Minerales para la descarbonización: no podemos fallar

18 marzo, 2024
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¿Seremos capaces de satisfacer la demanda en forma sustentable y responsable, en medio de la caída en las leyes, la complejidad de los minerales, los costos de los proyectos y el tiempo que requiere echarlos a andar?

Por Cristóbal Undurraga, CEO de Ceibo
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Hace pocos días se realizó en Toronto la feria PDAC (Prospectors & Developers Association of Canada), una de las más importantes de la industria minera a nivel global. Entre las más de 30 mil personas había optimismo por el futuro del sector, pero también ansiedad por la falta de claridad sobre cómo obtendremos los minerales críticos para la descarbonización.

Lo particular del encuentro es que reúne a personas con intereses muy diversos: geólogos que presentan sus testigos de sondajes; proveedores de servicios; inversionistas de todo tamaño; compañías operadoras; estudiantes de minería y autoridades de los países productores de los minerales.

El rol de la minería en la descarbonización fue un eje central en todas las conversaciones. Y ello es relevante porque la discusión ha ido evolucionando y madurando en los últimos años. Al comienzo se confundía en los discursos corporativos sobre el cuidado del medioambiente. Después migró a una visión algo eufórica por el impacto positivo en las ventas futuras. Pero en 2024 algo cambió: esa demanda para la descarbonización fue puesta bajo las lupas operacionales y los desafíos que enfrentan. ¿Seremos capaces de satisfacer la demanda en forma sustentable y responsable, en medio de la caída en las leyes, la complejidad de los minerales, los costos de los proyectos y el tiempo que requiere echarlos a andar?

En medio de estas interrogantes, la urgencia por nuevas tecnologías cobra fuerza, dado que no podemos pretender dar vuelta el partido sin ideas nuevas que incrementen la producción de manera efectiva y sustentable. Una muestra de que este apuro es real es que en esta PDAC se vieron actores nuevos: agencias de energía de grandes gobiernos, fondos de capital de riesgo de Silicon Valley y gigantes del private equity para la descarbonización.

Que la minería atraiga a nuevos jugadores es señal de por qué se consideran críticos ciertos minerales. Pero también sugiere que la construcción de nuevos proyectos será un esfuerzo colectivo y de que no podemos paralizarnos en los análisis de nuevas iniciativas: no se trata solo de un asunto de costo de oportunidad económica, sino que de no fallar en la urgencia de la descarbonización.

Estos cambios serán difíciles. La industria minera, como la de cualquier commodity, tiene un mandato de costos bajos. Eso lleva a la búsqueda incansable de eficiencia y, hasta ahora, de escalas cada vez más grandes. Aunque demandar disrupciones de la noche a la mañana es absurdo, sí debemos cuestionar los paradigmas sobre los que construimos la industria.

Chile puede ser un jugador clave en este partido. Somos los primeros productores mundiales y depositarios de las más grandes reservas conocidas de cobre. También tenemos litio y otros minerales críticos, además de un acceso casi infinito a energías limpias. ¿Cómo evitamos quedarnos atrapados en la discusión de minería versus medio ambiente? Quizá el liderazgo pase por abandonar el desgastado “sentido país” y adoptar el desafiante “sentido planeta”.

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