Revista Nueva Minería

La feria y convención que se celebró a mediados de septiembre en Arequipa, no hizo más que confirmar el despegue de la minería peruana en los próximos años. También fue un punto neurálgico de protestas contra el proyecto Tía María, que más de algún inconveniente produjo a la organización.

Por Paula Chapple, desde Arequipa, Perú
Revista Nueva Minería y Energía
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Arequipa da la bienvenida. Un clima cálido y un cielo azul avisan de un movimiento inusual en “la ciudad blanca”, como se le conoce. Se trató del desarrollo de Perumin 34, convención minera organizada por el Instituto de Ingenieros de Minas de Perú (IIMP), pero también de la reanudación de nuevas protestas contra el proyecto de cobre Tía María, cuya inversión prevista es de unos US$ 1.500 millones.

Por esta razón, una tensa calma imperaba en las afueras del recinto ferial. Si bien los manifestantes llegaron hasta las calles aledañas, siendo contenidos por la fuerza policial, ello no empañó el evento, aunque sí alteró la tranquilidad y el calendario de autoridades que darían el vamos a la cita de importancia mundial.

No por nada los más de tres mil policías destinados para el cónclave minero, con tres anillos de seguridad para acceder al recinto ferial y drones empleados en la seguridad interna, eran parte de la bienvenida a los más de 60 mil asistentes que se esperaban. Pese a ello, el oficialismo confirmó su apoyo a la actividad.

Fue el presidente de Perú, Martín Vizcarra, durante su participación en la feria, quién ratificó el compromiso del gobierno con el sector. “Perú es un país de larga tradición minera. Esta industria ha ido superando una serie de retos a lo largo de su historia para transformarse. Los desafíos fueron técnicos, financieros y de sostenibilidad. Hoy el reto consiste en cómo lograr que esta actividad económica, tan importante, se desarrolle en armonía con el entorno social”.

Máxima cautela

En un recorrido por los pabellones y stands de los principales países mineros y proveedores tecnológicos presentes en la feria, realizada en el Centro de Convenciones Cerro Juli, el visitante pudo observar lo que parece ser el despegue definitivo de Perú en lo que a inversión minera se refiere.

Las cifras son elocuentes. Según la proyección del Banco Central de Reserva de Perú (BCRP), se proyecta una inversión total de US$ 9.700 millones entre el 2019 y 2020, donde la construcción de proyectos como Quellaveco (US$ 5.300 millones), Mina Justa (US$ 1.600 millones) y la ampliación de Toromocho (US$ 1.300 millones), sostendrían este resultado.
Todo hace presagiar entonces que el sector minero vivirá de manera próspera lo que queda de este 2019. Sin embargo, la industria peruana tiene dos desafíos por delante, de acuerdo lo señalado por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) de ese país: la tramitocracia y conflictividad.

Según representantes de la entidad gremial presentes en Perumin, el dinamismo de la minería puede verse afectado por ambos temas pendientes. El primer reto hace referencia a la demora del sector público para tramitar las iniciativas del sector privado en términos de inversiones. Por su parte, la conflictividad consiste en las trabas que encuentran los megaproyectos a nivel social.

Según estimaciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), para que la inversión minera se haga realidad, será imprescindible erradicar los dos desafíos descritos anteriormente. Un reto complejo, pero no imposible, según lo manifestado por actores de la industria peruana en la feria.

Innovación y tecnología

De acuerdo a lo señalado por el propio mandatario peruano en su discurso, el gobierno está dando un lugar preponderante a la minería, debido a que generará un impacto positivo en la economía del país, con más de US$ 17 mil millones en los próximos años. “Creemos que podemos generar un marco regulatorio que pueda estar a la altura de la minería, sumado a tecnología de punta que se desarrolla en Perú”, puntualizó.

Precisamente las nuevas tecnologías y la innovación son parte central para lograr ese desarrollo, y en Perumin 2019 no sólo se habló de proyecciones y cifras, sino también de los cambios y transformaciones que están incorporando las empresas del área.

Y es que al recorrer los stands y pabellones, queda claro que Perú se subió al carro de la innovación. Tecnologías como la realidad virtual e inmersiva, la inteligencia artificial, equipos autónomos y el big data, o la aplicación de la metodología Building Information Modeling (BIM); marcaron la agenda de las charlas técnicas en el Foro de Tecnología, Innovación y Sostenibilidad (Foro TIS) de la convención.

Ejemplo de ello es la compañía de Minas Buenaventura, cuyo presidente del directorio, Roque Benavides, reveló que cuentan con una planta de procesamiento de concentrados de plata en la unidad minera de Uchucchacua para la obtención de sulfato de manganeso. También tiene un centro de investigación sobre cobre arsenical, a fin de separar el arsénico del metal rojo.

Por su parte el gerente general de Antamina, Abraham Chahuán, señaló que en sus operaciones en Áncash se usa la analítica de datos, la inteligencia artificial y el manejo predictivo de camiones mineros. En tanto, Tom McCulley, director ejecutivo de Anglo American Perú, señaló que lo que buscan con la construcción de Quellaveco es que la mina sea una operación totalmente digitalizada y automatizada. “La idea es que la planta procesadora sepa de dónde vienen los polvos y se ajuste de manera automática, a medida que pasa el tiempo y se obtiene información”.

Futuro minero

Además de los ya conocidos proyectos como la ampliación de Toromocho, Mina Justa y Quellaveco -que destacan por los próximos tres años, y que darán continuidad al ciclo de inversiones mineras-, hay siete proyectos por un valor de US$ 7.600 millones que podrían iniciar su construcción después de 2021, lo que permitiría que el ciclo de inversiones se prolongue. Tales iniciativas son Los Chancas, Pampa de Pongo, como grandes proyectos, y Magistral, San Gabriel y Trapiche como medianos.

Destaca también la ampliación de Santa María y de Pachapaqui, Coroccohuayco, Yanacocha Sulfuros y Tía María (recientemente aprobado el permiso de construcción), así como Quecher Main, Ariana y Relaves B2, estos últimos cuyo inicio de producción se espera entre el 2019 y 2021.

El encuentro contó con la participación del ex presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, quien aprovechó la ocasión para señalar que “debemos incorporar gradualmente las nuevas tecnologías digitales y propender fuertemente a la innovación. Tenemos que entender que la minería solamente será posible en la medida que sea sustentable”.

Más de tres mil policías estuvieron a cargo de la seguridad del evento. El primer día, las protestas contra la industria marcaron la pauta en las cercanías del recinto ferial. (Foto: Perumin)

Por último, el ex mandamás de la estatal chilena, resaltó que el 30% de la nueva minería será subterránea y será a gran escala pese a ser proyectos mucho más grandes. Añadió que Sudamérica tiene que aprovechar la oportunidad, eso significa un cambio de mentalidad que lleve a un cambio de procesos.

Cabe destacar que Chile tuvo una importante presencia en Perumin 2019. Además de las autoridades y representantes nacionales que participaron en foros y conferencias, el país marcó protagonismo por medio del pabellón chileno, encabezado por ProChile, que estuvo conformado por 24 empresas nacionales que mostraron sus servicios y productos, junto al lanzamiento de Expomin 2020.

Perumin en cifras

60.000 visitantes
29.000 m² de exhibición
1.400 stands
500 trabajos técnicos