Ideando la minería del futuro

14 junio, 2021
Minería - futuro - nuevas tecnologías (Ilustración: Fabián Rivas)

Faenas más pequeñas, con una vida útil de cuatro a cinco años, demanda de equipos móviles de menor tonelaje y la Licencia Social para Operar como un aspecto clave; son las características del escenario que se visualiza para la industria al 2040. ¿Qué desafíos involucra esta nueva forma de hacer minería para Chile?

Por Camila Morales
Revista NME
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Si tuviéramos que ejemplificar de manera sencilla el aterrizaje de las nuevas tecnologías en la minería, los camiones automatizados de gran tonelaje con ruedas de más de cuatro metros de diámetro, reflejan de buena manera su impacto en el sector. La innovación se ha focalizado en satisfacer las necesidades de las gigantescas faenas mineras que operan en Chile y el mundo.

Pero, aunque parezca improbable, esta manera de hacer minería “en grande” podría desdibujarse en un par de décadas. Las proyecciones apuntan a una nueva forma de desarrollo hacia el año 2040, fecha en que cobrarán relevancia algunos factores o áreas que en el presente son incipientes para el rubro. Así lo dio a conocer la consultora EY en el estudio “Future of Mining 2040”.

Si se analiza el futuro paso a paso, en el mediano plazo, en una época post Covid-19, Paul Mitchell, líder global de Minería y Metales de EY, estima que habrá una transición importante hacia el uso de energías limpias a nivel mundial, y el cobre será un recurso importante en ese escenario. También indica que el hierro será otro de los minerales más demandados, “por lo tanto creemos que va a ser un buen momento para la minería”.

Por esta razón, el experto sostiene que es importante que se tengan mayores expectativas para la industria minera, tomando en cuenta su protagonismo en la transición hacia energías más limpias. Pero el futuro también impone desafíos, como lo es la Licencia Social para Operar (LSO), y “no se sabe cómo los gobiernos van a responder a eso”, agrega Paul Mitchell.

La minería al 2040

Ya que la LSO va a transformarse en un objetivo cada vez más desafiante, la industria se verá obligada a cambiar las relaciones que establece en el nuevo escenario económico y social. En ese sentido, se estima que el sector será más próspero en el tiempo, pero cada vez más bajo “el escrutinio de la sociedad”.

Además del tipo de relación que se espera que tenga el rubro con las comunidades, ¿qué otros aspectos podrían cambiar? Paul Mitchell explica que “algunas de las cosas que nosotros conocemos van a tender a desaparecer. Por ejemplo, algunas de las minas que están en operación van a cerrarse o van a fusionarse con otras. Las minas del futuro van a ser bastante diferentes, van a ser yacimientos pequeños, no van a durar décadas, tendrán menos reservas, durarán cuatro o cinco años”.

A medida que se avance al tipo de yacimientos más pequeños, la industria tendrá que reemplazar las tecnologías de procesamiento adaptados al nuevo tipo de explotación. “Tendremos equipos más pequeños y móviles, vamos a operar con equipos de 100 toneladas, lo que permitirá un desplazamiento más fácil y un procesamiento más flexible. Quizás tengamos chancadores modulares para cinco o seis pequeñas minas operando a cientos de kilómetros”, comenta el experto de EY.

Este nuevo escenario retoma lo desafiante que será la LSO, ya que se estará afectando a más comunidades. Por ello, se podría pensar en empresas mineras más pequeñas y más complejas, en la medida que los gobiernos comiencen a adaptar la normativa para este nuevo tipo de compañías. Sumado a este aspecto, figura el empleo, el cual tendrá una transformación relevante en la medida que se avance a esta nueva forma de hacer minería.

Desde el punto de vista de los clientes de minerales, se va a fortalecer la exigencia de un producto de alta calidad, y va a haber un precio premium por ello. “La comercialización de metales va a ser muy interesante, porque se va a trabajar con mucha inteligencia artificial”, y, en este sentido, el nivel de impacto de la minería en las comunidades cercanas va a ser un aspecto relevante para los compradores.

El caso de Chile

Si las proyecciones son acertadas, el país tendrá enormes desafíos en materia minera, más aún si se consideran los temas sociales, políticos y económicos que están en discusión y que podrían tener repercusiones a largo plazo para el sector, como lo es la elaboración de una nueva Constitución y el royalty minero.

