Las razones que impulsan el boom de los bonos verdes en el exterior

5 octubre, 2021
ERNC

Lo verde está de moda, incluso en el sector financiero. Menores tasas a la hora de emitir deuda en mercados internacionales es una de las razones por las que las empresas han optado por este tipo de instrumentos al momento buscar financiamiento. Sin embargo, en Chile es aún incipiente y los inversionistas no premian estos papeles.

Fueron US$700 millones los que colocó SQM en el mercado internacional, recursos que fueron levantados con la única obligación de ser invertidos en proyectos verdes, o amigables con el medio ambiente. Este es la última de una serie de emisiones de empresas chilenas que se han beneficiado de una demanda por estos instrumentos que crece año a año, y que en 2021 se ha disparado en el extranjero.

En el mercado internacional, las empresas chilenas como SQM, Entel, Celulosa Arauco, CMPC y BCI han emitido más de US$4.500 millones en bonos denominados en dólares –sin considerar otras monedas como euros- bajo la denominación ESG (Environmental, Social and Governance), es decir papeles que de alguna forma se rigen bajo los objetivos planteados en el Protocolo de Kioto (2005) y en el Acuerdo de París (2015) con respecto a la mitigación de los efectos del calentamiento global, y a los principios del Pacto Global de las Naciones Unidas, relacionados a criterios de precaución sobre los problemas ambientales; pero que también buscan disminuir el impacto de la compañía tiene en la comunidad, así como a las buenas prácticas del gobierno corporativo de las empresas, la composición y diversidad de su directorio, y las políticas de transparencia.

Según Diego Torres, gerente de renta fija internacional de MCC, las colocaciones de bonos verdes en monedas fuertes emitidas por empresas latinoamericanas al 30 de junio de este año llegan a US$22 mil millones, más del doble de la cantidad emitida en 2020.

“Que haya este tipo de emisiones significa que hay un mercado que lo está absorbiendo, y por otro lado los bonos ESG están por debajo en términos de tasa, y eso significa que el interés por estos instrumentos es más fuerte”, dice Torres.

Rodrigo Barros, director de Crédito de Credicorp Capital, detalla que, “por ejemplo, el papel ESG de Suzano, la papelera más grande del mundo, tiene un premio en promedio de casi 30 puntos básicos en tasa. Y el bono que emitió SQM, si se lo compara con un corporativo normal a 2050 de la misma compañía, tiene en torno a 10 puntos de diferencia: logró una tasa de 3,54%, y el otro de 3,65%”.

De hecho, desde SQM apuntan que “la emisión de este bono verde fue con la tasa más baja de la historia de LatAm y se emitió en completa coherencia con nuestro plan de sostenibilidad, la política de liquidez de SQM y nuestra apuesta por ser un actor relevante en la electromovilidad a través de la producción de productos de litio de alto valor agregado”.

Pero no es la única. En septiembre Entel también emitió un bono verde por US$800 millones. Felipe Ureta, gerente de Finanzas y Control del Gestión de la empresa, explica que “la opción de emitir un bono verde obedece a la oportunidad que ofrece un mercado que valora cada vez más los aspectos sostenibles o ESG”.

Las obligaciones
Decir que los recursos irán destinados a disminuir la huella de carbono, por ejemplo, no basta para ser clasificados como ESG. El proceso para lograr ese sello tiene una serie de hitos que se deben cumplir, incluyendo un proceso de auditoría externa.

Según Barros, “la empresa se compromete a invertir en cierto tipo de proyectos que generan un impacto positivo en la sociedad o el medioambiente. La estructura contempla que, si no se cumplen ciertos hitos, el cupón sube (el pago de intereses), y hay una entidad externa que revisa periódicamente que los compromisos adquiridos se concreten”.

En Chile, según datos de la Bolsa de Santiago, hay 10 emisiones de bonos sostenibles realizadas por Aguas Andinas, BancoEstado, Caja Los héroes, Esval, Hortifrut, CMPC, ILC y Sonda.

Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en el mercado en dólares, en Chile el mercado no premia (exigir una menor tasa de interés) por emitir estos papeles.

Marco Gallardo, subgerente renta fija de Bice Inversiones, señala que “aún no se observan diferencias significativas entre bonos que sean ESG y aquellos que no lo son”, pero precisa que “siendo justos, no tenemos mucho tiempo y base disponible de este tipo instrumentos como para realizar una comparación concluyente. Además, hay que considerar que desde fines de 2019 a la fecha, ha disminuido de forma significativa el volumen de emisión de bonos corporativos por variados factores. Y, actualmente, el atractivo se sitúa en el exterior, dado los niveles de tasas de interés más convenientes y la coyuntura local no es muy favorable”.

En 2018 se emitieron en el mercado local US$172 millones, y en 2019 unos US$465 millones, pero desde entonces no ha pasado nada.

María Gloria Timmermann, gerente de relaciones corporativas y sostenibildiad de la Bolsa de Santiago, explica que “en línea con la contracción que el mercado de deuda en el país ha presentado a partir de 2020, la colocación de instrumentos verdes y sociales, que representaba una proporción muy baja de las colocaciones dada su reciente introducción, se congeló localmente”, pero apunta que las ultimas emisiones de Entel, CMPC y Enap reflejan “el creciente interés en esta materia y auspicia un favorable escenario”.

La emisión afuera sigue

En julio pasado, Hacienda volvió a los mercados internacionales emitiendo bonos verdes por 1.750 millones en euros. Los gobiernos también buscan conseguir las tasas rebajadas que ofrece este mercado.

Desde 2019, Chile ha colocado unos US$20.000 millones en bonos temáticos. Según datos de Hacienda, los bonos temáticos representan un 20,2% del stock de deuda del Gobierno Central.

El Marco para Bonos Verdes de Chile, contempla gastos elegibles para este tipo de emisiones como subvenciones y exenciones fiscales; gastos operacionales que contribuyen al despliegue de la estrategia climática del país; inversiones en activos reales (terrenos, eficiencia energética, infraestructura, transporte verde, gestión de agua, entre otros) y costos de mantenimiento para infraestructura pública, etc.

Sin embargo, los gobiernos no necesariamente logran beneficiarse. Según Barros, “ no hay tanta diferencia entre un bono y otro. Por ejemplo, los papeles verdes de Chile al 2032 y 2050, transan a niveles similares de los papeles normales a 2031 y 2047″.

Si las emisiones verdes en 2021 se han disparado, en los próximos meses promete seguir subiendo, esto en un contexto donde el mercado local está estrecho. Según Diego Torres, “en el mercado local, con el tema de los retiros de las AFP, no hay apetito, pero en dólares puede emitir a 50 años como SQM a una tasa de 3,4%. Hasta que no se disipe lo del cuarto retiro y se eliminen estas medidas, seguiremos viendo emisiones afuera”.

Fuente: Pulso

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