China: Más protagonista que nunca

21 septiembre, 2020
China pandemia (Ilustración: Fabián rivas)

Este 2020 marcará, sin duda, la historia de China. La pandemia del Covid-19, que partió en una de sus ciudades y luego se esparció por todo el mundo, podría definir su influencia a nivel internacional, sobre todo su relación con Estados Unidos.

Por Daniela Tapia
Revista NME
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El último día de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer la noticia: un virus desconocido que producía fiebre, tos y otros síntomas parecidos a los de un resfrío estaba afectando a un grupo de personas en la ciudad china de Wuhan.

En ese momento, se decía que el virus pertenecía a la misma familia del SARS, el síndrome respiratorio agudo que a principios del milenio provocó cientos de muertes en varios países. También se pensaba que había surgido en un mercado de la provincia de Hubei, donde se comercializan animales exóticos, como murciélagos, que habrían transmitido el virus a los humanos.

Hoy, a poco más de ocho meses desde la aparición del Covid-19, la enfermedad se sigue expandiendo por gran parte del planeta y las dudas acerca de su origen aún persisten. A la fecha, en China hay 84.951 personas contagiadas, en tanto que un total de 79.895 se han recuperado desde el comienzo de la pandemia y 4.634 han fallecido.

En opinión de Juan Esteban Musalem, presidente de la Cámara Chileno China de Comercio, Industria y Turismo (CHICIT), desde el punto de vista sanitario, China ha mostrado una capacidad sobresaliente al momento de enfrentarse a la pandemia.

Para Francisco Urdinez, académico de la Universidad Católica de Chile, el país asiático ha desempeñado un papel protagónico a la hora de sobrellevar la pandemia. Esto, tras haber implementado la “diplomacia de las mascarillas”, que consiste en la donación de insumos, respiradores, test de Covid-19, entre otros elementos, a los países afectados por el virus.

Mientras que Paulina Astroza, directora del Programa de Estudios Europeos de la Universidad de Concepción, sostiene que la credibilidad de China se ha visto afectada por lo poco transparente que ha sido respecto del origen de la pandemia y las medidas adoptadas en los primeros días.

“No debemos olvidar que no es un régimen democrático, y la represión y violación de los derechos humanos es un flanco que siempre se le cuestiona”, comenta la académica.
La economía, por cierto, ha sido una de las grandes víctimas de esta emergencia sanitaria, la que se ha visto debilitada en gran parte de los países, debido a las medidas de confinamiento decretadas por los gobiernos para tratar de contener el virus.

Ante este escenario, la economía china experimentó un fuerte retroceso durante el primer trimestre de este año, aunque la tendencia a la recuperación ha cobrado un fuerte impulso a partir del segundo trimestre. Así, de una contracción de 6,8% del PIB, pasó a registrar un crecimiento de 3,2%.

“Si bien algunos sectores se han visto más deprimidos que otros, como es el caso del turismo o las ventas minoristas, la tendencia es generalizada, al punto que según las mismas estimaciones del FMI y el Banco Mundial, China será la única de las grandes economías que crecerá durante el 2020”, señala Musalem.

Conflicto con Estados Unidos

Pero la crisis sanitaria del Covid-19 se enmarca en un fenómeno que se ha venido acrecentando desde el 2018. Se trata de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la cual se ha reflejado en una escalada de aumentos arancelarios aplicados por ambas partes y que ha recrudecido la relación bilateral. Algo que también ha provocado la inquietud de los inversionistas y el desplome de los mercados internacionales.

Para Astroza, esta tensión se ha visto acelerada y reforzada con la pandemia y más aún, en el contexto de la carrera presidencial de noviembre en Estados Unidos, que sitúa a Donald Trump en una situación compleja.

“Es una tensión y rivalidad que no sólo involucra lo comercial, sino fundamentalmente el control de las nuevas tecnologías en el futuro inmediato, como la infraestructura del 5G. Ahí la competencia es feroz, pero en otros ámbitos las economías china y estadounidense están tan interconectadas que el desacople de ambas no será fácil y ni siquiera sé si es deseable por ambas partes”, plantea la especialista.

Siguiendo con su análisis, la académica asegura que Trump no cree en el multilateralismo ni en la cooperación y organizaciones internacionales, por lo que China ha ido incrementando su participación en esos vacíos que ha dejado Estados Unidos. De hecho, el país asiático ya venía aumentando su influencia en África, Europa y América Latina a través del comercio, las inversiones, los préstamos y la cooperación internacional, situación que podría continuar.

Sin embargo, la analista de la Universidad de Concepción va más allá y manifiesta que existe incertidumbre respecto de hasta dónde puede escalar el conflicto entre ambos países.

Según Paulina Astroza, para autores como John J. Mearsheimer éste podría llegar incluso a una guerra, en especial por la delicada situación en el Mar del Sur de China. Mientras que para otros autores, como Joseph Nye, estima que no estamos en una Guerra Fría y que dada la interdependencia comercial, económica y financiera entre China y Estados Unidos, estaríamos más frente a una “rivalidad cooperativa”, sin descartar un enfrentamiento convencional directo entre las partes.

“China necesita controlar totalmente el virus encontrando una vacuna, mejorar su economía que se ha visto fuertemente afectada, además de evitar que alzamientos internos puedan poner en cuestión el poder del Partido Comunista (he ahí la rudeza con la que está tratando el tema de Hong Kong) y hacer olvidar a la comunidad internacional sobre su responsabilidad en el origen de la pandemia”, complementa la experta.

Chile y el futuro de China

¿Cómo se sitúa Chile en este contexto? De acuerdo a los indicadores que maneja la CHICIT, las relaciones comerciales entre China y Chile se proyectan sólidas. De hecho, a fines de julio ambos países suscribieron un Memorándum de Entendimiento para garantizar la fluidez del comercio en medio de estas complejas circunstancias.

Astroza, en tanto, cree que el enfrentamiento entre China y Estados Unidos sí nos va a afectar, porque América Latina se puede transformar en escenario de esta rivalidad. “En ese sentido, las presiones de ambas partes (con las que Chile tiene fuertes vinculaciones) lo pondrá en una situación incómoda”, asevera la docente universitaria.

Así las cosas, el futuro tras la pandemia se prevé incierto y el rol de China será crucial. En palabras de Paulina Astroza, hay que ver qué pasará con las elecciones en Estados Unidos, cómo se sigue comportando la pandemia y de qué manera China sigue ampliando su poder (usando el soft power más que el hard power).

A su vez, en la CHICIT argumentan que las autoridades de China renunciaron a establecer un objetivo de crecimiento económico para este año a causa de la pandemia, concentrando sus esfuerzos en garantizar el pleno empleo y la estabilidad financiera.

“Dicha circunstancia complicará también la transición desde una economía china basada en la inversión a una centrada en el consumo, objetivo central de las máximas autoridades de ese país”, enfatiza Juan Esteban Musalem.

Y es que tal como lo grafica el experto Francisco Urdinez, de aquí en adelante viviremos una tensión entre los valores pro-Estados Unidos y las necesidades económicas pro-China.

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