China, un gran desafío para Chile

15 abril, 2014
Marcelo Awad

Marcelo Awad, Director de empresas.

Los productores de cobre deben considerar la fuerte exposición al país asiático, que ya presenta inestabilidad en algunos parámetros macroeconómicos. Invito al Gobierno y a los expertos a sugerir soluciones para resolver la dependencia de nuestro principal producto, porque puede ocasionarnos impactos estructurales en la economía.

Siempre se dice que los principales desafíos en la producción de cobre son agua, energía, costos ambientales e incerteza judicial, lo cual es cierto. Sin embargo, es fundamental que se tomen las medidas para que Chile siga siendo competitivo, porque tanto los países vecinos, y también África lo están haciendo muy bien atrayendo inversiones para el sector minero.

No obstante lo anterior, el principal desafío que deben resolver todos los países productores de cobre y que son exportadores netos, es la fuerte dependencia actual y creciente en el tiempo del gigante consumo de China.

Muchos pensarán, por ejemplo, qué mejor que la demanda por cobre siga aumentando. Pero se debe analizar cómo está creciendo.

Hoy China consume aproximadamente un 40 a 45% de toda la oferta de cobre refinado mundial, y además es el único mercado cuya demanda aumenta a razón de un 7 a 8% anual, es decir, 600 mil toneladas por año.

La oferta mundial ha aumentado en promedio en los últimos 20 años en un 3.5% anual aproximadamente, lo que indica que cada año China desplaza demanda de países desarrollados a su territorio. ¿Cómo? Producción cara en Europa, Estados Unidos y Japón se ha ido cerrando o trasladando a China, dado el bajo costo de la mano de obra, y que junto a una estrategia de integración vertical, le permite elaborar internamente productos de cobre para consumo en su mercado local de tamaño casi infinito, y también exportar productos con alto valor agregado.

Esta concentración sin duda hará que el 2020 China esté consumiendo entre el 50 a 60% de la materia prima cobre, principalmente en la forma de concentrados, porque la integración vertical que ha desarrollado se inicia desde la fase de fusión para luego refinar y elaborar productos y piezas que demanda el mercado interno y externo. Esta fuerza le da un poder de negociación casi monopólico.

No es fácil resolver este potencial problema estructural que enfrentará esta industria porque al más mínimo problema social, político o económico que pueda manifestarse, tendría un fuerte impacto en los países exportadores, siendo Chile el más importante.

Los productores de cobre deben considerar esta fuerte exposición al país asiático en la evaluación de futuros proyectos o ampliaciones por ejemplo, con socios chinos para asegurar la venta. Claro está que es una solución parcial porque no resuelve la dependencia.

Un camino fundamental para Chile y las empresas mineras es acentuar la exploración de otros metales, donde existen indicios de su existencia como el hierro, oro, litio, tierras raras, entre otros.

Invito al Gobierno y a los expertos a sugerir soluciones para resolver esta dependencia de nuestro principal producto, porque puede ocasionarnos impactos estructurales en la economía. Es fácil decir que la solución es diversificar la economía. Está bien, pero sólo se logra con políticas de Estado estables y de largo plazo para incentivar la inversión en otros recursos naturales.

Por Marcelo Awad, Director de empresas.

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