¿Un CEO autónomo en Codelco? Cómo quedó el tablero en la estatal

8 junio, 2012
cobrelcoooo

08-06-2012 Pulso – Noticias
La salida de Diego Hernández de la presidencia ejecutiva supuso el triunfo de Gerardo Jofré y de su postura de que el directorio, y él en particular, debían inmiscuirse en el día a día de la compañía. Pero al contrario de lo que podría pensarse, su sucesor, Thomas Keller, ha defendido su autonomía como CEO, por lo que las diferencias no están subsanadas

Ni diferencias de estilo, ni descalces en los tiempos. La razón por la que Diego Hernández abandonó la compañía fue porque no soportó tener a un presidente del directorio, cargo que ejerció y sigue ostentando Gerardo Jofré, metido en todas las decisiones relevantes de la compañía. Que le hiciera sombra y que le dejara escaso margen de acción. Que quisiera ser él el que tomara las decisiones que debía tomar el CEO.

Por lo mismo es que la renuncia de Hernández no fue sorpresiva dentro de la compañía, pues los roces fueron evidentes en 2011. En 2012 no tanto: la compañía estaba más bien alineada con el caso Anglo American y eso permitió disimular los roces. Pero hacia afuera, Codelco, que siempre había tenido una sola cabeza, pasaba a tener dos. Al menos, así fue durante la época en que era el ministro de Minería quien encabezaba la compañía. La ex titular de esa cartera durante el gobierno de Bachelet, Karen Poniachik, ante las consultas sobre Codelco, solía responder “pregunten al presidente ejecutivo”. Similar visión tenía Santiago González, aunque él sí declaraba, pero no se metía en todas las decisiones. Por lógica, un ministro de Estado, que además de Codelco, presidía ENAP y Enami, no tenía mucho tiempo como para hacerlo de otra forma. Pero eso era antes de la reforma al gobierno corporativo, que sacó a los ministros del directorio y que le dio autonomía política a la corporación.

No obstante, la forma en la que Gerardo Jofré entiende que debe cumplir su rol dista de la que en tendían González, Poniachik y sus antecesores.

Hoy, en La Moneda miran con mucha atención la marcha de la compañía y la evaluación que se hace es positiva. Piensan que los directores están defendiendo los intereses de los chilenos —en particular, en el caso Anglo— y han permitido mantener alineado tras ese objetivo al oficialismo y la oposición y también a la opinión pública. Que entienden y se tomaron en serio el valor político que tiene la defensa del 49%. Y que también comprenden el costo político que significaría perder en esta pasada. Perder significa, para el gobierno, quedarse con menos del 49%.

Tranquilidad

Tampoco es para decir, o pensar, que en la minera había una guerra.

Todo lo contrario. La relación era cordial y las diferencias estaban claras, por lo tanto no había mayor inconveniente en el día a día. Durante la despedida de Hernández de la empresa, hubo hasta chistes al respecto. Pero esa cordialidad no pudo nunca traducirse en afiatamiento, lo que derivó en la dimisión del ex CEO.

Es en este escenario en el que asumió Thomas Keller. El nuevo CEO apuesta a construir una relación sólida y a que se adapten las fuerzas, pero en ningún caso sometido a un directorio metido en todas las decisiones, que fue lo que no soportó Hernández.

Es decir, el tablero no quedó definido como podría pensarse que quería el directorio sino que, más o menos, igual que antes. En equilibrio. Sobre Keller, se dice que es un luchador y que entiende muy bien que su rol es el de un CEO, que lidera la administración siguiendo los lineamientos estratégicos del directorio, pero que sabrá definir su posición. Que tiene su carácter y que lo ha mostrado desde el día uno en la corporación.

Un cercano a la administración plantea que el directorio podría haber escogido una persona con un perfil más suave, pero que tampoco tenía mucho espacio para hacerlo, pues en Codelco tiene que estar el mejor. Y Keller es, de entre los ejecutivos disponibles en el mercado, por lejos el mejor.

Esto ya se ha notado en sus primeras decisiones. El día martes, en el Congreso, Thomas Keller participó de una sesión de la comisión investigadora sobre la administración de Codelco —que dicho sea de paso, pedirá ampliar el plazo de su investigación— Keller llevó dos presentaciones, una pública y una privada, pues pidió que durante la primera parte de su exposición —en la que se refirió a la estrategia en el caso Anglo American— sólo participaran los parlamentarios. Luego se llevó todas las copias impresas de su presentación.

Al encuentro no acudió Gerardo Jofré, como solía ser cuando iba Diego Hernández, sino Marcos Lima —ex CEO de Codelco en el gobierno de Eduardo Frei— en representación de la mesa. Y el liderazgo, claramente, fue de Keller.

Otras señales

También ha mostrado su fuerza respecto de la opción de que Anglo American le pague a Codelco para llegar a un acuerdo, lo que la estatal valora en al menos US$4.000 millones. Pese a lo impopular que podría sonar —de hecho, sus palabras le valieron las quejas de los parlamentarios de la comisión y una nueva citación al Congreso— reconoció en entrevista con Bloomberg que la postura de Codelco en la negociación es “flexible” y que esa —la del pago— es una de las alternativas. Hernández no había sido tan claro, pese a que en Codelco esta es una alternativa desde el principio. Keller, sin problemas, la explicitó.

¿Qué ocurrirá a futuro? Algunos en Codelco creen que ambos tienen las ganas de afiatarse y compatibilizar sus roles.

La inasistencia de Jofré a la comisión investigadora el día martes, por ejemplo, fue una señal potente. Existe la sensación de que con la salida de Hernández, Codelco se farreó a un gran presidente. Y nadie quiere repetir esa frase, años después, con Keller.

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