Revista Nueva Minería

Raimundo Espinoza, presidente FTC Codelco

En entrevista con Revista Nueva Minería y Energía, el presidente de la FTC de Codelco sostiene que si la empresa no se capitaliza y no se realizan sus proyectos estructurales, la estatal estaría bajando su producción en los próximos años de 1.700 a 700 mil toneladas. ¿Las consecuencias? Las arcas del Estado se verán afectadas en el desarrollo de los diversos proyectos sociales, asegura.

Cuando era un adolescente en El Salvador, su padre le dijo “si quieres entrar en política es sin llorar y vas a tener que apretar los dientes”. Y hasta ahora, Raimundo Espinoza, presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) que agrupa a unos 1.500 mineros de Codelco, ha sido un duro que sigue apretando los dientes.

Es así como desde 1992 el dirigente sindical ha estado representando a los trabajadores en el directorio de Codelco, y el año pasado fue ratificado por el ex Presidente Sebastián Piñera hasta el año 2016.

Pero el camino no ha sido fácil. La capitalización de la estatal, las expectativas y reformas propuestas por el nuevo gobierno, las relaciones laborales entre los trabajadores y la cuprífera han concentrado su atención en el último tiempo. En entrevista con Revista Nueva Minería y Energía, Espinoza analiza estos temas en profundidad y entrega luces acerca de los focos de su gestión.

¿Qué papel debiera cumplir el gobierno de Michelle Bachelet ante el actual escenario que vive Codelco?

Codelco tiene el desafío de concretar los proyectos estructurales que actualmente están en desarrollo, los cuales garantizarán la vida útil de sus actuales faenas por sobre los 50 años. Con el gobierno anterior ya veníamos avanzando en este tema, pero el gran desafío de la Presidenta Bachelet es cómo se van a financiar los proyectos de la empresa. ¿En qué sentido? Si no tenemos los recursos en los próximos meses para continuar con los proyectos, varios de ellos se estarían deteniendo, como por ejemplo, el proyecto Mina Chuquicamata Subterránea.

Lo que hemos estado planteando al gobierno y a las autoridades es que tiene que haber un gran acuerdo político para poder enviar un proyecto de ley al Parlamento, con el fin de obtener dinero de los fondos soberanos que Chile tiene depositados en el exterior. Ante ello, un proyecto de ley es una medida necesaria, considerando que la Presidenta Bachelet en su mandato anterior envió un proyecto de estas características. ¿La razón? Cuando se tuvo que modificar el directorio, vía ley se capitalizó la empresa con US$ 1.000 millones en esa oportunidad, y actualmente necesitamos entre US$ 1.200 a US$ 1.400 millones para este período 2014.

“Creo que a todos nos debe importar que Codelco sea la empresa más grande, eficiente y competitiva para que entregue grandes recursos al Estado”, dice Raimundo Espinoza.

¿Considera que hay lineamientos claros para la minería en el programa de la Presidenta Bachelet?

En las conversaciones que hemos tenido con la ministra de Minería y con algunas autoridades del nuevo gobierno, hay disposición para trabajar en conjunto. Sin embargo, aún no se nombran a los tres directores que tiene que designar el gobierno, y cuando eso ocurra las definiciones se van a tomar después de mayo. Pero en lo esencial, hay un compromiso por parte del gobierno actual de capitalizar Codelco. La encrucijada está en que nos pongamos de acuerdo de qué forma se va a hacer. Y eso es urgente. Si Codelco no se capitaliza y si no se realizan sus proyectos estructurales, la estatal estaría bajando en los próximos años de 1.700 a 700 mil toneladas, es decir, estaríamos bajando la producción, lo que indiscutiblemente afectará las arcas del Estado para el desarrollo de los diversos proyectos sociales.

Capitalización y reforma tributaria

Codelco ha tenido problemas para obtener capitalización y recursos frescos para financiar sus grandes proyectos. ¿La FTC tiene alguna propuesta de cambio o mejora del actual sistema de financiamiento de la empresa?

La única fórmula es que Codelco tenga un financiamiento permanente. ¿Qué es lo que hemos planteado? Que se capitalice el 20 ó 30% de las utilidades de la empresa. Es una necesidad, ya que Codelco es la compañía que menos ha capitalizado en el sector minero con un 8%, mientras que las empresas privadas han capitalizado sobre un 40%.

