Energía Eólica: Una ventana de oportunidades

20 diciembre, 2021
energía eólica ERNC (ilustración: Fabián rivas)

De aquí al 2040 podrían ingresar en operación, al menos, alrededor de 8.000 MW de generación eólica. A esta noticia se suma que la producción de hidrógeno verde abre una oportunidad para el desarrollo de proyectos de energías renovables, especialmente de generación en base al viento.

Por Daniela Tapia
Revista NME
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Si bien la energía solar ha alcanzado el reinado en generación renovable en Chile, la energía eólica también se ha ganado un lugar importante gracias a su creciente participación en la matriz.

En una década el país ha logrado levantar un total de 41 parques eólicos, multiplicando por mil la generación en base al viento, desde que en 2001 se inaugurara el primer parque eólico en suelo nacional.

De acuerdo con información publicada por la Comisión Nacional de Energía (CNE), a septiembre de 2020 existía una capacidad instalada de centrales eólicas de 2.074 MW, mientras que a septiembre de 2021 ingresaron al sistema casi 500 MW que se sumaron a la capacidad instalada. Es decir, solo en capacidad instalada el aporte eólico aumentó alrededor de un 24%, lo que redundó en el aumento del aporte de la energía generada.

Desde Consorcio Eólico señalan que hoy se están construyendo 160 MW, los que deberían entrar en operaciones dentro de 2022. A ello se suma una nutrida cartera de proyectos por sobre 3.000 MW, de los cuales 450 MW se encuentran en proceso de calificación ambiental, y dentro del próximo año proyectan el ingreso de, al menos, 1.000 MW al SEA.

Alex Ramos, gerente general de Consorcio Eólico, destaca que -dado el alto potencial eólico del país- y los costos de esta tecnología, la generación eólica debería consolidarse como “la” opción de generación.

Comparte este punto de vista Andrés Romero, director de Valgesta Nueva Energía, quien plantea que el desarrollo de la energía eólica ha tomado fuerza en la última década y lo seguirá haciendo en los próximos años.

Pero hace hincapié en que no es posible hablar de desarrollo energético sin dejar fuera las instalaciones necesarias que la viabilicen, como lo es la transmisión eléctrica.

“El desafío de los proyectos eólicos es poder calzar con los tiempos de desarrollo de la planificación y construcción de la transmisión. Así, los sistemas de almacenamiento de energía adquieren cada vez mayor importancia, ya que aliviaría en cierta medida los problemas de congestiones, tanto por posibles vertimientos ante falta de capacidad de transmisión como también en la intermitencia de los aportes eólicos y solares”, afirma el ejecutivo.

En este contexto destaca el informe preliminar de la “Planificación Energética de Largo Plazo” llevado a cabo por el Ministerio de Energía, el cual plantea solo dos potenciales polos de desarrollo en la Región de Antofagasta (Antofagasta y Tocopilla). “En el informe final se esperaría que éstos pasen a ser una realidad, permitiendo dar mayores certezas a los desarrolladores de proyectos eólicos”, agrega Romero.

Hidrógeno verde, nuevas perspectivas

Análisis coinciden en que la producción de hidrógeno verde abre una ventana de oportunidades para el desarrollo de proyectos de energías renovables, especialmente de generación eólica.

En este sentido, la necesidad de suministro eléctrico para la producción de hidrógeno es un desafío no menor para el sistema. Las cifras oficiales de la planificación energética de largo plazo proyectan un incremento considerable de necesidad energética para la producción de hidrógeno, representando al año 2050 entre un 19% y 43% de la demanda total de electricidad.

Al respecto, Ramos plantea que el potencial eólico del país es una de las grandes ventajas con las que cuenta el país para la futura industria del hidrógeno verde, por lo que las perspectivas de la industria son favorables.

“La generación de energía bajo condiciones amigables con el medio ambiente y los altos factores de planta, como los que se dan en Magallanes, por ejemplo, son un gran diferenciador. Esto permite generar hidrógeno verde en condiciones de precio muy competitivo en comparación a otras ubicaciones en el mundo”, dice el ejecutivo.

En opinión de Andrés Romero, el desarrollo de generación eólica es una clara alternativa que va en línea con la producción de bajo impacto ambiental, tanto conectados a la red eléctrica como aislados de ésta.

“La gran cantidad de demanda que traerá consigo la producción de hidrógeno verde hace casi imposible que dichas plantas se conecten a la red, por lo que se requerirá que las soluciones técnicas permitan la correcta operación de forma segura y continua”, agrega el director de Valgesta Nueva Energía.

¿Qué se proyecta para el desarrollo de la energía eólica? En Consorcio Eólico manifiestan que, de acuerdo con lo declarado en construcción, los compromisos contractuales y las necesidades de abastecimiento de la demanda y la madurez ya consolidada de este tipo de tecnología, se esperaría que de aquí al 2040 ingresen en operación, al menos, alrededor de 8.000 MW de generación eólica.

Ramos expresa que, sumado al potencial que existe en torno a la industria del hidrógeno verde, la política de descarbonizar la matriz energética delinea buenas perspectivas para el desarrollo de la generación eólica. ¿La razón? Esta tecnología es la que debería capitalizar de manera importante cuotas de generación, complementada con otras tecnologías como la solar, por ejemplo, la que también debería aumentar su participación en la matriz energética nacional.

No obstante, el ejecutivo de Consorcio Eólico plantea que -considerando el potencial de energías renovables en el país- aún persisten dificultades para su desarrollo. Una de ellas es la menor velocidad de expansión del sistema versus la del desarrollo de los parques eólicos y los persistentes inconvenientes para conectar los proyectos al SEN.

“Se hace clave discutir acerca de la estructura de la matriz energética nacional, no tan solo de la descarbonización, que es favorable sin duda alguna. Para que ello ocurra es clave generar las condiciones que permitan la instalación de tecnologías, que reemplacen las térmicas, y que se den los escenarios apropiados para su desarrollo”, añade Ramos.

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