Minería en Uruguay: En medio de un laberinto
Zamin Ferrous, la ex empresa al mando de Aratirí, realizó exploraciones en la localidad de Valentines para evaluar el potencial del proyecto.
Si algo resume lo que sucedió con la minería en este país durante el 2015, sería la ola de cambios que llegaron a modificar las expectativas que tanto el gobierno como privados tenían para esta industria. Un sector que sin mucha experiencia proyecta dar el gran salto del rubro con Aratirí, el primer proyecto minero a gran escala de Uruguay.
Camila Morales
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Como una transformación radical. Así fue definido en 2014 por el gobierno del ex presidente José Mujica el proyecto de “economía verde”, iniciativa respaldada por el Fondo Mundial de Medio Ambiente y que contempla una inversión de US$ 30 millones para situar a Uruguay como una de las naciones más amigables con el entorno.
A través de la identificación de los residuos producidos desde el sector primario en el campo, hasta lo más elaborado a nivel industrial, el propósito es trabajar con la tecnología adecuada para transformar estos desechos en energía; un proyecto revolucionario que ha llamado la atención.
“Uruguay es un país verde, tiene bajísimas emisiones per cápita en relación al PBI. Hoy estamos frente a oportunidades de generación de capacidades industriales que se empiezan a exportar, de transferencia de conocimiento con alto nivel tecnológico en un vínculo constante entre la academia y el gobierno”, afirmó el director de la Dirección Nacional de Energía de ese país, Ramón Méndez.
Este esfuerzo del ex gobierno por avanzar hacia una “economía verde”, también se constata en una investigación realizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, entidad que analizó el impacto que tendría la inserción de nuevas prácticas medio ambientales en la economía y la sociedad uruguaya.
“Las inversiones en las políticas de ‘economía verde’ estudiadas, no sólo tienen un impacto positivo sobre el medio ambiente, sino que contribuyen a un crecimiento sostenido de la economía, estimulan la inversión privada, tienen un efecto positivo sobre los indicadores de pobreza, igualdad social y de género, y aumentan la capacidad del país para adaptarse y enfrentar posibles escenarios derivados del cambio climático”, precisa el informe.
Con un amplio apoyo a las políticas que avancen hacia una nación más responsable con su entorno, Uruguay se ha posicionado como un país ejemplo en medio de una Sudamérica caracterizada por problemas severos en esta área. Sin embargo, la aparición de la minería como un sector con amplio potencial, ha hecho tambalear estos propósitos.
Sumado a aquello, el ascenso del nuevo presidente Tabaré Vásquez, los esfuerzos de privados por desarrollar el primer proyecto minero a gran escala de Uruguay, las manifestaciones sociales en contra de Aratirí y los dictámenes judiciales; han teñido de más dudas que certezas el camino por el que Uruguay decidirá avanzar en el corto plazo.
La posición del gobierno
El 1 de marzo de 2015 fue una fecha importante para la sociedad uruguaya. Con una amplia cobertura periodística, José “Pepe” Mujica culminaba su periodo como mandatario y Tabaré Vásquez asumía como el nuevo presidente de Uruguay, nación que por ese entonces era protagonista de cambios relevantes a nivel social, político y económico.
El actual jefe de Estado ha mantenido en suspenso el accionar del ejecutivo sobre uno de los proyectos más mediáticos impulsados por el ex presidente “Pepe” Mujica.
En esta última arista, la minería pasó de ser una industria poco relevante a transformarse en un rubro clave a largo plazo por su gran potencial en hierro. Reflejo de aquello, es la creación de la ley para la Minería de Gran Porte, un proyecto que “Pepe” Mujica impulsó para analizar la entrada de capitales foráneos relacionados a la extracción de materias primas.
Tal como se planeaba, aquello sucedió con Zamin Ferrous en 2010, empresa que aterrizó en este país sudamericano para llevar a cabo el primer proyecto minero a gran escala de Uruguay: Aratirí. Con una proyección de procesamiento de 55 millones de toneladas de roca por año y una inversión de US$ 3.000 millones, de inmediato la iniciativa tuvo adeptos y detractores.
