Mejorar la productividad: un desafío país

8 octubre, 2013
Mejorar la productividad: un desafío país

Columna de opinión de Javier Hurtado

El objetivo al que se debiera aspirar es a que exista una estrategia-país, desarrollada a partir de una mirada integral y de largo plazo, que aborde aquellos aspectos que tienen una incidencia significativa sobre la productividad de la industria

La industria minera enfrenta un complejo escenario. Porque si bien la libra de cobre se sigue transando a buen precio en los mercados internacionales, algunos agentes ya advierten el fin del “súper ciclo”. En dicho contexto, muchas miradas se han centrado en un aspecto de mayor relevancia, pero que no siempre se ubica en un lugar de privilegio en el debate nacional: la productividad de las industrias nacionales.

Y lo cierto es que es altamente recomendable que se discuta a fondo sobre este tema, dado el impacto que tiene tanto en el ingreso per cápita como en el bienestar de las personas. De hecho, está ampliamente demostrado que no hay país que haya alcanzado el desarrollo sin un crecimiento sostenido de su productividad. No por nada el destacado premio Nobel de Economía, Paul Krugman, sostiene que “la productividad no es todo; pero, en el largo plazo, es casi todo”.

Chile, sin embargo, padece el grave problema de que su productividad está prácticamente estancada. Es así que mientras en el período 1991-1997 buena parte del crecimiento promedio de la economía (8,2%) se explicó por mejoras en productividad, en la década pasada, ésta siguió un curso muy distinto: cayó en promedio 0,1%.

Por desgracia, la industria minera no escapa a esta realidad. Distintos estudios arrojan la misma conclusión: la productividad en el sector ha caído, incluso más que en otras áreas ¿Qué hacer? Existe consenso en cuanto a la necesidad de impulsar la innovación tecnológica en el sector. Sin embargo, nada de eso es suficiente. El objetivo al que se debiera aspirar es a que exista una estrategia-país, desarrollada a partir de una mirada integral y de largo plazo, que aborde aquellos aspectos que tienen una incidencia significativa sobre la productividad de la industria.

Por ejemplo, es sabido que en esta materia inciden condiciones del entorno, dinámicas de las propias industrias y factores internos u operativos de las empresas. Pues bien, en cada uno de estos ámbitos operan fallas, que distorsionan los incentivos para innovar, impiden la expansión de las compañías eficientes o promueven la supervivencia y el crecimiento de empresas ineficientes.

Se necesitan, por tanto, instrumentos e instituciones que potencien los aspectos positivos y corrijan estas falencias. En otras palabras, el país tiene tareas pendientes en materia de marcos regulatorios y capital humano, así como en la creación de políticas públicas que faciliten la flexibilidad laboral, la innovación empresarial, la investigación científica y la transferencia tecnológica, entre otras.

Este es un desafío que no puede ser postergado y que debe ser asumido a partir de un espíritu colaborativo entre el sector público y el privado, así como entre las empresas de la Gran Minería y sus muchas compañías contratistas, que hoy son sus mejores aliadas para seguir creando riqueza en beneficio de todos los chilenos.

Por Javier Hurtado C. Gerente de Estudios Cámara Chilena de la Construcción (CCHC)

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