Proyectos de desalación asociados a la gran minería suman US$10.000 mills.

14 marzo, 2012
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14-03-2012 La Tercera – Noticias
La situación crítica de disponibilidad de agua en el norte ha obligado a mineras como Escondida, Collahuasi y hasta Codelco a invertir en esta tecnología

Ante la escasez de agua, inversión. La gran minería -no todo el sector, porque las inversiones que se requieren son altísimas- ya asumió que en zonas donde la escasez del recurso es crítica, deberá gastar grandes sumas de dinero para poder mantener vivo su negocio.

Actualmente, las mineras que tienen proyectos de desalación o transporte de agua de mar suman iniciativas por casi US$10.000 millones, siendo Escondida, con un plan que suma US$3.500 millones, la que más dinero demandará.

En términos simples, este tipo de tecnologías requiere de una unidad captadora de agua de mar en la zona costera, una tubería para impulsar el agua de mar hacia las faenas, estaciones impulsadoras del agua que viaja por la tubería, un sistema para desalar el recurso (en caso de que la minera así lo decida, pues también se utiliza agua de mar de forma directa) y un ducto para devolver el agua tratada hacia el océano. A esto hay que sumar el consumo de electricidad, que no es menor.

En el mercado se señala que este tipo de proyectos requiere de una inversión de al menos, US$600 millones, aunque para un tamaño como el que requieren estos proyectos, se habla de al menos US$1.000 millones. Pese al costo elevado, iniciativas como Esperanza (del grupo Luksic, ya concluida y operativa), Quebrada Blanca Fase II y Relincho (Teck) y las expansiones de Radomiro Tomic, de Codelco y Collahuasi, han sido diseñadas con proyectos de transporte de agua de mar asociados. Sin embargo, esto no significa, necesariamente, que las mineras vayan a liberar derechos de agua ni mucho menos, puesto que es posible que el agua de mar no cubra todos los requerimientos y, en ese caso, el agua dulce se mantendrá a modo de respaldo.

Seguros

De la misma manera, en caso de falla de los sistemas de impulso y transporte de agua de mar, se requiere de reserva, para lo cual se mantendrán estos derechos. Se suma, creen en el sector, el hecho de que un derecho de agua es un verdadero tesoro, por lo cual nadie siquiera pensaría en deshacerse de este bien.

Pero no basta con construir una de estas unidades, también hay que operarlas. Y en ese sentido, el consumo de energía es esencial. “En general, las características geográficas de la localización de las faenas chilenas son cortas distancias desde la costa (alrededor de 180 kilómetros) y gran altitud respecto al nivel del mar (promedio 3.000 metros sobre el nivel del mar). Para ello, se requieren -al menos, cuatro estaciones de bombeo que, en promedio, consumen 14 KWh/m3 de energía, lo que equivale a cuatro veces el consumo requerido para desalinizar el agua”, explica un informe de la Comisión Chilena del Cobre.

Agua de mar directa

Los avances en la minería han permitido no sólo utilizar agua dulce, sino que también agua de mar de forma directa. Esto permite ahorrar el gasto en energía que supone la operación de una planta desaladora, pero esta tecnología ha tenido algunos problemas, debido a que las altas concentraciones de sal corroen los equipos.

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