CGE: Las razones de los controladores para vender

8 octubre, 2014
sec-cge-multa_18026

sec-cge-multa_18026

Buenas ofertas, incertidumbre regulatoria y diferencias entre los socios habrían propiciado la operación encargada a un banco de inversiones.

Como en una receta de cocina, que reúne varios ingredientes que por sí solos pueden resultar desagradables pero que mezclados se convierten en un plato sabroso, las razones que tienen los controladores de la eléctrica CGE -las familias Marín, Pérez Cruz y Hornauer- para vender su negocio, también son varias y se han ido cocinando a “fuego lento”.
Pese a que el hermetismo al interior de la eléctrica es prácticamente total -la empresa ha optado por comunicar cualquier información a través de hechos esenciales, como el que envió ayer para informar de la recepción de ofertas por las acciones de los controladores-, fuentes cercanas a ella y del mercado explican que el principal motivo para considerar estas ofertas es el buen precio que les pagarían por sus participaciones.

Buen desempeño 2013

El año pasado, CGE obtuvo una utilidad de $283.152 millones, superando las cifras de años anteriores. Además, según un estudio realizado por Renta Inversiones en julio pasado, la empresa valdría US$2.300 millones, por lo que si se considera que los controladores tienen más del 60% de la propiedad, de existir una Oferta Pública de Acciones (OPA) por el 100%, las familias Marín, Hornauer y Pérez Cruz recibirían en torno a US$1.400 millones.

Sin embargo, también habría otros motivos, más desagradables que impulsarían la operación de venta encargada al banco de inversiones JP Morgan.

Cambios regulatorios

Entre ellos, la incertidumbre regulatoria que alega el empresariado con los cambios en la estructura de impuestos, en educación, en la Constitución, la agenda laboral, pero por sobre todo, por la discusión que se está dando respecto a la regulación del mercado de distribución de gas por cañería: más de la mitad del flujo de la compañía proviene precisamente del negocio del gas y ha sido uno de sus fuertes durante los últimos años con Metrogas, compañía de la cual posee más del 51% y que durante el año pasado aumentó fuertemente su participación en el mercado industrial, con un alza en las ventas de 12% y de 6,3% en el segmento residencial y comercial.

Relaciones dañadas

Otro motivo que nadie quiere admitir públicamente, es que el quiebre que se produjo entre fines de 2010 y principios de 2011 entre las familias controladoras fue tan profundo que las relaciones al interior de la empresa quedaron dañadas y todavía no lograron recomponerse del todo.

En agosto de 2011, los Hornauer y los Marín informaron a la SVS que daban por finalizado el pacto de accionistas que tenían junto a los Pérez Cruz, quienes se enteraron del fin del acuerdo a través del hecho esencial enviado por los dos primeros a la autoridad.

La división se habría producido primero por la conformación de los gobiernos corporativos y la definición del número de directores que le correspondía a cada uno, por los malos resultados de la empresa y luego por una compra de acciones de CGE que hicieron los Pérez Cruz.

Sobre este punto hay dos versiones: una dice que la molestia se produjo porque con dicha compra, el porcentaje de los grupos que integraban el pacto controlador llegó a 66,2%, demasiado cerca del 67% que los obligaría a lanzar una OPA; y la otra, que con la compra, los Pérez Cruz habrían violado un acuerdo de palabra a través del cual los tres clanes se comprometieron a no elevar sus participaciones.

Fuente: La Segunda

Noticias Relacionadas