Revista Nueva Minería

La movilidad eléctrica trae grandes beneficios para las zonas urbanas, razón por la que Chile y otros países trabajan para potenciar este tipo de transporte. A solo meses de que la cumbre del cambio climático más importante a nivel mundial aterrice en Chile, revista NME analiza esta temática, la cual será debatida en el encuentro.

Por Camila Morales
Revista Nueva Minería y Energía
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La contaminación que provoca el uso de vehículos motorizados, se ha convertido en una preocupación para Chile y otros países del mundo. Es por eso que la electromovilidad asoma como una alternativa de transporte, en línea con el auge que ha tenido la generación de energía con fuentes renovables.

Apuntar a una planificación urbana que fomente la adopción de vehículos más amigables con el medioambiente, parece ser el camino para aportar en la lucha contra la contaminación atmosférica, y Chile no quiere quedar atrás en esta tendencia.

Dada su relevancia, además de fijar criterios para el cumplimiento del Acuerdo de París y mejorar las metas de reducciones de los países, la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas, más conocida como COP 25, este año incluirá la electromovilidad como una temática a analizar.

La cumbre del cambio climático más importante a nivel mundial aterrizará en Chile en el mes de diciembre, con representantes de 197 países. Con el objetivo de conocer las áreas a debatir, revista Nueva Minería y Energía incluye mensualmente una nota con expertos que entregan sus proyecciones respecto a los acuerdos que Chile pueda establecer. En esta edición, la electromovilidad es el tema a profundizar.

Daniel Celis, director de la Asociación de Vehículos Eléctricos de Chile AG (Avec)

¿Cuáles son los principales desafíos que tiene el país en la materia?

El tener una Estrategia Nacional de Electromovilidad ya es algo muy bueno, y Chile es de los pocos y primeros países que lo pueden decir. Vemos que ha habido avances importantes a nivel de transporte público y regulación. Lo segundo es un proceso lento y que debiese aprovechar los conocimientos de los expertos que se han ido involucrando en la electromovilidad hace años.

Creemos que las directrices de la Estrategia están bien planteadas, pero los avances concretos se verán en un plazo mayor, ya que implican desafíos que no son inmediatos, como la elaboración de las nuevas normativas, sobre todo en infraestructura de carga privada, en edificios y espacios públicos y semi-públicos.

Un desafío importante es también la creación de capital humano técnico y profesional. Además, se debe educar a los actuales y futuros usuarios de vehículos eléctricos, tanto en aspectos de conducción, como de la carga eléctrica y otros aspectos técnicos.

Por otro lado, tenemos que tener una oferta amplia de vehículos eléctricos. Todo el mundo está demandando vehículos eléctricos y Chile tiene que ponerse en lista de espera. Para que las fábricas miren hacia nuestro país debemos posicionarnos como un país cuya estrategia fomente la llegada y adquisición de este tipo de vehículos. No vemos aún apoyo o incentivos concretos para la adquisición y recambio a vehículos eléctricos particulares, que es fundamental.

¿Qué medidas deben implementarse en el país para aportar en el desarrollo de la electromovilidad?

A diferencia del transporte público, en vehículos particulares estamos atrás en relación al mundo y a otros países de Latinoamérica. Necesitamos metas a más corto plazo, que sean realistas y que comiencen hoy. En general, a nivel mundial, los países más exitosos en introducir los vehículos eléctricos han sido los que han dado incentivos donde más nos afecta a todos, el bolsillo.

Tenemos que entender que la contaminación del aire en las ciudades significa un enorme costo social en salud y la electrificación del transporte ayuda a evitarlo. Es de toda lógica que se incentive monetariamente la compra de vehículos eléctricos para que cada vez más personas tengan acceso a ellos. Actualmente, hay casi 500 vehículos eléctricos particulares en Chile, lo que sólo alcanza a ser un porcentaje con varios ceros después de la coma.

¿Cuáles son sus expectativas sobre los compromisos que Chile podría asumir a partir de la cumbre COP25 respecto a este tema?

Creemos que la COP25 va a ser una instancia donde veremos de verdad qué tan en serio se están tomando los países el desastre medioambiental en el que estamos. Es por esto que Chile debe entender la importancia del evento, pero también el momento en que nos toca organizarlo. Es una oportunidad para que Chile deje un verdadero legado para el mundo.