Revista Nueva Minería

Gracias a sus aportes investigativos, en 2007 recibió el premio “Alexander Sutulov”, otorgado por el Ministerio de Minería. Fue el primer ingeniero de minas del área explotación en obtenerlo

Revista Nueva Minería & Energía - Daniela Tapia

La investigación en minería ha sido la pasión de Marco Antonio Alfaro. Una brújula que ha marcado su vida profesional, y el área donde más ha aportado en esta industria, que constantemente requiere de nuevos conocimientos para estar a la vanguardia.

Ése ha sido su norte. Un vínculo que nació al alero de las letras y que fue conociendo en gran medida gracias a su padre, Luis Alfaro, un destacado periodista director en su tiempo de los diarios “El Austral de Temuco”, “La Prensa de Osorno”, “El Correo de Valdivia” y del “Diario Ilustrado de Santiago”.

“Mi infancia y adolescencia fueron muy felices, en una ciudad fluvial como Valdivia, cerca de la naturaleza. Después del terremoto del ’60 que afectó a esa ciudad, nos trasladamos a Santiago donde terminé mis estudios secundarios en el Liceo Lastarria, siguiendo la opción de matemáticas”, recuerda.

Gracias a sus habilidades con los números, fue aceptado en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, donde estudió Matemática Teórica. Pero al tiempo después, se cambió a la Escuela de Ingeniería de dicha casa de estudios.

“Mi paso por la educación superior fue muy fructífero, porque además de estudiar minas, estudié ingeniería matemática, donde tuve mis primeros contactos con la teoría de las probabilidades, además de grandes compañeros mineros y matemáticos”, cuenta Alfaro.

Uno de los recuerdos que más atesora Alfaro durante su época universitaria fue haber tenido como compañeros a connotados ingenieros de minas que después se convertirían en destacados ejecutivos de empresas nacionales y extranjeras.

Sin embargo, su lazo con la minería comenzó mucho antes, cuando tras el terremoto de 1960, llegó a vivir a su casa el minero Camilo Barahona, quien era propietario de una mina de manganeso cerca del río Futa, en la Región de Los Ríos.

“Una vez fuimos a la mina en lancha. Ahí tuve mi primer contacto con la minería. Por las tardes escuchaba las entretenidas historias mineras que nos contaba don Camilo, mientras afuera llovía intensamente. Para mí fue impresionante conocer una mina de manganeso, además de dar mis primeros pasos en geología, cuando cursaba la enseñanza básica”, dice.

Amor por la investigación

Esa fascinación por la minería la concretó cuando en tercer año de la carrera, escogió la especialidad de Ingeniería en Minas, motivado por el intenso debate sobre la nacionalización de las riquezas que ya se discutía con pasión en esos años.

También ayudó una reunión en la que participaron diferentes ingenieros de minas mostrando las ventajas de estudiar la profesión. Eso también sirvió para reforzar su motivación por estudiar minería. “Sin embargo, tenía un desafío adicional que era aplicar mis conocimientos matemáticos, en particular las probabilidades, a las ciencias de la tierra, geología, geofísica y minería, en las cuales el azar está siempre presente”, afirma.

A partir de ese momento, comenzó a desarrollar su mayor pasión volcada a la minería: la investigación. Así, en su primer trabajo se desempeñó como investigador en el Departamento de Minas de la Universidad de Chile.

“En esos tiempos, teníamos como director de Departamento a un visionario, don Carlos Díaz, quien nos convenció, junto a otros compañeros de mi curso, a optar por la vida académica. Fue así como seguimos estudios de post grado en Estados Unidos, Inglaterra y Francia”, explica.

A principios de 1973, llegó a la Escuela de Minas de París para estudiar Evaluación de Yacimientos, con el apoyo de un profesor francés con quien trabajaba en Chile, Alain Maréchal.

Durante su estadía en Francia, le ofrecieron trabajo como investigador en la Escuela de Minas de Madrid. “Fueron años muy interesantes en los cuales me consolidé como ingeniero. Tuve muy buenos compañeros y debido a mi trabajo, conocí España y Portugal”, señala.

Además, durante su estadía en Europa obtuvo en 1979 el grado de “Docteur Ingénieur en Sciences et Techniques Minières, option Géostatistique”.

A mediados de ese año, regresó a Chile como investigador del Departamento de Minas de la Universidad de Chile, donde un año más tarde lo designaron director.

Conocimientos al servicio de la minería

Tras un largo período en la universidad, emigró al Centro de Investigación Minera y Metalúrgica (CIMM), donde estuvo tres años en la División Minas. Luego pasaría otros tres años trabajando para Codelco en la mina Chuquicamata, donde llegó a ser superintendente de Reservas Mineras.

Posteriormente, trabajó en varias empresas de consultoría, entre ellas Metálica y SRK y además, como ingeniero de Minas Senior en Modular Mining Systems. En esta última empresa construyó un software para estudiar probabilísticamente los trayectos de los camiones y comprobar si llegan a cargar al azar.

En la actualidad, trabaja como gerente Corporativo de Reservas en Yamana Gold. Y en su calidad de persona competente ha evaluado los recursos y reservas de las minas y proyectos mineros de la empresa en Colombia, Brasil, Argentina y México.

Pero el trabajo que más satisfacciones le ha entregado es la docencia, actividad que practica hasta el día de hoy. Actualmente ejerce como jefe de carrera en Ingeniería Civil de Minas de la Universidad Católica de Valparaíso.

Su huella investigativa ha priorizado la solución de problemas prácticos de la evaluación de yacimientos mineros: simulación de leyes, estimación de bloques y planificación minera. Gracias a ello, ha publicado cinco libros, algunos de ellos se encuentran en la biblioteca electrónica del Centro de Geociencias de la Escuela de Minas de París, mientras que otros han sido traducidos al portugués, inglés y chino.

Sus aportes investigativos también le permitieron ganar, en 2007, el prestigioso Premio “Alexander Sutulov”. Fue el primer ingeniero de minas del área explotación en obtenerlo.