desarrollo de Mercados de Codelco, Jürgen Leibbrandt, quien afirma de entrada que “el mundo verde que queremos, no es posible sin el cobre”.

Su padre nació en Ucrania y su madre en Lituania. Ambos se conocieron tras la Segunda Guerra Mundial, ya que Alemania estaba destruida, y decidieron emigrar a Chile en el año 1951.

Tras este cambio de rumbo, el pequeño Jürgen pasó su infancia en el sur, primero en Frutillar y luego en Osorno. Después, otro traslado, esta vez a Concepción, para estudiar en la universidad, aunque en ese momento no tenía muy claro qué carrera elegir. “En algún momento pensé estudiar medicina o teología”, reconoce. Finalmente optaría por ingeniería.

“En ese momento se habían implementado los propedéuticos, que eran cursos comunes para distintas carreras. En un comienzo, me había focalizado en ingeniería química, pero como se estaba desarrollando la carrera de ingeniería civil metalúrgica de la mano de un líder y precursor de la minería como el profesor Alexander Sutulov, esta opción me atrajo más”, expresa Leibbrandt.

Años dorados en Chuqui

Durante su formación académica, ingresó a hacer la práctica de verano en la División Chuquicamata de Codelco, y de ahí no salió más. “Ese fue un período muy interesante, de muchos cambios, ya que (al principio) estuve bajo la administración norteamericana. Cuando egresé se produjo el cambio de administración, donde los ingenieros chilenos debieron asumir el liderazgo. Cuando estaba terminando mi memoria me contrataron para ir a Chuqui, ya que la falta de personal debido a la salida de los norteamericanos era muy patente”, recuerda.

Hasta 1976 se desempeñó en la emblemática mina de Codelco, primero como ayudante superintendente de la Fundición de cobre y refinería; y luego como ingeniero jefe en Proyecto de Desarrollo. “Estuve en un tiempo difícil, ya que en el transcurso de esos años se produjo el Golpe Militar y debido a las huelgas, los supervisores asumíamos muchos trabajos para mantener las líneas vitales de la empresa. Si bien fue complejo, también fue un período muy rico por la camaradería que se formó en el campamento”, recuerda.

Gracias a sus dotes de líder en Chuquicamata, Leibbrandt fue elegido presidente del Club Deportivo de la fundición, donde se organizaban paseos con las familias de los trabajadores y se reunían para salir a pescar.

Cobre: elemento esencial para la vida

Luego de haber estado 6 años en Chuquicamata, postuló a un cargo internacional donde trabajó como gerente de Producción de la Planta de Colada Continua en Alemania (DG) en representación de Codelco en su calidad de socio, entre 1976 y 1979. Tras esa experiencia regresó a Chile, donde lo contrataron en la Gerencia de Ventas. En el lapso 1983-1986, fundó, organizó y ocupó el cargo de gerente general de la subsidiaria Codelco-Kupferhandel en Dusseldorf, Alemania, y desde ahí comenzó a expandir sus redes internacionales.

En el país germano, fue invitado a incorporarse al Centro de Promoción del Cobre, el más antiguo del mundo. Fue entonces cuando tuvo su primer acercamiento con el concepto de defensa y desarrollo de mercado, que terminó por transformarse en el leit motiv de su gestión y que es una de las razones por las cuales se convirtió en un personaje destacado en la industria mundial del metal rojo.

A su regreso a Chile, decidió que su misión en Codelco sería motivar e incentivar la discusión sobre la necesidad de crear en el país un centro de promoción del uso del cobre. Le costó trabajo convencer a las autoridades de la época en la empresa y a los fabricantes de productos derivados del cobre, de que era un área que necesitaba ser desarrollada. Pero sus palabras fueron escuchadas y en 1989, finalmente, nació Procobre Chile, que se dedica a promover los diferentes usos de ese metal en el país.
Pero las fronteras de Leibbrandt estaban más allá de Chile. Ese mismo año, y a nombre de Codelco, participó en las conversaciones para formar la International Copper Association -ICA- la que fundó junto a otros grandes líderes del cobre y que hoy es un referente mundial de la industria en la búsqueda de incrementar el conocimiento y los atributos del cobre en la salud, en la ciencia y tecnología, entre otras disciplinas.
Uno de sus esfuerzos fue darle mayor relevancia y más presupuesto a la ICA. El primer presupuesto del organismo fue de US$3 millones anuales, y hoy bordea los US$ 100 millones.

Concientizar y difundir

Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas. A lo largo de su carrera, el ejecutivo destaca que el mayor obstáculo que ha debido enfrentar ha sido la incredulidad y la desconfianza de algunos ejecutivos de la industria minera, quienes no ven la importancia de esta actividad.

“Pudimos aportar evidencia científica que el cobre es esencial para la vida. Invertimos US$ 10 millones en demostrar las propiedades bactericidas del cobre, donde se da cuenta que el metal rojo es permanentemente autosanitizante”, añade el ejecutivo.

Prueba de ello, enfatiza Leibbrandt, “es que se habilitaron todos los pasamanos de cobre en la estación Santiago Bueras de la empresa Metro como una medida sanitaria que tiene por objetivo proteger a los usuarios de enfermedades, dado que este metal inhibe la multiplicación de gérmenes. Tras esta experiencia, se tomó el acuerdo de replicar esta iniciativa en todas las nuevas estaciones del Metro”.

El orgullo de haber participado en el desarrollo de nuevos mercados del cobre está muy presente en Jürgen. Una labor que ha sido reconocida con importantes premios, como la distinción “Hombre del Año en la Industria del Cobre 2011” que le entregó recientemente el Copper Club.

¿Cómo ve el futuro de la minería Jürgen Leibbrandt? “Creo que es muy promisorio. La industria del cobre es crucial para el país, ya que realiza aportes a la sociedad y mejora la calidad de vida de ésta a través de la disminución del calentamiento global, mejora la salud de las personas y contribuye a la sustentabilidad de los alimentos. Debemos defender y crear nuevos usos del cobre puesto que están emergiendo sustitutos. Esta es mi bandera de lucha”, dice con entusiasmo.

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