Desplome de la bolsa china y los mercados revive temores por nueva crisis asiática

25 agosto, 2015
Crowds line the centeral shopping district of Nanjing Road on May Day Weekend in Shanghai

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La plaza de Shanghái se desplomó 8,49% a pesar de que el gobierno anunció nuevas medidas para apuntalar al mercado financiero local. Los factores que contribuyeron al colapso en 1997, entre ellos una posible alza de tasas en EE.UU., también están presentes en el escenario actual. 

Los mercados internacionales tuvieron una jornada tan mala ayer que el hashtag BlackMonday (LunesNegro) fue tendencia mundial en Twitter. Las principales bolsas, lideradas por las plazas chinas, anotaron fuertes pérdidas debido a los temores sobre una desaceleración más brusca en la segunda economía del mundo. El desplome bursátil golpeó a las materias primas y las monedas de los países emergentes. Las fuertes caídas reavivaron los temores sobre una nueva crisis como la vivida en Asia en 1997.

La bolsa de Shanghái se derrumbó 8,49%, su mayor retroceso desde 2007, con lo que el indicador perdió todas las ganancias del año. El descenso se produjo a pesar de que el gobierno, en su último esfuerzo por apuntalar la bolsa local, anunciara el domingo que permitirá que los fondos de pensiones inviertan hasta 30% de sus activos netos totales en acciones. José Ignacio Villarroel, estratega del departamento de estudios de IM Trust / Credicorp Capital afirmó que no hubo ninguna noticia en particular que haya provocado el desplome de forma fundamental. “Más que nada es una acumulación de noticias no tan positivas provenientes desde China, lo que ha gatillado una aversión al riesgo mayor por parte de los inversionistas”, argumentó.

Por su parte, Gerry Alfonso, trader de Shenwan Hongyuan Group, comentó a Bloomberg que “la noticia sobre los fondos de pensiones durante el fin de semana fue positiva, pero no haber tenido el esperado recorte en el ratio de reserva requerido o cualquier otra gran medida parece haber decepcionado a los inversionistas”. Bernd Berg, experto de Société Générale, describió la sesión como un “baño de sangre” y Nabil Rantisi, director gerente de Mena Corp Financial Services, la catalogó como “el día del juicio final”.

¿Nueva crisis financiera?

El derrumbe chino se extendió al resto de los mercados globales, con las principales plazas bursátiles cerrando con números rojos, los precios de los commodities cayendo a niveles no vistos desde 2009 -el cobre bajó 3,13% hasta US$ 2,217- y las divisas emergentes registrando nuevos mínimos. Todos estos acontecimientos alentaron las preocupaciones sobre una nueva crisis asiática, especialmente si se considera que los elementos que provocaron dicho colapso nuevamente están presentes: la mayor economía asiática se está desacelerando (en ese entonces era Japón, actualmente es China), la Reserva Federal de Estados Unidos está a punto de comenzar un ciclo de ajuste en las tasas de interés y China acaba de devaluar el yuan. “Parece que estamos viendo la creación de la crisis financiera asiática de 1997 de nuevo, con las divisas de los mercados emergentes derrumbándose”, comentó a Bloomberg News Nicholas Teo, estratega de CMC Markets.

“Una tormenta desagradable es probable, no sólo posible” en algunos países en desarrollo, afirmó Stephen Jen, cofundador del fondo de cobertura SLJ Macro Partners. Sin embargo, existen diferencias importantes entre 1997 y 2015. Una de las más relevantes es el paso, en los mercados asiáticos, desde un régimen cambiario fijo hacia uno flexible. A esto se suma que la norma ahora en Asia emergente es tener superávit de cuenta corriente. Hace 18 años, estos países registraban grandes déficit. Un tercer elemento es el bajo nivel de deuda en divisa extranjera. Por último, los bancos centrales tienen reservas suficientes para apoyar a sus monedas. La crisis de 1997 “ya limpió el sistema financiero de Asia y la resiliencia de Asia debe ser mayor”, según Jen. Dicha visión es compartida por Capital Economics, que en un informe aseguró que “el panorama general es que la región es menos vulnerable que lo que era hace 18 años”.

Preocupación en Chile

En Chile también se vivió una jornada negra, con la Bolsa de Santiago bajando 2,77% hasta su menor nivel desde el 14 de marzo de 2014. El Ipsa acumula 10 sesiones en terreno negativo. “En este minuto en que hay una venta generalizada de activos de riesgo, Chile se va a ver afectado de la misma forma y sería difícil pensar que se va a desacoplar completamente”, planteó Villarroel. Si en el mundo hay temores porque se repita un episodio similar al de la crisis asiática, en Chile también hay inquietud entre los inversionistas, más aún cuando algunos indicadores macro son más débiles de los que había en ese entonces.

De hecho, en 1997, año en que comenzaron los problemas, el Producto Interno Bruto local crecía 7,1% con una inflación que cerraba en 6%, una alta demanda interna, de 7,7%, y una inversión que se expandía 11,2%, con un gasto público elevado. Hoy, la economía sufre una fuerte desaceleración con un crecimiento que bordeará 2%, una inflación que superará el techo del Banco Central, una inversión estancada por ocho trimestres, una demanda que crece 2% y un gasto público que trepa 9,8%. Las turbulencias externas afectan al cobre, el principal producto de exportación de Chile, lo que impacta al tipo de cambio y, este a su vez la inflación, complicando el manejo de la política moentaria (ver nota pág. 5).

En medio de las preocupaciones, las autoridades hicieron un llamado a la calma. El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, aseguró que “Chile es un país que está muy bien preparado para esto. Tiene una economía sana, sin déficit externo y tiene un mercado financiero muy sólido”. Por su parte, Mario Marcel, nominado por el gobierno para ser consejero del Banco Central, acotó que la caída de la bolsa chilena fue menos pronunciada en comparación a otros mercados emergentes.

Fuente: La Tercera

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