Fundiciones: El futuro de la minería es una creación mental

23 octubre, 2018
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“Para sustentar la condición de país minero en el largo plazo, hay que incorporar variables que no se limitan a la faena o a un distrito minero y que, como plantean muchos pro fundiciones, tampoco estarían totalmente relacionadas a la rentabilidad directa”.

Por Carlos Parada, director ejecutivo de Expomin         

La minería en Chile se ha transformado en un referente mundial, innovando procesos para sortear condiciones mineralógicas, geológicas y geográficas adversas. Así es el destino de un líder, enfrentando y resolviendo desafíos, aplicando tecnologías que, en muchos casos, no han sido probadas con anterioridad.

En este escenario, el desarrollo de la industria de fundiciones y refinería ha tenido importantes espacios de debate, donde los argumentos a favor plantean que es el camino natural para aumentar valor, avanzando como la forma de fijar posición estratégica.

Por otro lado, los argumentos basados en la evaluación de costos versus beneficios económicos, no dejan de ser sólidos, tanto es así que, simplemente no han integrado estas actividades (fundición y refinería) en sus modelos de negocios, donde al menos las empresas que representan la gran minería, tienen capacidad de sobra para hacerlo.

No obstante, las empresas mineras, teniendo y asumiendo parámetros para sus evaluaciones y desarrollos, están acotados por el o los proyectos mineros que operan, siendo naturalmente la rentabilidad la variable que mueve las decisiones.

Por otro lado, tiene sentido considerar que para sustentar la condición de país minero en el largo plazo, hay que incorporar variables que no se limitan a la faena o a un distrito minero y que, como plantean muchos pro fundiciones, tampoco estarían totalmente relacionadas a la rentabilidad directa.

Los argumentos en este lado de la discusión, están centrados en proteger y maximizar los beneficios que entrega a nuestro país una industria altamente tecnificada, con gran peso específico en el orden mundial, particularmente la minería del cobre.

Variables que podrían fortalecer un plan de desarrollo de fundiciones a nivel nacional, lo que modificaría la configuración de la industria, con impactos en el mercado del cobre mundial, generando eventuales beneficios, pero también desafíos de todo tipo.

El debate se está dando con los actores y en los niveles correctos, lo que podría garantizar que nuestro país no perderá la oportunidad si efectivamente existe y si constituye un beneficio real, de aumentar valor a través del procesamiento de los concentrados.

No obstante, el debate parece insuficiente en la medida que no se logre una visión integrada respecto de cuál será la metamorfosis de esta industria. Después de ser reconocidos como país minero avanzado, ¿hacia qué estado debería cambiar esa imagen?, ¿o simplemente la condición de país referente irá disminuyendo junto a la menor participación en la economía nacional, para pasar a ser parte de la historia, cuyo futuro sería transformar las minas de cobre en atractivos turísticos como lo son las ruinas de la industria del salitre o del carbón?

La industria junto a autoridades públicas y sectoriales, han logrado materializar visiones en el tiempo, que hoy sitúan a nuestro país como un actor de primer orden en el contexto mundial minero. Hoy es momento de lograr visiones comunes sobre el futuro de esta industria y las actividades que surgirán a partir de ella.

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