Otro punto que destaco es que los ministros de Hacienda de cualquier gobierno, utilizan esta empresa durante los cuatro años en los que se desempeñan en su cargo. El problema está en que Codelco debe ser gestionada con una visión de largo plazo, ya que los proyectos tienen un período de 25 a 30 años de gestación y maduración. Es por eso que la FTC ha planteado una capitalización permanente. Esto lo hicimos público cuando se formuló la ley de los gobiernos corporativos, pero no fue aceptado en ambas cámaras legislativas y tampoco fue una indicación del gobierno. Por eso esta es la única salida que tiene Codelco. Y nuestra impresión como Federación es que el sector privado también debe tener cuidado.

¿En qué sentido?

Creo que a todos nos debe importar que Codelco sea la empresa más grande, eficiente y competitiva para que entregue grandes recursos al Estado. Si no es así, los privados se verán afectados porque los ojos del país y de la sociedad se dirigirán hacia las utilidades que éstos tienen. Por ello, al sector privado le debe interesar que Codelco tenga los recursos necesarios para poder seguir desarrollando el conjunto de proyectos que tiene en carpeta.

El Centro de Estudios del Cobre y la Minería, Cesco, recomienda que debería mantenerse la entrega del plan a tres años que hace Codelco a Hacienda y luego ellos decidir cuánto de ese plan se financiará con capitalización. Y esto debería estar sujeto a un organismo que sea asesor y vinculante para el Ministerio de Hacienda. ¿Comparte ese juicio?

Es que cuando hay distintos estamentos involucrados ahí se generan los problemas. El tema es la burocracia que existe en el país. La ley dice que el directorio enviará a la junta de accionistas su plan trianual de inversiones, por lo tanto si no hay voluntad, cualquier organismo colocará trabas, porque el poder lo tiene el Ministerio de Hacienda.

Es el ministro de esta cartera quien determina si hay recursos o no. Si no hay voluntad política podemos tener veinte estamentos que revisen cada ítem del plan y el escenario va a continuar igual. Tienen que ponerse de acuerdo los partidos políticos, el Parlamento, el gobierno, los trabajadores y la empresa para buscar ese gran mecanismo de financiamiento. ¿Qué ha dicho la Federación? Que sea un porcentaje de los excedentes que deja Codelco. Otros organismos también han planteado sus fórmulas, pero lo único claro es que esta empresa necesita recursos. Puedo compartir lo que manifiesta Cesco, sin embargo, insisto en que la clave en esta materia es la voluntad política.

¿Cuáles son sus expectativas frente a lo que será el primer proyecto de ley de la administración de Bachelet, la reforma tributaria? A su juicio, ¿corresponde que la minería privada pague más impuestos? En caso que sí, ¿cuánto más sería lo óptimo?

Hay una discusión que se planteó cuando se modificó el royalty, que sabemos resultó en un impuesto específico. Ante este escenario, tiene que idearse una reforma tributaria, pero con un royalty real. Eso tiene que ser efectivo. Es decir, una reforma tributaria con un royalty que sea realista a las utilidades que generan las empresas mineras, para poner en marcha las reformas sociales y educacionales que la sociedad chilena está demandando.

En un proyecto minero, por ejemplo, la rentabilidad puede ser de un 20 a un 25%. Pero cuando la rentabilidad excede ese porcentaje, los recursos que se quedan en el país deberían ser mucho más cuantiosos. Por lo tanto, lo que estamos diciendo es que el excedente de utilidades debe ser del Estado de Chile.

Esto lo planteamos en el Parlamento, pero no pasó nada. Y digo con convicción que hay recursos. Tenemos los fondos soberanos y el 10% que se entrega a las Fuerzas Armadas, que deben tener unos US$ 6.000 millones depositados en ahorro producto de lo que ha entregado Codelco.

En consecuencia, no se puede seguir estrujando esta vaca lechera que es Codelco, porque va a llegar un momento en que no va a dar más leche. Cuando eso ocurra saldrán las voces a pedir la privatización de la empresa. Y eso sí que es preocupante. Pero creemos y tenemos confianza en que el gobierno entregará los recursos para desarrollar las iniciativas que esta empresa del Estado tiene en carpeta.

¿Y aventura una cifra?

No lo tengo claro, pero estoy convencido que se debe generar un debate serio para consensuar un monto.

Gobierno corporativo

“Creo que hay un poco de soberbia en quienes manejan la empresa”, dice el presidente de la FTC.

¿Cómo evalúa el sistema de gobierno corporativo que tiene Codelco? ¿Ha funcionado en forma adecuada, eficiente?

