Perú no logra salir del estancamiento en medio de disturbios mineros

12 mayo, 2015
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Mina Toquepala en Perú. Gentileza: Southern Perú.

Inversión en exploración minera en Perú cae 26% en 2013

Cerca de US$ 25 mil millones de las inversiones mineras en Perú han sido paralizadas por disturbios violentos.

El gobierno de Perú envió tropas al suroeste del país el fin de semana después de que violentas protestas contra un proyecto minero resultaran en la muerte de un segundo activista y un policía la semana pasada.

Los pobladores locales dicen que la mina de cobre propuesta arruinará el medio ambiente y dañará la agricultura si entra en funcionamiento.

El presidente Ollanta Humala dijo que no ha “perdido la esperanza” de que el diálogo sobre el proyecto pueda reanudarse. “Sin embargo, cualquier avance en la larga disputa sobre la mina Tía María parece ser lejano”.

Cerca de US$ 25 mil millones de las inversiones mineras en Perú han sido paralizados por disturbios violentos y el aumento de los costos, paralizando la economía de la tercera mayor nación productora de cobre del mundo.

El destino de la mina de US$ 1.400 millones, propuesta por Southern Copper de Grupo Mexico, es sintomático de cómo se ha perdido impulso en lo que ha sido una de las grandes historias de crecimiento de América Latina. El fin del boom de los commodities ha dejado Perú, donde la minería contribuye en alrededor del 15% del Producto Interno Bruto, luchando por adaptarse.

“Nuevas protestas contra Tía María retrasarán aún más el proyecto, que podría descarrilar por completo; destacan los desafíos estructurales que enfrenta la actividad minera en Perú limitando los esfuerzos del gobierno por atraer la inversión”, dijo Eurasia Group.

Tía María ha sido objeto de una huelga desde marzo, mientras que Minas Conga, otro proyecto de alto perfil, encabezada por el gigante del oro estadounidense Newmont, lleva estancado desde fines de 2011 después de que las protestas dejaran varios muertos.

El presidente Humala, un ex oficial del ejército, ganó una elección cerrada hace cuatro años comprometiéndose a apoyar a los pobres en los muchos conflictos mineros del país. Pero las amargas batallas han continuado y poco más se ha logrado, dicen los críticos. Mientras tanto, la economía se ha desacelerado bruscamente. Las expectativas son bajas cuando empieza la cuenta atrás de los 15 meses restantes del mandato de cinco años del presidente.

“Los peruanos están esperando que este mandato llegue a su fin”, dijo Luis Nunes, politólogo. “Los líderes empresariales, los políticos y la gente de la calle culpa al presidente por su incapacidad para tomar decisiones, para tomar medidas”. El gobierno había esperado US$ 64 mil millones en inversiones mineras para el final de la década, pero más de un tercio está congelado debido a las protestas y al aumento de los costos.

Parte de la parálisis se debe a una puerta giratoria en el gobierno. Humala ha pasado por una larga lista de ministros, incluyendo siete primeros ministros -un récord- desde su toma de posesión. Todos menos uno de los primeros ministros ha salido en medio de un escándalo. El más reciente, Pedro Cateriano, sobrevivió un voto de confianza el 27 de abril.

La próxima batalla del gobierno será la de convencer a un Congreso altamente fracturado para que le concedan poderes especiales para legislar en cuestiones económicas. Los analistas dudan de que los votos estén ahí.

La economía peruana se ha desacelerado en parte porque la demanda de recursos ha disminuido en Asia. Su tasa anual de crecimiento promedio en la última década fue de 6,4%, pero que cayó a 2,4% el año pasado, y a apenas 1,3% en los dos primeros meses de este año.

El Ministerio de Finanzas está apostando a su pronóstico de expansión de 4,2% para todo el año. Las cifras de producción minera de marzo están a su favor, cuando la producción de cobre se elevó 9,3% y la de oro, hasta 10,4% respecto al mismo mes del año pasado.

Pero pocos economistas comparten esta visión optimista. Francisco Rodríguez, economista jefe para la Región Andina de Bank of America Merrill Lynch, espera un crecimiento de 2,4%. “Humala no sólo no es popular entre la opinión pública, sino que tampoco entre el sector empresarial, donde la mayoría lo culpa por la desaceleración”.

Fuente: Diario Financiero

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