Las amenazas para la actividad minera

8 abril, 2019
Riesgos para la minería (Fabián Rivas)

En una industria tan dinámica como la minera, los riesgos para su óptimo desarrollo fluctúan de acuerdo al contexto en que está inserta. Este 2019, la propia industria identificó la “licencia social para operar” y la “efectividad digital” como sus principales amenazas. Pero no son las únicas. También hay otros factores que la minería mira con atención, y algo de preocupación.

Por Camila Morales

Revista Nueva Minería y Energía

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La percepción del ser humano se configura a partir de estímulos sensoriales, pensamientos y sentimientos. Por medio de un conjunto de procesos mentales, el cerebro interpreta los estímulos del entorno, creando así una impresión de la realidad. De la percepción humana se alimentan un sinnúmero de encuestas relacionadas, por ejemplo, a la economía, y específicamente a la industria minera.

Si en el peak del llamado súper ciclo del cobre la escasez de personal calificado era la principal preocupación de los ejecutivos del rubro, a fines de 2014, cuando ya comenzaba el declive de la actividad, la percepción de los profesionales apuntaba a que la mejora en la productividad era la principal amenaza.

Tomando en cuenta la manera en que la percepción es condicionada por el entorno que nos rodea, en la actualidad las nuevas tecnologías y el cambio climático, son aspectos a considerar a la hora de evaluar las amenazas para la minería.

Así se desprende del último estudio realizado por la consultora EY sobre “los 10 principales riesgos en el área minera 2019 – 2020” (ver recuadro). En los resultados de este informe, el impacto del entorno en que se desarrolla la actividad, está directamente relacionado con el principal riesgo de este año: la licencia para operar.

Más allá de lo ambiental y social

Pese a que la “licencia para operar” ya figuraba como uno de los ‘riesgos’ de la minería en 2008, manteniéndose en el ranking desde entonces, este año se transformó por primera vez en la principal amenaza para la minería, de acuerdo a la opinión mayoritaria (54%) de más de 250 ejecutivos alrededor del mundo que fueron consultados.

¿La razón? La relevancia que ha tomado el cambio climático y la contaminación, sumado al aumento de las demandas de las comunidades, la desigualdad de la riqueza, la prevalencia de las redes sociales, y el foco en la obtención responsable de minerales, son algunos de los motivos por los que la licencia para operar asoma en el primer puesto.

Para Eduardo Valente, socio líder para la Industria de Energía y Minería de EY Chile, este aspecto debe evolucionar más allá del enfoque acotado a problemas sociales y ambientales. “Debemos tener una visión de cambio, pasar de una idea específica, a una más integral. Si solo se consideran las perspectivas sociales y ambientales, esto puede afectar seriamente la habilidad para operar”, señaló en la presentación del informe.

¿Cuál es la visión de la industria? Jorge Lagos, gerente de Sustentabilidad y Relaciones Institucionales de Codelco, indicó que para poner en la discusión este tema, es fundamental cambiar la forma en que los directorios de las compañías se relacionan con los aspectos asociados a la sustentabilidad.

“Ya no es bien visto decir ‘viejito, apaga este incendio’. Hay que tener un cambio de mirada de parte de todos, partiendo por la transformación de los gobiernos corporativos. Por ahí parte todo. Debemos comprender que las nuevas generaciones no quieren trabajar en un rubro con conflictos de este tipo”, reconoció Jorge Lagos, al comentar el informe.

Cambio de mirada

Con una industria que se muestra consciente del cambio que falta, y considerando que la licencia para operar tuvo un salto relevante entre 2018 y el ranking más reciente (pasó del séptimo puesto al primero), ¿será el momento de ampliar el enfoque que tiene las empresas respecto a este tema?

Para Sergio Cubillos, presidente del Consejo de Pueblos Atacameños (CPA), el cambio de mirada es urgente y necesario, ya que “aún se decide bajo cuatro paredes”, asegura. “Por lo demás, los lobby son precisamente para poder, en un tiempo menor, obtener la licencia requerida. Es decir, no pretenden que su proyecto cumpla con toda la legislación ambiental, más bien buscan saltarse procesos y obtener la licencia en corto plazo”, agrega.

En la opinión de Nicola Borregaard, gerente general de EBP Chile, basta recordar lo que sucedió con HidroAysén para demostrar que es necesario modificar la forma en que las compañías abordan este tema. “Ya es momento de que cualquier planteamiento de parte de una empresa sea desde la humildad. La licencia para operar debe estar en el ADN de las compañías”, enfatiza.

Una mirada similar es la de Elanne Almeida, socia de Consultoría de Negocios EY. La experta indica que “ya pasó el momento de decir que el aspecto social y ambiental es una moda. La licencia para operar es una realidad, y no me cabe duda que hay espacios para crecer en Chile en esta materia”.

