Mantenimiento de fluidos: Control de riesgos
El desafío debe estar puesto en evitar impactos ambientales junto con la continuidad operacional, asegurando las metas productivas.
Por Paula Chapple
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Durante junio, intensas lluvias impactaron transversalmente el negocio minero de la zona centro-sur del país. El cambio climático se instaló en Chile y es otro más de los desafíos que como país minero se debe manejar.
Por otro lado, la mayor corrosión de los fluidos por la incorporación de agua de mar, el transporte por largas distancias y las inversiones cada vez mayores, obligan a contar con sistemas de ductos eficientes y duraderos. Estas son parte de las temáticas que serán abordadas en el II Congreso FluentPipe 2023, organizado por Adtrium, que se realizará el 7 y 8 de septiembre en el hotel Enjoy de Viña del Mar.
Las mineras han entendido que deben tomar acciones frente a este escenario que impone la naturaleza, junto con las mejores prácticas del mantenimiento de fluidos. Una de ellas es Codelco, que viene trabajando en apalancar el valor económico y el aporte al desarrollo del país, junto con la estrategia, la dimensión social y ambiental.
En el evento climático de junio pasado, “las divisiones de Codelco más afectadas fueron Andina y El Teniente. Ambas se están adaptando al cambio climático, entendiendo que los eventos de alto impacto se desarrollarán con una frecuencia e intensidad mayor a la que hemos visto hasta ahora. Uno de los principales desafíos que enfrentamos es proyectar soluciones a problemas futuros con la información histórica que tenemos y que es referencial”, señala Daniel Gómez Caorsi, superintendente mantención de Tranques, Relaves y Recursos Hídricos de división El Teniente de Codelco.
Tranques y relaves
En el Teniente, durante el último evento climático, y pese a su magnitud, que sobrepasó los registros históricos, se logró manejar bien los riesgos asociados a los tranques. Ello, en parte, se debe al aprendizaje adquirido en las auditorías internacionales, que han permitido conocer e implementar las mejores prácticas de la industria, y avanzar en el logro de contar con tranques de estándar internacional.
En materia de conducción de relaves, la infraestructura de la división se ve más expuesta y, por su extensión geográfica (80 km), requiere de un monitoreo y control muy riguroso, ya que se deben vigilar las laderas y mantener la conectividad de los sensores y sistemas de comunicación redundantes. “En ese sentido, hemos adoptado el Sistema Operativo de Mantenimiento (SOMA), que da un especial foco a los activos críticos”, comenta Daniel Gómez Caorsi.
Para el caso de los recursos hídricos, los sistemas propios de transporte de agua fueron fuertemente afectados, debido a que el evento climático de junio se produjo con precipitaciones líquidas en cotas donde lo acostumbrado es recibir nieve.
El impacto de las inundaciones en la división superó con creces la capacidad de mantenimiento y, hoy, la solución pasa por la lógica de proyectos, que logren restituir los activos dañados. “El desafío del mantenimiento, luego de lo ocurrido, debe estar en evitar impactos ambientales, mantener la continuidad operacional y asegurar que las metas productivas se logren sin activar una nueva restricción al proceso durante 2023. Para la restitución de activos necesarios para 2024, se necesita evaluar y proyectar en base a las nuevas condiciones climáticas y desarrollar soluciones innovadoras junto con los proveedores”, comenta el profesional de Codelco.
Congreso
En el II Congreso FluentPipe 2023, “queremos mostrar lo que normalmente hacemos en materia de captación, manejo y conducción de aguas y relaves, sin embargo, este año el foco estará puesto en el control de los sistemas de impulsión; mantenimiento de ductos sometidos a distintos tipos de fluidos; monitoreo de condiciones de bombas y el levantamiento de una línea base para comparar en el tiempo”, adelanta Daniel Gómez Caorsi.
El objetivo final del evento será compartir problemáticas para buscar nuevas ideas y soluciones, acerca de cómo enfrentar desgastes prematuros de tuberías y canaletas, la pérdida acelerada de eficiencia de bombas, los altos niveles de sólidos en suspensión producto de deshielos y los eventos complejos asociados al cambio climático.
