Salares y acuíferos del norte en peligro

2 diciembre, 2019
Salares Atacama

Al menos 17 iniciativas, que abarcan cerca de 250 mil hectáreas, buscan su aprobación ambiental para intervenir en distintos sectores de las regiones de Tarapacá, Antofagasta y Atacama, lo que haría peligrar el ecosistema de salares y acuíferos.

Por Cristián Venegas, desde Calama
Revista Nueva Minería y Energía
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Los salares y acuíferos altoandinos son ecosistemas extremadamente vulnerables y frágiles, en los que se han desarrollado microorganismos capaces de soportar altos niveles de radiación solar, salinidad, temperaturas extremas, altitud, e incluso influir y afectar a otros organismos. Condiciones que los hacen únicos y valiosos, pues sintetizadas estas propiedades pueden ser aplicadas en tratamientos de salud, e incluso en nuevos procesos industriales.

Patrimonio microbiológico que no ha desincentivado el desarrollo de nuevos proyectos de exploración de litio en 14 salares de las regiones de Tarapacá, Antofagasta y Atacama. Concesiones que alcanzan las 250 mil hectáreas, en zonas que además han sido explotadas en términos hídricos, como el salar de Atacama, Llamara y Maricunga, según detalla la ecóloga microbiana e investigadora, Cristina Dorador.

“Se ve el salar como un contenedor de agua, de salmuera, incluso de minerales, y no como un ecosistema complejo, que es muy frágil y que puede verse afectado por algún proceso de extracción”, advierte la investigadora del Centro de Biotecnología y Bioingeniería de la Universidad de Chile (CeBiB), quien agrega que los salares altoandinos son un caso particularmente interesante.

Esto, prosigue Dorador, porque como hay poca agua superficial y lagunas que son de muy baja profundidad, la complejidad ecosistémica está más bien dada a nivel microbiano, y si bien los macroorganismos que se ven son endémicos y altamente diversos (como los flamencos), dependen de lo que sucede a nivel microbiano para alimentarse y obtener otros compuestos.

En este sentido, el doctor en ingeniería química y biotecnología de la Universidad de Chile, Carlos Cortés, quien ha centrado sus estudios en los últimos años en las propiedades anticancerígenas de las actinobacterias del salar de Huasco, alerta que no hay estudios más detallados de los salares a nivel microbiológico y que hoy sólo se evalúan los impactos ambientales a una escala mayor.

“Necesitamos estudios más acabados, porque hoy la evaluación de impacto ambiental no considera la vida microbiológica. Su daño puede desencadenar el rompimiento de la cadena atrófica mayor (…), por lo que debemos estudiar el impacto del uso del agua y la alteración de la flora y fauna, hay que hacer un seguimiento sobre el impacto de las comunidades microbianas y cómo eso afecta al resto”, explica el experto.

Protección deficiente

Cristina Dorador, quien es también doctora en Recursos y Ciencias Naturales de la Universidad de Kiel, Alemania, recalca que en Chile la mayoría de los salares no están protegidos por el Estado, pues no son parte de alguna reserva natural, aunque esa categoría tampoco ha sido garantía de conservación. De hecho, la mayoría de los nuevos proyectos de exploración de litio buscan realizarse dentro o cerca de áreas protegidas.

Es así como se proyectan exploraciones en el salar de Huasco, que es sitio Ramsar y Bien Nacional Protegido en la región de Tarapacá; el salar de Ascotán, de la Reserva Nacional Alto Loa y Sitio Prioritario (ERB); salar de Ollagüe, que no tiene protección; salar de Aguas Calientes Norte, de la Reserva Nacional Los Flamencos; salar de Quisquiro, que no tiene protección; salar de Pujsa, que es sitio Ramsar de la Reserva Nacional Los Flamencos; y en el salar de Turi y laguna Helada, ambos lugares sin protección.

A los que se suma el salar de Tara, que es sitio Ramsar de la Reserva Nacional Los Flamencos; salar de Talar, sin protección; laguna Lejía, que es Bien Nacional Protegido y Sitio Prioritario (Ley 19.300); salar Siglia, que no tiene protección; y el salar de Atacama (sur y norte), que es sitio Ramsar de la Reserva Nacional Los Flamencos y Sitio Prioritario, en la región de Antofagasta.

Mientras que en la región de Atacama, hay proyectos de exploración de litio en el salar de Piedra Parada, que no tiene protección; el salar de Pedernales, que es Sitio Prioritario (Ley 19.300); y el salar de Maricunga, que es parte del Parque Nacional Nevado Tres Cruces.

Daños irreversibles

Para el investigador de la Fundación Desierto de Atacama, Alonso Barros, las decisiones en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) se toman políticamente, lo que llega al punto de ser “paradójico”, pues se autorizan proyectos, aunque anuncien que provocarán daños incluso irreversibles, como pasa con la explotación de agua desde el sector de Monturaqui, por parte de Escondida y Zaldívar, que, asegura, tardaría 500 años en recuperarse.

El abogado de la Pontificia Universidad Católica, destaca también el caso del salar de Maricunga, donde “hay un daño muy grande”. Hoy, el proyecto de la minera Salar Blanco, en el modelo hidrogeológico planteado en su estudio de impacto ambiental, muestra que los acuíferos están confinados por unas capas de arcilla impermeable, “cosa que no es cierta” enfatiza, y si bien la empresa ha llegado a acuerdo con algunas comunidades, hay otras que se oponen a ese proyecto.

Alonso Barros agrega que el salar de Llamara tiene los mismos problemas de sobreextracción y de daño calificado al medio ambiente, en su caso, por parte de SQM. Por su lado, la minera detalló “que un proceso sancionatorio le exigió tres medidas y una de ellas requiere presentar un estudio de impacto ambiental, que se presentará el primer trimestre de 2020 y ahí entrarán a la consulta diversas comunidades locales”.

Antecedente positivo

Cristina Dorador, quien pertenece al grupo multidisciplinario Etilmercurio, que integran investigadores y profesionales, indica que un punto interesante que vale la pena relevar, es que en mayo el ministerio de Medio Ambiente nombró a la laguna de Tebenquiche, ubicada en el salar de Atacama, como Santuario de la Naturaleza.

“En la publicación del Diario Oficial cuando se refiere a Tebenquiche y su valor, se hace justamente sobre los tapetes microbianos y los microorganismos que tiene esa laguna. Si ocupamos esos factores, todos los salares de Chile, como mínimo, debiesen ser santuario de la naturaleza, pues todos cumplen el anunciado que se da para Tebenquiche. Si hay una valorización, este es un antecedente importante respecto que hay un patrimonio biológico que no está siendo considerado en la toma de decisiones”, analiza la especialista.

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