Especialistas abordan los retos del agua de mar para la minería en Expomin 2014

22 abril, 2014
DMF_0595

Agua de mar para la minería

Ejecutivos y expertos de firmas mineras discutieron los alcances del uso de agua de mar para la minería, este martes 22 de abril, en el marco de Expomin.

Revista Nueva Minería y Energía
Cobertura especial Expomin 2014

Especialistas del mundo minero se reunieron una vez más para analizar la relevancia del agua de mar para la minería. Un aspecto sensible, ya que en la zona norte de Chile, una de las áreas más secas del planeta, con escasos recursos hídricos superficiales, existe una creciente demanda de agua por parte de las distintas actividades productivas, particularmente la minería.

En ese sentido, el gerente de Procesos e Innovación Tecnológica de Antofagasta Minerals, Gustavo Tapia, dijo que “para 2021 se espera que el agua de mar represente el 35% del total, si las inversiones anunciadas se concretan. Prácticamente todos los nuevos proyectos mineros en carpeta consideran el uso de agua de mar”. Esto, en el marco del seminario “Agua de Mar para la Minería”, organizado en Expomin.

El ejecutivo también se refirió a los desafíos de implementar plantas desaladoras para el proceso minero. Al respecto, sostuvo que “la altura geográfica de la mayoría de las minas del mundo hace que el costo del bombeo de agua sea muy alto. La desalinización de agua es muy intensiva en uso de energía eléctrica y lo mismo el bombeo de agua. El proceso también impone restricciones, por ejemplo, hoy no existen bacterias que se puedan usar en lixiviación bacteriana con agua de mar sin desalar”.

Por otra parte, Renato Quiñonez, director del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (Incar) de la Universidad de Concepción, abordó las carencias existentes en materia de regulación en torno a esta modalidad. “Hay una falta de regulación en términos de dónde obtener el agua de mar y sus implicancias con las comunidades y medio ambiente. El hecho de desalar significa devolver la sal del agua que bombeo al mar y eso debe estar regulado”, indicó el investigador.

Quiñonez también planteó la importancia de los estudios de impacto ambiental. “Se debe velar por el principio precautorio en cuanto al desarrollo de los diversos proyectos de inversión, especialmente en relación a la implementación de plantas desaladoras. Un error le puede costar muy caro a la empresa”, aseveró.

Planta desalinizadora CAP Cerro Negro

A su turno, Ricardo Birke, Business Development Associate de CAP, comentó cómo fue construida la planta desalinizadora de CAP Cerro Negro. En un inicio, su capacidad fue de 200 mil l/s, pero gracias a los últimos estudios la capacidad máxima es de 600 mil l/s. En tanto, la construcción y operación de la planta fue encargado a la empresa Acciona.

“El ítem más importante radica en el alto costo del transporte del agua, esto es, la energía para la impulsión de este recurso. Por eso, hemos utilizado las innovaciones tecnológicas más recientes”, dijo.

Noticias Relacionadas