Chile desciende entre los países más atractivos para invertir en ERNC

12 agosto, 2022
US$1.600 millones. El aporte al PIB de las ERNC

Nuestro país, sin embargo, retrocedió en ranking por freno a licitación de terrenos para proyectos.

Dos puestos fueron los que retrocedió Chile en el último ranking Recai, indicador realizado por EY para medir el atractivo de los países en materia de inversión en energías renovables, quedando en la posición número 14. De esta manera, el país sigue en puestos de avanzada, aunque lejos del cuarto lugar alcanzado en 2016.

Uno de los motivos que explican esta variación en la medición está asociado a las licitaciones de Bienes Nacionales para el desarrollo de proyectos ERNC en territorios estatales, que se suspendieron en marzo de 2022 junto con la llegada de nuevas autoridades del ministerio del ramo, momento en el cual EY efectuó la medición. En estas superficies se esperaba desarrollar nuevas iniciativas solares.

A lo anterior se suma la incertidumbre, que es un factor relevante, tanto del punto de vista regulatorio como de las inversiones a largo plazo, según se indica en el reporte. “La incerteza regulatoria es un factor relevante a la hora de viabilizar las inversiones necesarias para llevar adelante los proyectos renovables. Sobre todo en mercados como el chileno, que no ha impulsado el sector de las renovables con subsidios de ningún tipo, y a diferencia de Europa, donde buscan un retorno de esos subsidios en función del desarrollo de industrias basadas en estas tecnologías.

Por lo tanto, al ralentizar las certezas regulatorias lo que se hace es aumentar el riesgo de los inversores en renovables y con ello retrasar su desarrollo”, explica la socia de Servicios de Sostenibilidad de EY, Elanne Almeida. De todos modos, desde EY destacan la regularidad de la industria nacional, que se ha mantenido dentro de un segmento de países desarrollados, principalmente europeos, que están incorporando agresivas políticas públicas en torno al desarrollo de energías renovables, en función de sus compromisos medioambientales.

“Chile sigue entre los top 15, entre aproximadamente 100 países considerados en la encuesta, y esto debe ser celebrado. Dicho esto, países como Dinamarca e Irlanda han desplazado a Chile hacia la baja, respecto del índice anterior, básicamente por su desarrollo eólico off-shore. La región continúa atrayendo acuerdos corporativos (PPAs), por lo que Dinamarca, Finlandia y Suecia han subido su puntaje con respecto a estas variables”, comenta el gerente sénior de Servicios de Sostenibilidad de EY, Rodrigo Cabrera.

Chile empezó a aparecer en este listado en 2011, llegando a la posición 9 en 2015, y al año siguiente ocupó el cuarto puesto. Pero desde entonces su posición ha descendido levemente al lugar 14, aunque sigue siendo uno de los países latinoamericanos mejor posicionados, junto con Brasil.

“Desde hace al menos dos años, Chile ha rotado entre la posición 11 y 13, por lo que podemos decir que ha mantenido su posición bastante estable. Pero de nuevo, debemos entender que las naciones están cada vez innovando para empujar sus iniciativas en función de sus propios desafíos. Quizás, después de un despegue realmente importante y destacado, hemos alcanzado un momento de madurez a la espera de un nuevo impulso tecnológico”, destaca Almeida.

De todos modos, los expertos también apuntan a un aspecto que es fundamental para el desarrollo de las renovables, y que afecta a todo el continente, asociado a la necesidad de contar con más líneas de transmisión de energía hacia los centros de mayor consumo.

“La transmisión es una parte de la cadena productiva eléctrica que no puede estar ausente de la planificación del parque de generación, especialmente, del parque renovable, debido a que, dada su producción intermitente, debe ser capaz de ser evacuada oportunamente. Esto supone un desafío a la planificación de la transmisión, debido a que debe identificar y optimizar holguras o sobrecapacidades para que las inversiones sean rentables”, indica Cabrera.

Con todo, el ranking sigue siendo liderado por las dos grandes potencias globales, Estados Unidos y China, donde existe la coincidencia de un fuerte impulso por el hidrógeno verde. Así, se destaca que el Departamento de Energía de EE.UU. está destinando US$ 10.000 millones a financiar el avance del hidrógeno verde y azul, como parte de la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleos aprobada en 2021, mientras que el gigante asiático anunció que dará prioridad a la energía geotérmica, de hidrógeno y mareomotriz, buscando nuevas fuentes a gran escala.

Fuente: El Mercurio

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