Continuidad operacional: Aprendiendo a convivir con el coronavirus

25 mayo, 2020
coronavirus - ilustración Fabián Rivas

“El futuro ya no volverá a ser el mismo, y renacerá una nueva sociedad más colaborativa y consciente por el desarrollo sostenible de la humanidad”.

Por Marcelo Stocker*
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En tan sólo meses el covid-19 traspasó las fronteras desde la ciudad de Wuhan, en China, e hizo su arribo a nuestro país en marzo, mismo mes que fue declarado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud. Ante este panorama incierto, el gobierno, en conjunto con los ciudadanos y empresas, ha logrado enfrentarlo siguiendo una estrategia que ha permitido continuar con el funcionamiento de la minería, un sector clave de la economía.

Esta industria ha sabido responder al liderazgo que se ha ganado. Gracias a los altos estándares de seguridad, ha logrado contener y minimizar el contagio. Esto no ha sido suerte, sino producto de la implementación de medidas de control, pero, por sobre todo, a la cultura de seguridad y responsabilidad.

En gestión de riesgos, cuando no existe un conocimiento claro de un peligro, se dice que el riesgo se encuentra no controlado, y si éste compromete la vida de las personas, el medio ambiente, la comunidad o la continuidad del negocio, es un riesgo inaceptable y debe ser administrado de inmediato.

Proactividad y emprendimiento

En pleno proceso de contención contra el covid-19, la minería se encuentra adaptándose a este nuevo escenario. Para ello, se deberá aprender de otras industrias, como la nuclear, con relación a la cultura de riesgos de procesos que ésta tiene; o a la aviación, donde nada queda al azar y está todo protocolizado.

También la minería tendrá que acelerar sus procesos de transformación digital en actividades como la planificación de procesos de soporte a la operación, como lo son el transporte y horario de alimentación del personal, entre otras instancias que ahora deberán ser planificadas cuidadosamente.

Por otro lado, deberá innovar en la gestión de personas, porque tendrá que transformar su cultura a una con nuevos hábitos conductuales preventivos. Para ello deberá darle mayor espacio a la innovación interna de sus colaboradores, como también al mundo del emprendimiento, que está ávido por colaborar y aportar en esta nueva forma de hacer industria.

La incertidumbre se mitiga con certeza

El covid-19 ha creado una crisis en el mundo entero, y con ello ha generado incertidumbre por el futuro, causada por la falta de información del control de ésta. Es decir, si el riesgo cuenta con un análisis detallado de las posibles causas que lo puedan generar, y de las medidas de control preventivas asociadas a éste; la incertidumbre se minimizará, el número de personas contagiadas será mínimo, y con ello se maximizará la continuidad operacional.

Para minimizar la incertidumbre se deberá mapear el proceso de ida y regreso de un trabajador entre su hogar y el trabajo. Este proceso tiene a lo menos 8 subprocesos en donde el trabajador tiene el potencial de ser contagiado, o de contagiar a otro. El análisis de las posibles causas de contagio en cada uno de estos subprocesos, nos permitirá definir medidas de control que minimicen tal riesgo. El desafío estará en gestionar que cada trabajador de la empresa ejecute estos controles en forma sistemática.

Para lograr un retorno seguro de esta nueva forma de hacer industria, se requerirá establecer una nueva cultura y forma de trabajo, donde el liderazgo adaptativo y la colaboración de todos los trabajadores, e incluso de las familias de éstos, será vital. Esto no sólo se logrará con mayor tecnología, sino también con un propósito altruista para afianzar la disciplina operacional en este nuevo escenario.

Trabajo en equipo para la transformación cultural

El futuro inmediato requerirá de un trabajo en equipo multidisciplinario para reescribir la manera respecto a cómo la sociedad y las empresas deberán continuar y/o reanudar sus operaciones. En este nuevo escenario, la gestión de riesgos será la base de la prevención en el diseño de nuevos productos, servicios y prácticas operacionales que complementarán y reforzarán la forma de trabajar.

Las labores en equipo y el compromiso de cada trabajador dentro de una organización será clave para lograr instaurar una nueva forma y disciplina de trabajo, en donde el afianzamiento del equipo será tan fuerte, como cada eslabón de éste, y la actitud y compromiso de cada integrante será el multiplicador del conocimiento y habilidad.

Para generar esta nueva cultura operacional, se requerirán nuevos hábitos de auto y mutuo cuidado, tales como el distanciamiento social, higiene personal del lavado de manos, y el uso de nuevos elementos de protección personal. Estos hábitos se requieren instaurar en un corto plazo, y para ello se necesitará establecer una gestión adaptativa que se haga cargo de las amenazas (miedos) instintivas existentes, que son percibidas en forma natural, inconsciente y automática por las personas. Dichas amenazas deberán ser gestionadas adecuadamente antes de establecer una estrategia de conformación de nuevos hábitos.

Una vez gestionadas las amenazas, se requerirá generar una estrategia adaptativa que acelere la instauración de los nuevos hábitos antes descritos. Para lograrlo, el plan asociado deberá motivar, movilizar y reconocer a cada integrante de la organización tras un propósito altruista común de “ganar–ganar”, que permita, mediante una estrategia sistemática, la instauración de estos nuevos hábitos.

Estrategia operacional para el control del Covid-19

Una estrategia sólida debe contar con, a lo menos, los siguientes pilares: análisis, plan detallado y gobernanza de controles críticos robustos (Bow Tie), como también controles que gestionen las potenciales vulnerabilidades asociadas a éstos. Sumado a ello, se debe considerar la alineación de factores organizacionales con los controles críticos, y un estándar de riesgo, protocolo y plan de implementación.

Por otra parte, se aconseja la adecuación de infraestructura y equipos, y una plataforma tecnológica de gestión de las medidas y controles críticos que permita identificar en forma oportuna una persona contagiada y, por otro lado, que facilite la implementación del desempeño de las medidas de control. Por último, se debe tener en cuenta un plan de gestión adaptativa de instauración y aceleración de nuevos hábitos conductuales de auto y mutuo cuidado.

En resumen, la situación se debe gestionar como un riesgo de alto potencial, con un plan de riesgos minucioso mediante una ingeniería de detalle y un protocolo con una gobernanza que aborde la implementación de cada una de las medidas preventivas y mitigadoras definidas.

Asimismo, se debe considerar el uso de una plataforma que permita el monitoreo y medición del desempeño de éste, como también el contar con un plan de gestión adaptativo. Estas medidas permitirá a las empresas consolidar su estrategia y aprender a convivir con el covid-19, gestionando en forma sistemática los riesgos asociados, protegiendo la salud de sus colaboradores, como también maximizando su continuidad operacional y la sostenibilidad futura del negocio.

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*Artículo preparado de manera exclusiva por Marcelo Stocker, ingeniero civil metalúrgico, consultor asociado en IGP Consultores, para revista Nueva Minería y Energía.

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