Cambio ejecutivo en Petrobras no resuelve sus problemas

5 febrero, 2015
16_MHG_Petrobras2

16_MHG_Petrobras2

El directorio debe nombrar un nuevo presidente y a cinco gerentes, que tendrán que buscar la salida del mayor escándalo de corrupcion en la historia de Brasil.

La renuncia de la plana ejecutiva de Petroleo Brasileiro (Petrobras) arrojó más sombras sobre la dirección futura de la firma, mientras un escándalo de corrupción que la aleja de los mercados de deuda y pone en riesgo sus planes de inversión amenaza también con desestabilizar al gobierno de Dilma Rousseff.

La crisis estalló en octubre, cuando Petrobras dijo que estaba contabilizando los desvíos de dinero que no llegaron a sus arcas. El escándalo, el mayor en la historia de Brasil, se refiere a sobreprecios, tráfico de influencias y sobornos en millonarios contratos suscritos en al menos la última década y por los que ya están detenidos tres exdirectores y los mayores ejecutivos de varias empresas que eran contratistas de la petrolera.

Todo este tiempo la jefe de Estado de Brasil defendió a la presidenta de Petrobras, María das Graças Foster, con la que tiene una antigua amistad, mientras la oposición insistía en que la permanencia de Foster al frente de la empresa más estratégica de Brasil era inviable.

Los rumores de que Rousseff finalmente había aceptado la renuncia de Foster provocaron una fuerte alza de las acciones de la petrolera en la bolsa de Sao Paulo el martes, cuando escalaron un 15%. Ayer subieron un 7% al confirmarse la salida de la ejecutiva y de cinco gerentes, aunque durante la tarde los títulos ordinarios frenaron su avance hasta un 1,12%.

El futuro

El próximo presidente de Petrobras tendrá que reencauzar a la empresa y enfrentar las fuertes presiones políticas que se avecinan. La oposición consiguió suficientes firmas para crear una comisión investigadora en el Congreso, que puede convocar a cualquier testigo y hasta acusar de responsabilidad política a Rousseff.

Pero un análisis de Reuters advierte que el cambio ejecutivo “tendrá poco significado si la administración Rousseff no deja de intervenir políticamente en la compañía o no reconoce en toda su magnitud los problemas”, y recuerda que la presidenta Rousseff, quien encabezó el directorio de Petrobras de 2003 a 2010, “ha seguido involucrada en sus asuntos”. Tanto Rousseff como Foster han negado estar al tanto de las irregularidades y no han sido acusadas.

La investigación ha contribuido a una baja de 59% en las acciones de la empresa desde septiembre, lo que ha llevado a reducir las inversiones y ha perjudicado su capacidad para conseguir dinero. Las tres grandes agencias de calificación de riesgo (S&P, Moody’s y Fitch) bajaron la nota de la deuda de la petrolera hasta el escalón más bajo dentro del grado de inversión. Una reforma de la empresa será una tarea desalentadora para cualquier presidente ejecutivo.

“No creemos que reemplazar a Foster necesariamente traiga el final de todos los problemas de Petrobras”, dijo Leonardo Alves de Votorantim Corretora, a Reuters.

El 23 de enero, Foster y otros altos ejecutivos y directores acordaron amortizar más de 61.400 millones de reales (US$ 23.000 millones) de inversiones manchadas por la corrupción y por decisiones de negocios que no tuvieron éxito, dijo a Reuters la semana pasada una fuente con conocimiento de las medidas del directorio. Cuatro días después, a pedido de Rousseff, el presidente del directorio y ex ministro de Hacienda Guido Mantega vetó la amortización porque amenazaba con dejar la impresión de que el Gobierno y Petrobras eran corruptos, dijo la fuente, que habló bajo condición de anonimato.

Fuente: La Tercera

Noticias Relacionadas