Plan voluntario de retiro en División Chuquicamata lleva 40% de avance
Pese a que al inicio la administración de la estatal puso mucho esfuerzo en que la iniciativa funcionara, le han bajado el ritmo, explican los trabajadores de la minera.
Sin prisa, pero sin pausa avanza el plan de egreso voluntario de Chuquicamata, que busca reducir la dotación de esa faena en poco más de 2.000 trabajadores a 2017.
Motivado por la necesidad de adaptar la planta a los requerimientos de la futura operación subterránea del yacimiento, esta propuesta de retiro tiene una motivación distinta a la que hace unos días anunció Minera Escondida, donde el objetivo fundamental es la reducción de costos (ver recuadro).
Consultada la estatal por los avances de esta iniciativa, que fue formalizada en diciembre 2012, en el marco de la negociación colectiva anticipada con los sindicatos, señalaron que “actualmente, el plan de egreso ha seguido su curso normal con algunas variaciones en el último período y a la fecha lleva un avance total de cumplimiento cercano al 40%”.
Trabajadores de esa división comentan que los planes iniciales han cambiado, por lo que es probable que no se llegue a los 2.000 trabajadores, sino que a una cifra menor, cercana a 1.700 o 1.800 personas.
De hecho, han notado una baja en la intensidad con la que se promueve el plan y hoy incluso la corporación está analizado caso a caso las solicitudes de retiro presentadas, dada la conveniencia de mantener a trabajadores que tienen conocimientos útiles para la operación.
Mirada sindical
El presidente del Sindicato Minero, Carlos Basques, cree que lo anterior responde al objetivo de la división de mejorar su productividad, para lo cual necesitan personal experimentado.
Agregó que hay ciertas áreas del rajo que podrían tener un período mayor de explotación, lo que también baja la presión respecto del retiro de algunos empleados. Ejemplo de esto, dice Basques, es que la explotación norte de la Mina Sur tendría recursos para un año y medio más.
Además, para marzo esperan respuesta de la empresa a la solicitud de contemplar la explotación de algunas fases del rajo que permitirían mantener, eventualmente hasta 2020, a un mayor nivel de personal en superficie, para mantener niveles de producción en caso de que el proyecto subterráneo se retrase, algo usual en los grandes proyectos.
Otras fuentes agregan que el avance lento es natural, porque se trata de la última opción de los trabajadores de salir a retiro, en especial si no se cuentan con los recursos para mantener una pensión equivalente al 70% del sueldo que reciben en la actualidad.
En ese sentido, plantean que los sindicatos podrían volver a insistir en mejorar el plan de retiro, lo que podría darse en el marco de la negociación colectiva de 2017.
Fuente: Diario Financiero
