Revista Nueva Minería

El yacimiento aportará durante el primer quinquenio 200.000 toneladas de cobre fino y 330 toneladas de plata anuales al país.

La última fase que la división acaba de completar fue la puesta en marcha de un complejo de tostación de concentrados, tecnología que por primer vez se aplica en el país. Mientras tanto, ya dio el vamos a su régimen de producción.

Llegó el ansiado momento. Tras años de estudios y análisis, Codelco puso en marcha el primero de sus cinco proyectos estructurales, Ministro Hales, designado así en honor al destacado político y autoridad del sector minero, Alejandro Hales Jamarne.

Ubicada a cinco kilómetros al norte de Calama, la división Ministro Hales (DMH) es una de las grandes sorpresas que inquietarán las aguas del mundo minero durante este año. Y no es para menos. El yacimiento aportará durante el primer quinquenio 200.000 toneladas de cobre fino y 330 toneladas de plata anuales al país, al contar con un recurso de 1.300 millones de toneladas y una ley media de 0,96% de cobre en el período en que operará como rajo abierto, para pasar a ser después una mina subterránea.

“La iniciativa alcanzó en sólo 4 meses un nivel de tratamiento en su planta concentradora equivalente al 70% de su capacidad de diseño, hito que da cuenta de un “ramp up” muy satisfactorio”, dijo el presidente ejecutivo de Codelco, Thomas Keller, durante la Cena Cesco.

Con una inversión total de US$ 3.100 millones, el proyecto, que anteriormente se denominó Mansa Mina por la gran cantidad de reservas que posee, pudo materializarse después de años de haberse descubierto, gracias a nuevas tecnologías que posibilitan manejar las impurezas que tiene el mineral.

Para enfrentar este último problema, la división acaba de completar la puesta en marcha de un complejo de tostación de concentrados. Tal infraestructura permite calentar el material con todos sus azufres, gasificarlos y liberarlos, para separarlos del concentrado, transformándolos en un producto manejable. “De ahí se obtiene una serie de subproductos que tienen valor en el mercado, pero que nosotros no procesaremos”, sostuvo el gerente general de la división, Claudio Olguín.

Asimismo, Ministro Hales producirá calcina (concentrado de cobre sin impurezas), que será tratada en la fundición de Chuquicamata, y como subproducto también producirá concentrado de cobre. Así, en caso de dificultades operacionales en el horno flash o en el convertidor Teniente (CT) para procesar la calcina de DMH, se podrá producir el concentrado de cobre Ministro Hales, el cual ya tiene mercado, de modo de no detener el funcionamiento de la mina. Además, en otra de las sinergias de este proyecto con la operación de Chuquicamata, se compartirá una parte del tranque de relaves con Ministro Hales.

Otro elemento particular de la nueva división es la alta producción de plata, que posicionará a Codelco como uno de los cinco principales actores de este mercado en el mundo.

En la mira de los desarrolladores del proyecto también está el paso de la mina a subterránea en el futuro.

Y es que en la mira de los desarrolladores del proyecto también está el paso de la mina a subterránea en el futuro. “Ya tenemos una ingeniería de perfil para partir entre 2018 y 2023. Todo depende de cómo nos desarrollemos y demos los últimos pasos, para entrar con las ingenierías adecuadas que permitan seguir con la minería subterránea”, añadió Olguín.

El proyecto por dentro

La grandeza del proyecto no sólo impacta por la importancia de su producción, sino también por los equipos y procesos que involucra.

Y si hay un foco donde la división puso sus mayores esfuerzos fue en el abastecimiento hídrico, uno de los problemas críticos que afectan a toda la industria. Es por esto que concretó el proyecto de Pampa Puno, para abastecer en parte la demanda de recursos hídricos del yacimiento.

“De esta manera, Codelco cuenta con derechos de agua constituidos para la extracción de un caudal medio anual de 300 litros por segundo en la alta cordillera, en el sector de Pampa Puno, a 120 kilómetros al norte de Calama”, dicen desde la compañía. Por ello que el alcance de este proyecto es crucial, ya que corresponde al desarrollo de todas las actividades que permitan la captación de agua de campos de pozos en esa zona, y su conducción hasta la aducción existente en San Pedro-Chuquicamata, junto con un refuerzo de 11 kilómetros de esta última aducción y un reservorio en Chuquicamata.

En términos de infraestructura, se contemplaron obras importantes para dar vida al proyecto. Ejemplo de ello son las plantas de la División Ministro Hales que constan de tres grandes áreas.

La primera corresponde al chancado, que es donde está el chancador primario, la correa overland y el stockpile de 50.000 toneladas vivas. En segundo término está la concentradora, con un molino SAG, dos molinos de bolas, las celdas de flotación, los espesadores de relave, los espesadores de concentrado y la planta de filtro. La otra área es el complejo de tostación, que lo componen el domo de concentrado (donde se almacena el producto de la concentradora), el tostador, los precipitadores electrostáticos (situados a la salida del tostador) y la planta de ácido.

En cuanto a los equipos con los que cuenta, el portafolio es amplio. El chancador primario es de 60” x 89”, marca ThyssenKrupp, mientras que el molino SAG, de 36’’, es de FLSmidth, y está equipado con un motor ABB. En tanto, los harneros son marca Ludowici, las celdas de flotación primaria, de 260 m3 son de Outotec, los molinos de remolienda son de Metso y las celdas de flotación de primera limpieza y de segunda limpieza son de esta misma empresa, al igual que los espesadores de concentrado. Los espesadores de relave son de Delkor.

La iniciativa alcanzó en sólo 4 meses un nivel de tratamiento en su planta concentradora equivalente al 70% de su capacidad de diseño.

Todas las fichas puestas

Pero la construcción de Ministro Hales no estuvo exenta de desafíos. El primero, quizá uno de los más relevantes, fue no afectar a la ciudad de Calama, que se ubica a escasos cinco kilómetros y que es visible desde el rajo. Para eso, materializaron un prestripping sustentable -que, de paso, también es el más grande del que se tenga memoria en el mundo- y que incluyó un fuerte diálogo con la comunidad, para prevenir impactos negativos, como el efecto de las tronaduras sobre las construcciones, el polvo y el ruido.

En este proceso destacó la implementación de un modelo de pronóstico meteorológico y de dispersión de material particulado, el cual permite determinar las condiciones del viento favorables para realizar tronaduras y otras operaciones mineras, a nivel de dispersión de polvo.

Las innovaciones también se han centrado en la seguridad de los trabajadores. El uso de vías segregadas al interior de los caminos del yacimiento, mediante pretiles y señalética, los trazados para camiones de extracción y vehículos menores, son muestra de ello.

Es así como este proyecto se ha constituido en uno de los más desafiantes y necesarios para la cuprífera estatal. De ahí que todas las fichas estén puestas en esta iniciativa.

Para Claudio Olguín, gerente general de la División, se materializó un prestripping sustentable -que es el más grande del que se tenga memoria en el mundo- y que incluyó un fuerte diálogo con la comunidad.

Así lo graficó Keller en el marco de la Cena Cesco. “El desafío de la División es equilibrar las curvas de descensos de otros proyectos que se encuentran en proceso de cambios y que involucran alza en los costos”, aseveró en alusión a la relevancia que tiene este proyecto en torno al liderazgo de la corporación en el panorama cuprífero internacional. Un nuevo paso de Codelco que genera entusiasmo y altas expectativas en la industria.