Desplome de precios del crudo forzará cambios en política energética de Venezuela

13 enero, 2015
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El acuerdo de Petrocaribe establece que el financiamiento a 25 años y 1% de interés aplica cuando el valor del petróleo supera los US$ 40.

La caída de los precios del petróleo en los mercados internacionales forzará un cambio en las condiciones de pago que Venezuela ofrece a los países beneficiarios de Petrocaribe, algo que hasta ahora el gobierno del Presidente Nicolás Maduro se había negado a hacer, pese al deterioro de la situación económica interna, que golpea con inflación y escasez cada vez más fuertes.

La alianza en materia petrolera entre 18 países del Caribe con Caracas consiste en que las naciones de esa zona compren el crudo venezolano en condiciones de pago preferencial. Esta alianza fue lanzada en junio de 2005 por el fallecido Presidente Hugo Chávez y permite a los beneficiarios adquirir hasta 185 mil barriles de petróleo diarios. El gran beneficiado: Cuba.

El Acuerdo de Cooperación Energética de Petrocaribe, firmado hace una década, indica que el plazo de financiamiento de 25 años y la tasa de interés de 1% aplican cuando el valor del barril es superior a 40 dólares. El barril venezolano de crudo y derivados cerró en 42,44 dólares la semana que concluyó el 9 de enero, según informó el Ministerio de Petróleo y Minería.

Nuevo escenario

El convenio energético precisa que cuando los hidrocarburos se cotizan por debajo de 40 dólares se mantienen las bases del Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas, que brinda un financiamiento de 17 años a una tasa de 2%. Lo que se mantiene es la opción de pagar la deuda con bienes y servicios.

El descenso de los precios del crudo a menos de 40 dólares por barril también reducirá a 25% la porción de la factura que la empresa estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) financia a largo plazo, de acuerdo con lo establecido en el convenio. Eso significa que 75% de los envíos deberán ser cancelados a corto plazo (90 días).

Los países de Petrocaribe ya han visto cómo en los últimos meses la porción financiada del suministro venezolano se reduce paulatinamente. El acuerdo establece que PDVSA permitirá el pago diferido de 30% de la factura cuando el valor del crudo supera 40 dólares, 40% cuando está por encima de 50 dólares y 60% cuando pasa de 100 dólares.

Especialistas en la materia han advertido que, ante el deterioro de la situación económica en Venezuela, es necesario revisar el convenio. El gobierno descarta públicamente esa posibilidad. La semana pasada, durante su viaje a China, Maduro aseguró que Petrocaribe marcha hacia un proceso de consolidación, sin entrar en detalles.

Pero en los medios de comunicación de los países caribeños han reseñado los intentos de Venezuela por cambiar las condiciones de pago. Tras la reunión de mayo de 2013, por ejemplo, informaron que entre las propuestas presentadas por Caracas estuvo la eliminación del financiamiento a largo plazo o el aumento de la tasa de interés.

“Antigua y Barbuda pudiera tener que pagar a corto plazo 100% del costo del petróleo adquirido en el marco de Petrocaribe”, escribió el Antigua Observer. “Venezuela pretende aumentar hasta 6% la tasa de interés a todos los países que importan combustibles mediante Petrocaribe”, reportó el diario La Tribuna de Honduras.

Las cifras oficiales, además, muestran que los envíos de PDVSA se han reducido. Un informe de la agrupación de contadores públicos independientes de Venezuela sobre la empresa indica que el suministro de crudo a través de los acuerdos de cooperación -incluido Petrocaribe- bajó de 463.000 barriles diarios en 2011 a 377.000 en 2013, una disminución de 19%. No hay datos de 2014.

Cambio necesario

Sin embargo, ni la modificación de las condiciones de pago de Petrocaribe ni la reducción de los envíos a los beneficiarios del acuerdo resultan suficientes para mejorar las cuentas de PDVSA y del país, cuyo ingreso en divisas depende casi exclusivamente de las exportaciones de crudo y derivados.

“Es necesaria una revisión a fondo de todos los convenios porque la caída de los precios del petróleo no responde a circunstancias coyunturales sino a cambios estructurales”, advierte José Ignacio Moreno León, director del Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri de la Universidad Metropolitana de Caracas y ex ministro de Energía y Minas.

Moreno León destaca que el incremento sustancial de la producción de Estados Unidos y Canadá convertirá a ambos países en exportadores de crudo en un futuro próximo. “Eso terminará de agotar el modelo rentista petrolero. Venezuela no necesita ajustes puntuales sino un cambio radical”, reitera.

El economista y experto petrolero Rafael Quiroz afirma que la revisión de los acuerdos de cooperación energética es la primera medida que debe aplicarse para afrontar el deterioro de la economía venezolana. Incluye en la lista no solo a Petrocaribe, sino también los convenios con China y Cuba.

Agrega que también se requieren otras medidas de fondo como el aumento del precio de la gasolina, la devaluación del bolívar, la unificación del tipo de cambio y la reducción del gasto público (“especialmente en materia de defensa”). “La pregunta es si el gobierno está dispuesto a hacerlo sabiendo el costo político que tendrá en un año electoral”, acota Quiroz.

El Banco Mundial recomendó a los países que importan petróleo y derivados aprovechar la caída de los precios del crudo para recortar los subsidios fiscales y aplicar reformas estructurales con los ingresos adicionales.

“Dado que el petróleo probablemente permanezca barato, los países importadores deberían reducir o incluso eliminar los subsidios al combustible y reconstruir el espacio fiscal para futuros esfuerzos de estímulo”, señala Kaushik Basu, economista jefe del BM.

En su último informe de perspectivas globales, el organismo calculó que una caída de 30% en el valor del crudo permitirá un alza de medio punto porcentual en el crecimiento económico global a mediano plazo, aunque tendrá consecuencias negativas en la inversión para la exploración de nuevos campos.

Advierte, además, sobre el impacto en los países exportadores. “Esta situación debería ser un recordatorio de la significativa vulnerabilidad inherente a una alta concentración de la actividad económica y de la necesidad de diversificar”, refiere Ayhan Kose, director de Perspectivas de Desarrollo del BM, en el documento.

Fuente: El Mercurio

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