En el marco del evento “El futuro de la minería: proyecciones y escenarios a 2040”, organizado por Cesco y EY, y transmitido de manera online por revista NME, el presidente de BHP Minerals Americas, Ragnar Udd, señaló que “el medio ambiente, los temas sociales y gobernanzas son temas decisivos, son áreas que no se pueden negociar. La minería tiene una imagen de una industria sucia y debemos trabajar para cambiar esa percepción”.

Con relación a este tema, Osvaldo Urzúa, director de Cesco y consultor, indicó que es importante abrir la discusión a otros actores. “Lo que estamos viviendo es un cambio de época, entonces existe una incertidumbre sobre qué factor es más relevante (…). Por ello, es importante fortalecer políticas y estrategias que se desarrollen de manera más colectiva”. En su opinión, hay que salir de lo transaccional, hay abordar el cambio social, ya que la forma de relacionamiento es un factor que habría que incorporar en la industria.

Por su parte, Alejandra Wood, directora ejecutiva del Cesco, señaló que “estamos en el momento preciso para la conversación sobre el futuro de la minería en Chile. Conocer cuáles son los aspectos claves que moldearán el negocio, como por ejemplo, la escasez de recursos o las dificultades para acceder a capital, son variables necesarias para la discusión en torno al royalty minero”.

En esta misma línea, Eduardo Valente, socio líder de Minería y Energía de EY, comentó que esta industria genera aportes para el país que muchas veces no son conocidos. “Hay que dividir la discusión en dos ámbitos, el de contribución que hace la industria minera en Chile y el de la tributación. Para mí claramente hoy la industria minera contribuye en el país en tamaños que quizás no nos damos cuenta (…)”.

¿Cuál es la visión del Ejecutivo sobre esta discusión? Juan Carlos Jobet, biministro de Minería y Energía, enfatizó que el proceso constituyente no se puede concebir para las mineras como algo sólo técnico y legal para definir la nueva Carta Magna, y que este sector debe ser un actor importante en el debate, destacando su propósito en la sociedad. “No basta con tener buenos abogados constitucionalistas, es importante que la población entienda por qué necesitamos más y mejor minería”, indicó.

Sumado a su análisis respecto a la nueva Carta Magna y al debate político – económico que podría repercutir en el sector, el secretario de Estado se dio el tiempo para referirse a los desafíos que deberá enfrentar el rubro, distinguiendo los retos “duros y blandos”. Respecto a estos últimos, Jobet recalcó que son esos “a los que la minería tiene que poner ojo para prosperar en el tiempo”.

A medida que la agenda de cambio climático toma más fuerza, la demanda por ciertos minerales, como el cobre y el litio, se va a acelerar, lo que, a juicio del biministro, va a abrir oportunidades duras, concretas, pero también oportunidades blandas, como la pertinencia para decir más claramente la importancia que tiene la minería para aportar en el cambio climático.

“Para decirlo en simple, sin cobre no vamos a ser capaces de combatir el cambio climático, y eso la minería no ha sido capaz de gritarlo con más fuerza (..). Además, este escenario es una oportunidad para conectar con las futuras generaciones, que son muchos más conscientes de las consecuencias del calentamiento global”, explicó Juan Carlos Jobet.

Durante su presentación el secretario de Estado también comentó que “Chile está cerrando un ciclo de desarrollo que ha durado al menos 30 años, pero se está abriendo un ciclo nuevo, donde hay demandas por una mayor sustentabilidad (…). Parte esencial del proceso es escribir una nueva Constitución, pero esa es una pieza de un puzzle más largo, más complejo y profundo. La capacidad que tenga la minería para conectar con la sociedad va a ser esencial”.

Respecto al proceso de elaboración de una nueva Carta Magna, Ragnar Udd precisó que en Chile hay voces que dicen ´queremos ver cambios a nivel constitucional`, y hay un commodity que le va bien en medio de la pandemia. En este escenario, afirma, es natural que las personas quieran “una porción mayor de la torta. No obstante, hay que considerar que invertimos a largo plazo, en 50 y 100 años, y tenemos proyectos que no son rentables en más de una década. Me gustaría un debate democrático en este tema, y sin éste habrá consecuencias no intencionales para la industria y la economía”, aseguró.

Con desafíos e interrogantes aún por dilucidar, el sector minero se muestra más activo en el debate respecto a los cambios y transformaciones que vienen tanto para el propio sector, como para el país y el mundo. El escenario está cambiando y, al parecer, la forma de hacer minería que actualmente conocemos, en unos años más, ya no será la misma.

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