Efectos de la ley 21.350: El reto de consumir menos energía

10 enero, 2023
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La nueva normativa sobre eficiencia energética obliga a racionalizar el consumo y los grandes consumidores deberán adoptar sistemas de gestión de energía, cuyo cumplimiento será fiscalizado por la SEC.

Por Marina Parisi
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Sin duda, el cierre del 2022 fue más ajetreado de lo normal para las empresas. Ello porque el 13 de diciembre pasado vencía el plazo para que reportaran sus consumos energéticos al ministerio de Energía, cumpliendo así con lo establecido en el reglamento sobre eficiencia energética.

Las empresas que presenten consumos “iguales o superiores a 50 tera-calorías, serán catalogadas como consumidores con capacidad de gestión de energía”, explica Alejandra Molina, gerente general de Minnovex. “Por lo que deberán racionalizar su consumo mediante la implementación de un SGE (Sistema de Gestión de Energía)”.

Según el último informe del BNE (Balance Nacional de Energía, desarrollado por la cartera del ramo), el sector con mayor consumo energético es transporte con 95.000 tera-calorías, seguido de minería con 50.000 tera-calorías y en tercer lugar el rubro industrias, papel y celulosa con 24.000 tera-calorías.

“De hecho, hoy los grandes consumidores utilizan un tercio de toda la energía que requiere Chile”, advierte Juan Pablo Payero, jefe del área de industria y mercados para la eficiencia energética y cambio climático de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE).

Así y una vez que el ministerio de Energía de a conocer la nómina con los principales consumidores (primer trimestre del año), éstos tendrán 12 meses de plazo para incorporar sistemas de gestión de energía y su cumplimiento será fiscalizado por la Superintendencia de Energía y Combustibles (SEC).

Todo este levantamiento de datos críticos se enmarca dentro de la normativa sobre eficiencia energética (Ley 21.350), vigente desde febrero del 2021 y que apunta al uso racional y eficiente de los recursos energéticos. Este cuerpo legal incluye a todos los actores: desde transporte, minería, sector residencial y público hasta el rubro comercial.

Es que Chile se ha tomado muy en serio el objetivo de transitar con éxito hacia la descarbonización y cumplir con su meta de carbono neutralidad al 2050. Para lograrlo, el ministerio de Energía además pondrá en marcha un plan nacional de eficiencia energética que será renovado cada cinco años. El primero de estos planes apunta a una reducción de la intensidad energética en al menos 10% al 2030, frente a lo registrado en 2019.

Ahorro en costos

Si bien es complejo introducir cambios y nuevos estándares en la gestión del negocio, los sistemas de gestión de energía ofrecen una gran oportunidad para que las empresas aumenten su rentabilidad, ahorrando en costos energéticos.

“Una compañía con un consumo de 50 tera-calorías al año, significa que gasta $2 mil millones en costos energéticos anuales”, precisa Payero. “Quienes implementan un sistema de gestión de energía en Chile logran un ahorro promedio entre un 3% y 5%, lo que es bastante significativo en grandes consumidores de energía”.

Pero, este ahorro puede llegar a ser aún más relevante y escalar hasta un 25%, asegura Fernando Pinto, gerente general de Asgreen. Para lograr este porcentaje de ahorro “es muy importante que las firmas se comprometan con la eficiencia energética y su gestión sistemática, dado que hay diversos factores que impactan en el rendimiento energético y que deben ser revisados, para así aplicar una mejora continua dentro de la organización”.

La clave es tener un buen diagnóstico seguido de un plan de acción, indica el ejecutivo de Asgreen. Todo ello permite identificar mejoras y generar un ranking de oportunidades a implementar. “De esta forma, las oportunidades pueden ir desde una nula o baja inversión hasta aquellas con una mediana o alta inversión”.

Mientras, Juan Pablo Payero hace un alto para aclarar que los sistemas de gestión de energía no son iniciativas recientes en Chile. “La Agencia de Sostenibilidad Energética viene fomentando la implementación de sistemas de gestión de energía desde el 2011, a través de diferentes proyectos financiados por el ministerio de Energía”.

“Es más, desde el 2018 se ha cofinanciado la implementación y certificación de sistemas de gestión de energía en 76 organizaciones, logrando ahorros energéticos por más de 122 GWh al año”, subraya el consultor.