El gobierno corporativo ha estado en proceso de estreno, es decir, en marcha blanca. Ya vamos a cumplir cuatro años desde que se implementó este sistema y mi impresión como presidente de la FTC, es que esta empresa del Estado por las características que tiene, nunca va a estar ajena a la influencia política. Es más, el directorio ha tenido injerencias políticas en los últimos cuatro años en diversas decisiones, por ejemplo en el conflicto con Anglo American. Entonces, creo que en la medida en que este sistema vaya evolucionando y el directorio tenga la capacidad efectiva de poder incidir en torno al tema de la inversión, bienvenido sea. Pero hoy no es así. Actualmente, el directorio presenta un plan y la junta de accionistas lo aprueba, de lo contrario, no hay recursos. En este sentido, el directorio también está atado de manos en cuanto al poder de decisión que puede ejercer. Aquí están las modificaciones que también se deben realizar.

¿Y cree que hay voluntad política para que Codelco solucione sus problemas y pueda seguir siendo una compañía competitiva?

De acuerdo a las últimas encuestas que conozco, más del 80% de los entrevistados señaló que Codelco debe estar en manos del Estado. El punto central es que la cuprífera debe ser eficiente, y mientras más eficiente sea, indiscutiblemente va a tener un mayor apoyo de la ciudadanía para mantener su sitial en el mercado. Pero más allá de eso, ¿qué es lo que ha pasado? Los privatizadores creen que la eficiencia de las empresas radica precisamente en el sector privado, pero desde que Codelco fue nacionalizada hasta la fecha, ha entregado más de US$ 110.000 millones al Estado. ¿Qué podemos concluir? En que no hay ninguna duda de que la mejor decisión técnica y política fue cuando esta empresa se nacionalizó.

No obstante, de un tiempo a esta parte ha habido una despreocupación del Estado por financiar esta empresa. Pues, cuando en los últimos seis años la cuprífera ha entregado cerca de US$ 6.000 millones al Estado y se ha capitalizado un 8% de aquello, entonces, queda claro que ninguna empresa puede competir en las condiciones como lo hace ésta.

Es por esto que los proyectos estructurales hay que hacerlos ahora. Chuquicamata, Andina, El Teniente no resisten más. Y la situación se vuelve crítica con un gobierno que llega con pocos recursos y grandes expectativas, y donde hay problemáticas distintas que antes no las discutíamos como la escasez de recursos hídricos y energéticos, la importancia de la sustentabilidad, entre otros factores.

Relaciones laborales: un punto de quiebre

¿Qué evaluación hace de la relación trabajadores-ejecutivos en Codelco?

Esta administración entendió en el último minuto de que los temas hay que conversarlos con los trabajadores. Para poder sacar adelante esta empresa y enfrentar los desafíos que hay no solamente en los aspectos inversionales, sino también los que tienen relación con las comunidades, tiene que haber un gran acuerdo con la organización sindical. Creo que hay un espíritu por parte de algunos actores dentro de la administración que creen que este camino no es el más óptimo. ¿De qué estoy hablando? Me refiero a que firman acuerdos para hacer lo contrario, por lo que hay una crítica por parte del mundo sindical frente a la forma como ellos -la administración- plantean la participación. En simple, creo que hay un poco de soberbia en quienes manejan la empresa.

Pero algunos señalan que hay un intento de cogobierno que genera una dificultad para la cuprífera estatal…

Es que cuando se discute el tema de la productividad y eficiencia, y los incentivos están ligados a eso, los trabajadores no tienen la responsabilidad de la mala calidad de las planificaciones mineras, por ejemplo. O bien, cuando los proyectos no entregan los resultados que debieran arrojar producto de los compromisos. Por estas razones, naturalmente debemos involucrarnos en la gestión. Y eso no le gusta a la administración superior de Codelco.

¿Qué responde usted frente a las críticas por los bonos considerados por algunos actores como “excesivos” que se entregan a los trabajadores de la minería? ¿No es contraproducente en un escenario de menor productividad en el rubro?

Se ha tratado de generar un ambiente de asombro a nivel público frente a este tema. Cuesta mucho explicarlo. En simple, hay contratos colectivos que se firman a 36 o 48 meses, y dentro de eso se arrastran los contratos colectivos anteriores que incorporan el precio del IPC y otros factores que van incrementando el monto de los bonos. Pero en concreto, creo que como trabajadores del cobre no debemos sentirnos mal frente a estos bonos que se pagan porque entendemos cómo están estructurados.

A propósito de este punto, ¿qué rol cree usted que deben cumplir los sindicatos en la sociedad actual y especialmente en Codelco?

Los sindicatos son el punto de equilibrio entre el empresariado y los trabajadores. En este sentido, en cualquier empresa las transformaciones se deben hacer con los trabajadores y no en contra de éstos. Este es un cambio de perspectiva que las empresas deben incorporar, de lo contrario, fracasarán en un contexto de una sociedad que cada día está más empoderada y consciente de sus derechos.