La ofensiva china en un escenario complejo

30 septiembre, 2022
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El conflicto entre China y Taiwán se reavivó tras la visita de una importante funcionaria estadounidense a la isla. Aunque este hecho marcó la agenda a nivel geopolítico en agosto, la lista de inversiones del gigante asiático no se detiene, expandiéndose hacia distintos sectores relevantes para la economía chilena.

Por Daniela Tapia
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A las 10.45 horas de Chile, 22.45 en Taiwán del martes 2 de agosto de este año, se produjo un verdadero acontecimiento a nivel mundial. La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó en Taiwán, convirtiéndose así en la funcionaria estadounidense de más alto rango que visita la isla en los últimos 25 años.

Tras este hecho, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China reaccionó, señalando que “los que juegan con fuego se quemarán”. La visita de la funcionaria estadounidense desató la furia del gigante asiático al punto que ordenó realizar ejercicios militares alrededor de la isla con fuego real.

¿Pero qué razones explican la dura respuesta de China? Hay que remontarse a la historia. Según la literatura la potencia asiática y Taiwán llevan separadas desde 1949, cuando concluyó la guerra civil con la victoria comunista, bajo el liderazgo de Mao Zedong. Los nacionalistas derrotados, a cuyo frente se encontraba Chiang Kai-shek, se replegaron en Taiwán.

A partir de ahí China ve a Taiwán como una “provincia rebelde” y considera que la va a recuperar tarde o temprano, incluso por la fuerza. En cambio, Taiwán se ve a sí mismo como un país independiente con un sistema democrático, aunque nunca se ha declarado oficialmente su independencia.

El desembarco de Pelosi en suelo taiwanés levantó de inmediato los rumores de un conflicto armado, pues ni el gobierno comunista chino ni el estado capitalista estadounidense están dispuestos a renunciar a Taiwán, según han señalado distintos analistas.

Esto se debe a la ubicación geográfica estratégica de la isla y porque la economía taiwanesa es clave para Pekín dado que Taiwán es el mayor productor global de microchips, una industria clave en la actualidad, pues prácticamente todos los dispositivos que se usan contienen microchips que son fabricados en la isla. Un conflicto entre estas potencias, entonces, generaría una dificultad de acceso a estos aparatos tecnológicos.

Además, analistas internacionales han sostenido que Estados Unidos mantiene “una ambigüedad estratégica”, es decir, respaldan la idea de una “sola China” con Pekín, pero a su vez maneja relaciones no oficiales con Taiwán, lo que aumenta la tensión a nivel geopolítico.

Relaciones con América Latina

Si bien este hecho marcó la agenda política del último mes, el gigante asiático no ha cesado de aumentar su capacidad de influencia en América Latina.

En términos económicos, sobre todo a partir del presente siglo, la región ha representado una importancia crucial para China desde el punto de vista de las materias primas y recursos alimenticios. Según datos oficiales, en 2021 el valor del comercio entre China y la región aumentó un 41,1% respecto a 2020, registrando un nuevo récord en las transacciones por un valor total de US$451.591 millones.

“Estas cifras determinan que el país asiático se ha convertido últimamente en el primer socio comercial de América Latina, con una presencia similar en materia de inversiones”, dice Juan Esteban Musalem, presidente de la Cámara Chileno China de Comercio, Industria y Turismo (CHICIT).

Otra estadística del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional (CCPIT) plantea que América Latina es el segundo mayor destino para la inversión extranjera de China, con más de 2.700 empresas de capital chino operando en la región, especialmente en los sectores de infraestructura y energía.

En palabras de Musalem, este fluido intercambio se extiende, además, a otras áreas como la científica, académica y cultural, en donde destacan los Instituto Confucio, presentes en ya 23 países de la región.

En el caso de Chile, el panorama no es diferente. Desde el 2009 China se ha transformado en su primer socio comercial por delante de los Estados Unidos. Durante el año 2021 el intercambio comercial de Chile con China totalizó US$60.984 millones, equivalente a un importante aumento de 49% con respecto a los US$40.889 millones registrados el 2020. Mientras que, en materia de inversiones, China encabezó durante el año pasado la lista de los principales países presentes en la cartera de InvestChile, con 28 proyectos, por un total de US$7.057 millones.

Haciendo un análisis de estas cifras, el ejecutivo de la Cámara manifiesta que esta contundencia se ha extendido a otros sectores de cooperación, como los terrenos científicos y tecnológicos, en donde destacan múltiples iniciativas, intercambios de visitas de científicos e investigadores, y encuentros de altas autoridades de ambos gobiernos.

“Chile, en conjunto con los demás países de América Latina y El Caribe, son sustantivamente complementarios con China, lo que demuestra que la relación constructiva que se ha ido forjando solo debiera ampliarse y profundizarse”, señala Juan Esteban Musalem.

Inversiones en Chile

En los últimos años, en Chile se han instalado grandes corporaciones de origen chino, con el fin de adquirir activos clave o de extender sus negocios en la región.

Ejemplo de ello es la presencia de agencias de los principales bancos chinos, como el China Construction Bank (CCB) y el Bank of China, los que se han posicionado en el medio local como una fuente potente de financiamiento y relevando que las inversiones chinas se han concentrado preferentemente en los sectores minero, de energías renovables y financiero.

Para Musalem, también existe un gran interés en la búsqueda de oportunidades en los sectores turístico, de infraestructura y de la agroindustria, junto con abrirse paso en las telecomunicaciones y el rubro automovilístico, en donde las firmas BYD y Yutong ya se encuentran introduciendo el uso de vehículos eléctricos, particularmente de buses.

También a raíz de la pandemia de Covid-19 ha surgido el interés de realizar inversiones en el área de la salud, como la actual construcción de una planta productora de vacunas en el país, por parte del laboratorio chino Sinovac.

“Así Chile, en conjunto con los demás países de América Latina, se constituyen en un socio estratégico para China, sobre todo en el marco de su iniciativa de la “Franja y la Ruta”, puesta en marcha desde hace ya casi una década”, agrega el ejecutivo.

Y tras la realidad del cambio climático y la penetración de la economía verde, el litio se ha transformado en un recurso vital para el desarrollo sostenible a escala global.

Al respecto, el presidente de la CHICIT releva el potencial que posee Chile al contar con los más grandes yacimientos de este mineral.

“China cuenta con avanzadas tecnologías para su explotación. De la misma manera, la economía digital y las interconexiones 5G ofrecen un increíble potencial de colaboración bilateral en una amplia gama de sectores”, concluye Juan Esteban Musalem.

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