Revista Nueva Minería

Rodrigo Álvarez, director del Sernageomin. (Foto: Felipe Pinto)

A sólo cuatro meses de haber asumido el cargo de director del Sernageomin, Rodrigo Álvarez ya identifica los desafíos pendientes de la entidad. Mejorar la calidad y el nivel tecnológico, son unas de las prioridades en su gestión, por lo que “el presupuesto será fundamental”, afirma.

Con más de 30 años de historia, Sernageomin es una de las entidades referentes para la minería y geología nacional. Por sus funciones en fiscalización y asesoramiento, en el mes de la minería este organismo no podía quedar sin una tribuna para conocer las novedades y nuevas problemáticas que la aquejan.

En este sentido, Rodrigo Álvarez, quien desde abril asumió como director Nacional del Sernageomin, se ha transformado en el portavoz innato de la organización. “Si en una primera etapa hubo crecimiento, ahora debe ir acompañado de calidad”, asegura el ex director ejecutivo del Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren).

A juicio de Álvarez, tras el accidente de los “33 mineros” en 2010, Sernageomin avanzó hacia una nueva etapa. Con nuevos departamentos especializados, un aumento en la dotación de profesionales y la incorporación de nuevas tecnologías; el organismo “ha crecido de manera importante”, afirma.

En entrevista con Revista Nueva Minería y Energía, el nuevo director del Sernageomin da a conocer los desafíos de la entidad, así como las metas que se han propuesto para los próximos años de la mano del actual gobierno.

¿Cuáles son los principales desafíos que aún tiene pendientes Sernageomin como organismo fiscalizador y asesor?

El accidente de los 33 mineros fue un episodio que marcó a la institución. Antes Sernageomin tenía 18 fiscalizadores, hoy ya contamos con 78 y esperamos llegar a 80 a fin de año. Eso significa que de las 10 mil faenas mineras, hoy estamos en el orden de 12 mil fiscalizaciones al año, lo cual es muy positivo.

Además del tema cuantitativo viene un cambio a nivel de calidad, estandarizando criterios a nivel nacional, sumado a poder tener funcionarios que no solamente hagan hallazgos, sino que tengan una especie de rol evangelizador particularmente con la pequeña y mediana minería. La idea es que este sector entienda que la función del Sernageomin no es ponerle trabas, sino que es una medida de protección.

Por lo tanto, lo primero es calidad y eso debe cruzar todas las áreas del servicio. Nos sentimos llamados a la fiscalización, porque obviamente la mirada que puede tener Sernageomin es más global en comparación a otras entidades, como la DGA, por ejemplo.

En relación a la pequeña y mediana minería ¿Cuál es la evaluación que hace en materia de seguridad?, ¿Qué falencias aún persisten?

La minería poco a poco ha avanzado más como un imperativo ético que como un imperativo legal, lo que es muy relevante. El hecho de que un trabajador deba volver en las mismas condiciones que salió de su casa, hoy el sector siente que es algo ético, por eso tener procesos seguros es un deber que se debe cumplir, lo cual se ha traspasado a la mediana minería y a los contratistas.

En la pequeña minería, claramente hay brechas que son distintas, por eso estamos llegando a más faenas. Siempre hay que seguir avanzando e invirtiendo, y en este sentido Sernageomin se está poniendo al día con el crecimiento de la minería.

Además, otro tema relevante es que hay una coordinación mayor con Enami. Cuando llegué, la relación que tenía Sernageomin con esta entidad era muy poca, por no decir cero.

A raíz de lo que señala, ¿de qué manera ha evolucionado este vínculo con Enami?

Antes la relación era muy baja, ahora la estamos fortaleciendo. Es algo que me propuse en mi gestión, porque somos parte del ministerio de Minería y debemos actuar coordinados. Esa fue la instrucción que nos dio la ministra, porque si bien nosotros administramos un reglamento de seguridad minera, debemos tener un rol con Enami que está a cargo del fomento.