Nueva cultura operacional

Para Molina un aspecto muy destacable del sistema de gestión de energía, es su impacto en la cultura operacional de la empresa. Incluso, va más lejos, anticipando que estos sistemas de gestión van a moldear las futuras decisiones de compra de equipamiento.

“A modo de ejemplo, si antes había necesidad de comprar un nuevo equipo o reemplazarlo por otro, el enfoque clásico era procurar uno con las mismas características técnicas al menor precio”, grafica la experta. “En cambio ahora y una vez implementado el sistema de gestión de energía, las firmas deberán evaluar las tecnologías más eficientes desde el punto de vista energético”.

Adicionalmente, además del valor de adquisición, las compañías deberán considerar los costos de energía y mantenimiento durante la vida útil de las distintas alternativas tecnológicas, prevé Molina. “En general, los costos asociados al consumo de energía son muchos más elevados que el precio inicial del equipo. Así, el costo de una mayor eficiencia se verá compensado por los ahorros energéticos obtenidos a lo largo del tiempo”.

Menos emisiones de CO2

Sin duda, todo este esfuerzo mancomunado por racionalizar el consumo, sitúa a nuestro país más cerca de alcanzar su meta de carbono neutralidad al 2050.

“Recordemos que todo lo que hacemos deja una huella de carbono”, comenta Pinto. “El uso de la energía impacta directamente en las emisiones de gases de efecto invernadero, sean éstas generadas de manera directa o indirecta. La gestión de la energía y la definición de planes de acción aporta a la descarbonización, pudiendo disminuir las emisiones de CO2 entre un 35% y un 40%”.

Lo cierto es que las empresas chilenas que adoptaron sistemas de gestión de energía entre 2018 y 2022, contribuyeron con una reducción de 93.000 toneladas de CO2 en el período, enfatiza Payero.

¿Cuánto se podría descarbonizar si todos los grandes consumidores implementaran sistemas de gestión de energía? “El impacto de esta nueva normativa en la reducción de las emisiones CO2 aún no se ha determinado”, asevera Molina.

Pero, no cabe duda que sería un resultado alentador en medio de la actual urgencia ambiental y climática.

Un nuevo actor

A la espera del ranking con los principales consumidores de energía, la SEC ya alista su estrategia para realizar una eficiente fiscalización de los futuros sistemas de gestión de energía.

“La normativa describe dos tipos de auditorías; la auditoría de comprobación enfocada en corroborar la correcta implementación y funcionamiento del sistema de gestión de energía y que será obligatoria para las compañías que decidan implementar un sistema del tipo no certificado”, explica Marta Cabeza Vargas, Superintendenta de la SEC.

También está la auditoría de verificación, cuyo objetivo será confirmar la veracidad, coherencia y exactitud de la información remitida a la autoridad, describe la vocera. “Esta auditoría será solicitada por la SEC en casos justificados y con esta información podremos además realizar fiscalizaciones directas a los grandes consumidores”.

En cuanto a los profesionales a cargo de estas auditorías, adelanta que éstos deberán cumplir con varios requisitos y estar autorizados por la SEC, en uno o ambos perfiles de auditoría. “Este proceso de autorización de empresas auditoras estará descrito en una resolución, que iniciará su consulta pública en los próximos días”.

Plazos

Hasta aquí los expertos coinciden en que la nueva normativa incentivará políticas públicas más eficientes, con el gran beneficio de contar con un balance nacional de energía más detallado y actualizado.

No obstante, “12 meses para generar un sistema de gestión de energía puede ser suficiente para una empresa, pero muy poco tiempo para otra de mayor tamaño”, advierte Molina.

“Otra valla podría ser la dificultad de la industria minera para caracterizar las diversas fuentes energéticas y sus consumos, vale decir, para hacer gestión integral de energía”, explica la experta. “Para implementar cualquier sistema de gestión, es necesario integrar los objetivos de cada uno de los departamentos de la compañía y alinearlos con su estrategia global”.

A lo anterior Molina suma la ausencia de un software de automatización, que permita una adecuada implementación del sistema de gestión de energía.

De inmediato, Payero corre a poner paños fríos asegurando que la Agencia de Sostenibilidad Energética ha puesto a disposición de quienes lo requieran, diferentes herramientas que serán de gran utilidad durante el proceso. “Entre éstas destacan guías de implementación, manuales técnicos, lineamientos para la realización de auditorías energéticas, entre otras, las que se encuentran disponibles en www.AgenciaSE.org/biblioteca

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