Gestión hídrica en minería: Certeza hoy y mañana

10 julio, 2023
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El reciclaje de agua es una de las principales estrategias que hoy sugieren los expertos para garantizar la disponibilidad del recurso en minería, mientras la sequía continúa estrangulando a Chile.

Por Marina Parisi
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La primera alarma roja la encendió Antofagasta Minerals, cuando en septiembre del 2021 anunció que su producción había retrocedido en 20.000 toneladas de cobre. ¿El motivo?, escasez de lluvias en la Región de Coquimbo, donde opera su faena Los Pelambres.

Inmediatamente, la incertidumbre se apoderó de la escena local, frente a lo cual Anglo American decidió desplegar un conjunto de medidas a las que bautizó “Estrategia de Gestión Hídrica Global”. Esta apunta a la eficiencia hídrica mediante el desarrollo de nuevas tecnologías, entre otras acciones. Hoy ya está cosechando sus frutos.

Gracias a un innovador sistema de disposición de relaves en El Soldado (Región de Valparaíso), esta operación logró recuperar mayor cantidad de agua en 2022, además de obtener mayor compactación, estabilidad de la superficie y una veloz remediación ambiental del terreno.

“Esta fue la primera prueba industrial de la tecnología HDS (Apilamiento Hidráulico Deshidratado) en el mundo”, aseguran desde Anglo American. “Este utiliza arenas libres de finos derivadas de los propios estériles, generando una red de drenaje al interior de la misma instalación. Los relaves se depositan de acuerdo a una configuración estratégica, permitiendo el drenaje natural y obteniendo un resultado muy similar al sistema de relaves filtrados, en términos de seguridad y recuperación de agua, pero sin utilizar filtros”.

“El HDS además genera menor huella de carbono, menos costos y utiliza gran parte de la infraestructura ya existente”, recalca la compañía minera. “Así, el cierre de las instalaciones de relaves será más rápido y en pocos meses el terreno avanzará en su remediación ambiental, una vez depositada la última tonelada”.

Sin duda, lo anterior es un notable avance, pero la verdad es que “la falta de agua en minería es un riesgo hoy y lo seguirá siendo por varias décadas más”, advierte Orlando Acosta Lancellotti, gerente e hidrogeólogo principal en Gestionare Consultores y profesor de la clase Agua y Minería en el Centro de Derecho y Gestión de Aguas de la Universidad Católica. Por lo tanto, cualquier acción encaminada a palear la insuficiencia hídrica tiene que “contemplar la gestión de aguas residuales y el legado medioambiental de estas faenas para las próximas generaciones”.

Quien va aún más lejos es Víctor Garay, director subrogante de Estudios y Políticas Públicas de Cochilco (Comisión Chilena del Cobre), aseverando que “la competencia por el uso del agua se ha intensificado y la sociedad espera un cambio por parte de las empresas mineras”.

Reconocidos avances

A objeto de reducir el consumo de agua fresca y migrar a una eficiente gestión del recurso, la industria ha puesto en marcha diversas estrategias y una que ha aportado importantes beneficios el último tiempo ha sido la reutilización del agua al interior de la faena.

“En el proceso de concentración de cobre, por ejemplo, el recurso se aprovecha muchas veces recirculándolo una y otra vez dentro del sistema”, grafica Acosta. “Así, de los cuatro litros utilizados sólo uno corresponde a agua fresca y los otros tres es agua reutilizada”.

Lo anterior es lo que justamente ha venido haciendo Anglo American. “En 2022 nuestro sistema de recirculación de agua desde el depósito de relaves Las Tórtolas hacia Los Bronces, nos permitió reutilizar el 88% del agua del proceso”, precisa la compañía minera. “Mientras que en El Soldado reutilizamos un 83% del agua y en Fundición Chagres un 99%”.

De hecho, “hoy las empresas mineras no sólo están enfocadas en reutilizar el recurso, sino que en decidir cómo recircularlo en función de su calidad”, afirma Gonzalo Montes, director del Departamento de Ingeniería de Minas de la Universidad de Chile. “De esta forma, se busca gestionar el agua y utilizar calidades específicas que permitan aumentar la eficiencia en los diferentes procesos dentro de la operación”.

Desalinización, protagonismo

Sin duda, el hito más reconocido por todos ha sido la creciente incorporación de agua de mar desalinizada a la faena.

“En términos de transparencia y comunicación del uso del agua, la minería se ha mantenido a la delantera en comparación con otras industrias, lo cual es elogiable”, indica Acosta. “Aunque hay aspectos que se podría mejorar, como la estandarización nacional de los parámetros y el modo en que éstos se calculan, a fin de que los reportes de todas las empresas mineras sean comparables”.
En opinión de Garay la desalinización puede proporcionar seguridad hídrica, “pero no necesariamente es la solución más eficiente. Hay que considerarla como una opción adicional dentro de un conjunto de medidas para abordar la escasez de agua”.