“Nosotros habitamos un territorio que aún le falta cerca de un 50% por ser explorado, por lo que Chile debe contar con un mapa geológico para democratizar la información”, indica Álvarez. (Foto: Felipe Pinto)

¿Qué medidas se están considerando para evitar accidentes fatales en la minería?

Lo primero fue poder crear el cargo de director nacional de Fiscalización y Seguridad Minera, puesto que apunta a mejorar la calidad. Y cuando mejoramos la calidad en las fiscalizaciones, eso va a tener como resultado una baja en la accidentabilidad.

Por ejemplo, si existe riesgo de derrumbe, en esos casos hay que hacer cierre. Esas son medidas que pueden ser duras, pero preferimos tener gente protestando que tener personas enterradas o atrapadas. Mi deber es que no se vuelva a repetir lo que sucedió en la mina San José y eso pasa por la fiscalización.

En el gobierno de Sebastian Piñera se promovió la idea de crear una Superintendencia de minería, ¿Cree que esta medida se puede reflotar y de qué manera podría afectar o haber afectado a Sernageomin?

Este es un tema no menor. Primero, separar geología y minería hoy no lo veo como algo necesario. Estos dos sectores son instituciones que llevan más de 30 años funcionando en Sernageomin, donde ha resultado bien.

Segundo, lo de crear una Superintendencia en cuanto a seguridad minera, es un tema que no es descartable, pero hay que saber distinguir. Sernageomin no sólo hace fiscalización, sino que también tiene un rol de apoyo técnico en los tribunales de justicia, por ejemplo. Además, este es un servicio que tiene tantas competencias y áreas que sería poco prudente pensar solamente en llevarlo a lo que es una Superintendencia.

Lo que sí me parece necesario es poder contar con mayores atribuciones cuando vamos a efectuar un cierre. Hay cambios que son pertinentes y estamos avanzando en poder analizar modificaciones legales a la estructura de Sernageomin.

¿En qué etapa se encuentra el recién creado departamento de relaves mineros?, ¿Considera que los propósitos por el que fue ideado han sido alcanzados?

Lo que estamos haciendo es formar un departamento altamente competente para definir una política a nivel nacional. Eso es lo que se hará durante este primer año. A mediado plazo, vamos a tener mayor calidad al momento de la fiscalización y a eso apunta este departamento, ya que el tema de los tranques es de una complejidad que necesita un criterio técnico del más alto nivel.

¿Cuáles han sido las principales novedades que hasta el momento ha arrojado el primer mapa geoquímico del país?

Hemos adquirido esta gran responsabilidad que se planteó en 2009 y que originalmente iba a contar con $10 mil millones al año, cosa que no sucedió. Por lo tanto, cumplir con la expectativa original de terminarlo antes de que acabe el gobierno de la presidenta Bachelet no será posible.

En materia geoquímica ya hemos distinguido 59 elementos, en el norte hemos encontrado anomalías en cuanto a lo que es cobre, oro y tierras raras, por lo que se abren nuevas posibilidades de negocio.

Un dato relevante es que por cada dólar que se invierte en el mapa, hay un retorno de exploración de US$ 11,5, y en etapa de explotación se eleva a US$ 260. Por lo tanto, si bien los recursos son muy altos para la elaboración del mapa, es un trabajo de calidad que trae beneficios para todo Chile y no solamente para la minería.

Nosotros habitamos un territorio que aún le falta cerca de un 50% por ser explorado, por lo que Chile debe contar con un mapa geológico para democratizar la información.

Usted señaló que requerirá cerca de $28 mil millones para el presupuesto anual de 2015, ¿Cree que será posible poder alcanzar esa cifra?

Actualmente tenemos una inversión cercana a los $ 24 mil millones, por lo tanto aumentar el presupuesto nos permitiría lograr nuevas metas. Sabemos que la prioridad del gobierno es educación, pero la minería ayuda también a generar recursos.

Tengo la certeza de que en 2015 contaremos con dinero para las nuevas áreas, porque las conversaciones que hemos tenido se traducen en que contaremos con los recursos necesarios.