Importaciones de bienes de capital completan 8 trimestres de caídas

8 julio, 2015
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El principal indicador de la inversión no da señales de recuperarse y volvió a caer un 16% en el segundo cuarto del año. Los economistas indicaron que este prolongado ciclo de contracción dificultará que el PIB 2015 sea de 2,5% como proyectó Hacienda y lo ven más cercano a 2%.

El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, no sólo redujo de 3,6% a 2,5% la proyección de crecimiento para este año, sino que además le fijó de inmediato un sesgo a la baja. Ese sinceramiento se debe a que desde que asumió en Hacienda el 11 de mayo, el escenario macroeconómico se ha deteriorado más allá de lo previsto. Así lo demuestran las cifras de junio del comercio exterior difundidas por el Banco Central (BC), que da cuenta de exportaciones por US$ 6.097 millones e importaciones por US$ 5.527 millones, con caídas de 6,2% y 10,7%, respectivamente.

Al analizar más en detalle el comportamiento de las importaciones de bienes de capital, la situación es aún más preocupante, ya que caen 17% con US$830 millones. Con esta nueva contracción, las compras de este componente predictor de la inversión completaron 8 trimestres con caídas consecutivas. Su fase de descenso partió en el trimestre julio-septiembre de 2013, cuando retrocedieron 12,6%. Ahora, en el segundo trimestre de 2015, la realidad sigue negativa, puesto que bajaron 16%, al totalizar US$2.538 millones.

Esta merma ha repercutido en la inversión, que desde principios de 2013 lleva 6 trimestres de caídas, sólo interrumpida en el último trimestre de 2014 cuando creció 0,5%. Ahora bien, para el segundo trimestre de este año las importaciones de bienes de capital anticipan una nueva contracción, con lo que se completarían siete trimestres de retrocesos. A su turno, las importaciones de consumo tampoco muestran una realidad mucho mejor, ya que en este segundo trimestre cayeron 12%, sumando US$4.277 millones. A la vez, las importaciones de bienes intermedios retrocedieron 17%, con US$ 8.280 millones.

Así las cosas, las exportaciones e importaciones al cierre del segundo trimestre cayeron 13% (US$17.057 millones) y 16% con (US$14.141 millones), respectivamente. A este escenario de desaceleración interna se suma el deterioro del contexto internacional, debido a la nueva crisis que atraviesa Grecia y lo que está sucediendo en China con la caída en su principal indicador en la Bolsa por la alerta de burbuja bursátil. Todo esto tuvo de inmediato implicancias en el precio del cobre, que ayer cayó 2,32% y se cotizó en mínimos de US$2,4 la libra, su menor nivel en más de cinco meses.

Con la inversión interna deprimida y un escenario externo más complejo y volátil, las expectativas de que la economía pueda crecer 2,5% este año se torna compleja, puesto que para los economistas lograr ese nivel no será fácil. Por ello la mayoría apuesta por un PIB más cercano a 2% para este año. Pero este escenario de menor dinamismo no sólo puede afectar 2015, sino que también trasladaría el bajo crecimiento a 2016, con una expansión no muy distinta a la del presente año. Desde el Gobierno el diagnóstico es claro y así lo enfatizó ayer el jefe de las finanzas públicas quien en entrevista con Financial Time indicó: “Chile tiene tradición de ser sensible.

Seremos capaces de tomar las decisiones para escapar de este círculo (vicioso), en el que la política contamina la economía y la economía contamina la política”, dijo, y agregó que “tenemos que fortalecer el diálogo para entendernos mejor, porque a través del diálogo será posible aumentar las confianzas”. Mientras que el ministro del Interior, Jorge Burgos, junto con admitir que existen complejidades, aclaró que “no hay ninguna razón de fondo para que nuestro empresariado, que ha sido uno de los motores de la economía, deje de invertir en este país”.

Debate

Los economistas coinciden que entre las razones que han influido en la caída de la inversión y el bajo crecimiento sobresalen las reformas y la pérdida de la confianza. En ese sentido, Juan Bravo, analista macroeconómico de Clapes-UC, argumenta que el prolongado ciclo de caída de la inversión “responde básicamente a la confianza, a que todavía hay reformas que no se implementan como la Constitucional; pero, también a que se hicieron malas reformas, como la tributaria, que no cabe duda que afectó la inversión”.

Para Bravo, el hecho de que el Gobierno se abriera a perfeccionar la Reforma Tributaria “podría ser una buena señal para la inversión”. Tomás Izquierdo, gerente general de Gemines Consultores añade que “la crisis de confianza y de expectativas ha afectado con mayor profundidad de la que se esperaba a la demanda interna, tanto en su componente inversión como consumo”. Asimismo, explica que esta crisis no se reflejó con mayor intensidad antes debido a la política fiscal expansiva y porque no se había producido el deterioro del escenario político.

“Este escenario permite ver que el segundo semestre será peor de lo que se esperaba hace un tiempo, ya que no veo razones para que sea muy distinto al primer semestre, será tan malo como el primero, y por ende, el crecimiento para el año estará entre 2% y 2,5%”.

En definitiva, Izquierdo asevera que “tenemos un escenario externo más débil y un escenario interno que no da luces de una mejoría. El próximo año si se despejan las amenazas de la incertidumbre se podría crecer entre 2,5% y 3%”. Ángel Cabrera, socio de Forecast Consultores señala que el 2,5% planteado por Hacienda para este año es optimista, ya que “los nuevos antecedentes macroeconómicos nos hacen proyectar que el PIB estará más cerca de 2%”.

A su vez, Francisco Klapp de LyD subraya que si bien el Gobierno sinceró el escenario, “se necesita una mayor claridad sobre lo que se quiere hacer en cuanto al perfeccionamiento de la Reforma Tributaria, y también qué cambios se pueden introducir a la Reforma Laboral”. Mientras que Felipe Bravo, de Santander, acota que “existe un desánimo generalizado, y eso eventualmente afecta bastante la inversión; no existe ninguna señal que nos lleve a cambiar de estado de ánimo”.

Por otro lado, JP Morgan en su último informe espera que “se estabilice en torno a 2% el segundo trimestre, y el segundo semestre se acelere en torno al 3%”. Aún así, indica que podría revisar hacia la baja su proyección de crecimiento anual de 2,7% para este año y 3,5% para 2016. Con todo, otro debate que está sobre la mesa por la mayor desaceleración, es el giro que deberá comenzar a dar el Banco Central (BC) en cuanto a la trayectoria de la tasa de interés.

Fuente: Pulso

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