En tanto, Montes irrumpe en la escena para alertar que la desalinización presenta desventajas, dado que “esta solución como cualquier otra no es completamente inocua y presenta desafíos relacionados con su impacto en el medio ambiente”.

La ironía es que Chile no cuenta con una normativa específica para regular la desalinización de agua de mar. “Pero ello no ha sido obstáculo para la materialización de las 25 plantas desalinizadoras que actualmente operan en el país”, sostiene Acosta, “incluyendo la más grande de Chile (de Minera Escondida), con una capacidad de producción de 2,5 m3/s (metros cúbicos por segundo)”.

Aunque todos estos complejos están al día con sus respectivos permisos sectoriales, aclara el consultor, “y tienen sus concesiones de mar; concesiones de costa; permisos de construcción o para descargar residuos líquidos a aguas marinas; y aprobación ambiental ante el SEIA, (Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental)”.

Reciclaje: Nuevo reto

El vocero de Cochilco adelanta que la meta de la PNM2050 (Política Nacional de Minería 2050 desarrollada por los Ministerios de Minería y Energía), apunta a que en 2030 la minería deberá reducir en un 10% el uso de agua continental y para el 2040 la disminución deberá ser del 5%.

“En 2021, considerando el agua total utilizada en las operaciones incluyendo la recirculación, el uso de agua continental representó el 18% en la industria minera”, especifica Garay.

¿Cómo seguir recuperando agua en medio de la imparable sequía? A juicio de Acosta, lo primero es mejorar aún más la medición y control de la contabilidad hídrica al interior de la faena, “contabilidad que debe ser lo más detallada posible y considerando parámetros de cantidad y calidad. El balance hídrico de cada proceso debe estar mapeado de principio a fin. Así, será más fácil identificar oportunidades de mejora”.

En tanto, Montes plantea que es crucial impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías para “minimizar pérdidas por evaporación y lograr calidades específicas de agua, y muy especialmente incorporar el tratamiento (reciclaje) del recurso. Si bien éste no es un proceso natural para la minería, sí lo ha sido por mucho tiempo para la industria química y podría contribuir a obtener calidades adecuadas para diferentes procesos dentro de la faena”.

Garay concuerda plenamente con Montes subrayando que “la innovación e investigación en torno a tecnologías más avanzadas y eficientes en el uso del agua, deben contemplar el reciclaje, además de la reutilización y la recirculación”.

De igual forma, la introducción de la tecnología de relaves espesados o el aumento de la eficiencia en la recuperación de agua en relaves convencionales es otra estrategia que, a juicio de Acosta, “tiene el mayor potencial para seguir bajando el consumo unitario de agua en minería”.

Al rescate hídrico

Hoy las investigaciones apuntan a que es posible rescatar casi la totalidad del agua utilizada en la operación y así lo están demostrando las pruebas para la industria del litio, que parece ir más rápido que la minería del cobre.

Ya se está trabajando en un sistema que permite recuperar el 40% del agua usada en las salmueras, con miras a rescatar el 95% y más. Ello gracias a un novedoso proceso desarrollado por AMTC (Advanced Mining Technology Center).

La explotación tradicional de litio consiste en enormes piscinas que contienen salmueras, las que gracias a la acción del sol se van evaporando. Esto permite la concentración y purificación del litio, para su posterior producción como carbonato de litio.

No obstante, este proceso tiene serios inconvenientes: es lento (puede tardar hasta 24 meses); depende del clima de la zona; y lo más importante es que se pierde una gran cantidad de agua en la evaporación. En el Salar de Atacama se evaporan diariamente 20.000 m³ a 50.000 m³ de agua, aseguran desde AMTC, lo que significa que todo este recurso literalmente se esfuma.

Por este motivo, el Dr. Humberto Estay, investigador principal de AMTC, junto a la científica Lorena Barros, desarrollaron el proyecto LiSa, “basado en la destilación y cristalización por membranas, en el que separamos el agua de la salmuera y obtenemos una salmuera concentrada en litio”, explica Barros. “Hay que aclarar que LiSa no extrae el litio desde la salmuera, sólo concentra el mineral en la salmuera”.

La gran ventaja del sistema es que recupera agua de elevada calidad, no depende de factores climáticos y tampoco utiliza agua fresca (solo recirculada). LiSa ha sido validado en laboratorio y los próximos pasos son construir una planta piloto, a fin de escalar el proceso a nivel industrial. “Llegado el momento, transferiremos este desarrollo a la industria minera”, adelanta el Dr. Estay.

Ojalá que para entonces la minería ya esté reciclando agua, además de mejorar aún más la recuperación en sus procesos. Hoy es momento de hacerlo, mañana puede ser tarde.

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