Nuevos desafíos para la minería
“La minería chilena se encuentra enfrentada a desafíos inéditos, tanto por circunstancias en desarrollo al interior del país, como por la nueva situación generada a partir del 24 de febrero en Ucrania”.
Por Sergio Villegas, economista Universidad de Chile;
Universidad de Helsinki, Finlandia
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Bien podríamos afirmar que la minería chilena se encuentra enfrentada a desafíos inéditos, tanto por circunstancias en desarrollo al interior del país, como por la nueva situación generada a partir del 24 de febrero en Ucrania. En primer lugar, el sector siempre ha tenido que enfrentar desafíos que son comunes a su quehacer tanto político como administrativo, sin embargo, preocupa sobremanera lo que se discute y aprueba en la Convención Constitucional.
Efectivamente, el intento de implantar el deseo de nacionalizar todos los recursos naturales del sector, sin dejar espacio a definir metas, tiempos, formas de obtención de esos activos, presentes y futuros, generan una inmediata incertidumbre.
Este gran debate, por su importancia estratégica, pone temporalmente detrás del escenario otras emergencias que no dejan de preocupar a la nueva administración y que deben ser asumidas por las nuevas autoridades. Para citar solo algunos ejemplos, observamos los posibles daños a la pequeña y mediana minería por la implementación de la Ley N° 21.420, que modifica el Código de Minería y fue aprobada sin las suficientes consultas y al ritmo de la actual vorágine legislativa. El nuevo gobierno tiene el desafío de elaborar las iniciativas para proporcionar desde su sector, la fórmula más propicia de un royalty justo para aportar al tesoro del país quien debe asumir la responsabilidad de cumplir compromisos sociales contraídos.
Se requerirá, obviamente, revisar el rol de la institucionalidad minera otorgando a Cochilco las atribuciones fundacionales cercenadas a fin de observar, controlar, las inversiones extranjeras y nacionales, aportar a los proyectos, actuando coordinadamente de manera más efectiva con el SII y el propio ministerio de Hacienda. Cuidando el interés nacional, corresponderá revisar los métodos de control y de eficiencia administrativa del Sernageomin, aspectos un tanto descuidados durante los últimos años. En este deber controlador se impone la necesidad de contar, en el corto plazo con el instrumento, léase laboratorio de alta calificación de elementos, de propiedad del Estado, para dar fiabilidad al proceso de cobro justo de los aranceles que los exportadores de concentrados deberán pagar al Estado chileno. Esto se ha intentado antes, pero por diversas y controvertidas razones no se ha concretado.
Finalmente, debe ser materia de preocupación no ignorar los posibles escenarios que ya se articulan a nivel político y económico como consecuencia de los acontecimientos bélicos en Ucrania. Existe casi un consenso que a partir del 24 de febrero se da inicio a un proceso que pone las bases para un Nuevo Orden Político y Económico internacional de carácter bipolar. ¿Afectará dicho fenómeno al comercio exterior chileno y en especial a nuestras inversiones y exportaciones mineras y a las no metálicas? Ya se observa el interés por invertir y acceder a los recursos naturales, a materiales críticos que los países beligerantes e industriales requieren en la emergencia de alternativas tecnológicas para los reemplazos de energías convencionales. Chile no estará fuera del interés de esas miradas.
Es indudable que en algún grado esto pueda llevarnos a enfrentar problemas, más aún cuando se intenta en la poderosa y emergente región euroasiática, comenzar a imponer el patrón oro para reducir la importancia del U.S.dólar, la moneda de cambio de todo nuestro comercio internacional. La observación de este fenómeno y el análisis día a día desde una perspectiva de no alineamiento político, deberá ser una disciplina y preocupación también de nuestros ejecutivos y gobierno en general.
