Biomasa, escenario actual y sus desafíos en Chile
“La generación en base a biomasa prácticamente no emite gases de efecto invernadero, lo cual la constituye en un elemento que permitiría contribuir significativamente a las metas de descarbonización”.
Por Sergio Sáez, líder de Proyectos del Área de Recursos Naturales de EBP Chile
__________________
La biomasa es actualmente un importante insumo energético para Chile. Según datos del balance nacional de energía al año 2017, ocupa el segundo lugar del consumo de energía secundaria a nivel nacional con cerca de un 17% (aprox. 80.000 TCal/año). El uso de biomasa representa el 18% del total del consumo del sector industrial, el 27% del total del consumo del sector comercial-público-residencial y un 23% del consumo de los centros de transformación, principalmente para la autoproducción de electricidad.
Estos datos nos permiten pensar que este tipo de energético debiera tener un rol cada vez mayor en la matriz nacional, más aún considerando la vocación forestal del país y un potencial estimado superior a los 2.100 Mwe de potencia eléctrica instalable.
Además, la generación en base a biomasa prácticamente no emite gases de efecto invernadero, lo cual la constituye en un elemento que permitiría contribuir significativamente a las metas de descarbonización que se ha impuesto el actual gobierno, como sustituto de las alternativas fósiles. Además, es un combustible local y con escasa volatilidad a los precios internacionales.
Sin embargo, el uso de la biomasa presenta desafíos. En particular, el mal uso de la leña es responsable de más del 90% de las emisiones de material particulado en las ciudades del sur de Chile, lo que genera importantes impactos sobre la salud de la población.
Ello ha requerido la coordinación de diversos entes públicos para regular este mercado y mejorar su desempeño ambiental, por ejemplo, transformando el mercado de la leña en uno formal y regulado. Una de las herramientas que se deben destacar en este sentido, es el proyecto de ley de biocombustibles que se encuentra pronto a ser ingresado al Congreso.
En este contexto, y considerando el anteproyecto de ley de cambio climático que está finalizando su fase de consulta pública, y que establece la meta para Chile de ser carbono neutral al año 2050, cabe preguntarse cuál será el rol de la biomasa en su cumplimiento y qué prioridades se establecerán para poder avanzar, aprovechando las oportunidades y abordando sus desafíos.
Para avanzar en ese sentido, existen dos temas clave a abordar. El primero es contar con una regulación adecuada, en donde la biomasa sea declarada formalmente como combustible. El segundo, es fomentar modelos productivos de abastecimiento seguro, de gran escala, con sistemas de trazabilidad que aseguren un producto estándar y de calidad garantizada, integrando la cadena productiva.
El impulso a la implementación de Centros Logísticos y de Comercialización de Biomasa (CLCB) es la alternativa que en países desarrollados ha permitido cumplir con estos objetivos, y que en Chile está comenzando de forma incipiente.
Estos sistemas de producción son la base para el desarrollo de la industria, permitiéndole convertirse en una alternativa de alto impacto, tanto en las estrategias climáticas del país como en asegurar un aire más limpio en las ciudades del centro-sur.