En este contexto, ¿cuál fue la posición de Tabaré Vásquez cuando se encontraba en plena carrera presidencial? En el marco de la gira que el ahora presidente realizó por todo el país, Vásquez manifestó su apoyo al mega proyecto que incluye un terminal portuario en la costa de Punta del Diablo y un acueducto de 240 kilómetros.
“Soy partidario. Uruguay necesita seguir creciendo, desarrollándose, a efectos de que su gente cada vez viva mejor. Tenemos muchas riquezas naturales, hay que recurrir a ellas para seguir creciendo económicamente. Hay que hacerlo con cuidado, hay que preservar el medio ambiente, hay normativas a nivel nacional e internacional que lo aseguran”, afirmó Tabaré Vásquez en 2014.
No obstante, las complicaciones que ha tenido el proyecto a nivel legislativo, ha moderado la posición del actual presidente de “la banda oriental” respecto al proyecto. Pues, luego de que tras varias instancias de debate no se lograra la firma del contrato entre Zamin Ferrous y el gobierno, el año pasado el proyecto tuvo un duro revés.
A pesar de que a inicios de 2015 el Congreso decidió extender en un año el plazo para continuar las conversaciones con los mandantes de Aratirí, el tiempo no ha favorecido a la iniciativa. Dado este escenario, Tabaré Vásquez ha optado por mantenerse al margen de la discusión.
Argumentando “no manejar ninguna información de su reactivación”, el actual jefe de Estado ha mantenido en suspenso el accionar del ejecutivo sobre uno de los proyectos más mediáticos impulsados por el ex presidente “Pepe” Mujica.
La incertidumbre de Aratirí
De esta manera, el 2015 no fue un buen año para el que parecía ser el proyecto que prometía instalar a Uruguay como la octava nación en el ranking de la producción mundial de hierro. Luego de que, a juicio del ejecutivo, Zamin Ferrous no pudo cumplir con las exigencias para obtener los permisos ambientales, la empresa india decidió vender el proyecto.
Es así como un nuevo actor aterriza en Uruguay. Se trata de Aurum Ventures, compañía india que ha manifestado su intención de desarrollar el proyecto a un ritmo más lento. Mientras Zamin Ferrous proponía extraer 18 millones de toneladas de concentrado de hierro al año, Aurum asegura que iniciará el plan con la mitad de ese hierro extraído por año, para luego aumentar la producción.
“Sí, hay nuevos actores. Ya han manifestado su interés y se han presentado ante al gobierno uruguayo”, afirmó el viceministro de Economía, Pablo Ferreri, quien además agregó que las conversaciones mantenidas entre Aurum y el gobierno hasta el momento “básicamente han sido encuentros informales y de presentación”.
Zamin Ferrous, la ex empresa al mando de Aratirí, realizó exploraciones en la localidad de Valentines para evaluar el potencial del proyecto.
Así, Aratirí inicia un nuevo capítulo. En manos de Aurum, ahora la iniciativa producirá inicialmente 9 millones de toneladas por año; mientras, según trascendidos, la compañía ha iniciado conversaciones con el Congreso para negociar un acuerdo con la baja en la extracción como su argumento ancla.
¿Qué es lo que sucederá con el proyecto? La ley de Minería de Gran Porte establece que el solicitante de la concesión tendrá un nuevo plazo de 90 días a partir del 24 de noviembre pasado para renegociar un acuerdo con el gobierno. No obstante, a pesar de la reanudación de las conversaciones, la posición del gobierno es cauta con el desarrollo Aratirí.
“No tenemos novedades sobre proyectos de explotación minera. No estamos en buen momento para tener novedades, porque el precio del metal está muy bajo. La rentabilidad de un proyecto de ese tipo en este momento está en cuestión”, sentencio el ministro de Economía, Danilo Astori, en octubre pasado.