Pero, ¿qué aspectos deberían considerar las empresas para tener un mejor relacionamiento con las comunidades? Para el presidente del CPA, esta relación “parte primero por el reconocimiento que debe existir, tanto del privado como del Estado, a la soberanía de los pueblos sobre sus aguas y territorio en toda su extensión, entendiendo que de haber oposición de las comunidades a un proyecto se debe respetar la decisión final sobre los rechazos que pudiera existir”.

Respecto al principal riesgo, la licencia para operar, desde EY afirman que “la cantidad de actores involucrados está cambiando y creciendo a diario”. (Foto: U. de Chile)

Efectividad digital

Sumado a la licencia para operar, existen otros temas que la industria minera proyecta como amenazas para este 2019. Una de ellas es la “efectividad digital”, que aparece en el segundo lugar del ranking de este año, tomando en cuenta que este tema resulta cada vez más importante en el mundo de hoy.

Dado que la transformación digital es vista como un facilitador para abordar los desafíos de productividad del sector, las compañías que no estén a la vanguardia en este tema de manera integral, se arriesgan a ser menos competitivas.

“En esta materia se han hecho avances a través de la aplicación de digitalización a problemas individuales, pero los desafíos radican en lograrlo en toda la cadena de valor. El 72% sostiene que está invirtiendo 5% o menos de su presupuesto en transformación digital”, indicó Eduardo Valente.

Al respecto, el gerente de Sustentabilidad y Relaciones Institucionales de Codelco afirmó que existe una pasividad como sector minero. “Siempre estamos esperando que los desafíos de la minería ‘otro’ los solucione, cuando la innovación y nuestro compromiso para canalizar de buena forma las nuevas tecnologías es el motor de las empresas que van a sobrevivir”.

Maximizar la rentabilidad

En la tercera posición del ranking aparece “maximizar la rentabilidad de la cartera”, un ‘riesgo’ que responde al enfoque histórico de la minería, que hasta ahora ha sido comprar, construir o rentabilizar el negocio. Pero la pregunta hoy es, ¿cuánto invertir en la transformación de las operaciones ya existentes?

Después del bajón que vivió la minería en los últimos años, se espera que el presupuesto de las inversiones aumente a medida que la industria se vaya recuperando. En este escenario, Eduardo Valente indica que “el enfoque en la creación de valor encenderá nuevamente el dilema de a dónde destinar el capital”.

Respecto a la finalidad de las nuevas inversiones, el experto de EY Chile plantea que, por ejemplo, “un aumento significativo del presupuesto para invertir en transformación digital podría ser positivo, pero muy disruptivo para la forma en que opera la industria”.

El auge de la ciberseguridad

A medida que las nuevas tecnologías avanzan, los peligros relacionados con ataques cibernéticos poco a poco van tomando mayor relevancia en la industria en general. Y la minería no es la excepción. Tanto así, que los profesionales y ejecutivos que participaron del estudio de EY ubicaron a la “ciberseguridad” en el cuarto lugar del ranking de ‘riesgos’ de este año.

Eduardo Valente explica que la “superficie” de ataque crece a medida que los objetivos de productividad y automatización avanzan en la industria. “Las posibles consecuencias de un incidente cibernético son cada vez más significativas”, precisa el experto de EY.

Pero la ciberseguridad es más que solo protección, y así lo comienzan a entender las principales compañías del sector minero y el gobierno, que a través del Ministerio de Minería, creó en octubre de 2018 la llamada Mesa de Ciberseguridad en la Industria Minera.

En la instancia se definió la implementación de un Centro de Coordinación de Entidades de Gobierno y Sector Público, un Centro de Coordinación del Sector Privado para aquellos sectores estratégicos, y un Centro de Respuesta a Incidencias de Ciberdefensa, con el fin de avanzar en esta materia.

Otro riesgo relacionado a este tema es el fraude, un tema que figura por primera vez en el ranking (puesto 9). Actualmente, la conectividad global abre la posibilidad de riesgo del acceso a datos y activos de las compañías mineras, lo que podría terminar en un fraude de proporciones.

Es por ello que el 38% de los encuestados indicó que el soborno o la corrupción son prácticas que ocurren en las áreas de negocios de sus respectivos países, lo que provoca que “esta amenaza ponga en riesgo otras áreas del negocio minero, como la reputación y la licencia para operar”, indica el informe de EY.

Con nuevos riesgos identificados por los ejecutivos y otros aspectos que año a año continúan siendo una preocupación, la minería se enfrenta a una nueva manera de ver el negocio. En este contexto, ¿cómo convertir estas amenazas en oportunidades de cambio? Desde EY indican que “variará en cada empresa. Las que sepan enfrentar los riesgos, son las que tendrán un mejor desarrollo”, concluye el informe.

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