Biomasa: Una industria prometedora y desafiante

22 agosto, 2022
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Aunque los retos que enfrenta esta alternativa son diversos, el actual proceso de descarbonización junto con la crisis energética mundial, entre otros acontecimientos, podrían ofrecer una ventana de oportunidades para que la biomasa explote su potencial.

Por Daniela Tapia
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Aunque a menudo se destaca el enorme potencial eólico y solar que posee Chile, el país también avanza en el posicionamiento de otras tecnologías renovables, como la biomasa.

Al año 2020 la biomasa ocupaba el segundo lugar dentro de la matriz primaria en Chile con un 25%, justo debajo del petróleo que representa el 26% y sobre el carbón con un 22%. Y de acuerdo con información de la Comisión Nacional de Energía (CNE), en los últimos 10 años la capacidad instalada operativa neta de esta fuente ha crecido en 154%, llegando hoy a 378,8 MW (no considera cogeneración).

“El proyecto MAPA, de la empresa Arauco y que contempla 166 MW de capacidad instalada con el uso de biomasa forestal, hoy se encuentra en período de pruebas, buscando incrementar los niveles de participación en generación a estándares máximos históricos. Adicionalmente, hoy existen 30 MW en proyectos de generación de biomasa en etapa de calificación ambiental y 471 MW ya aprobados que pronto podrían ver la luz”, destaca Luigi Sciaccaluga, gerente Desarrollo y Nuevos Negocios en Plataforma Energía.

En esta radiografía, desde la Asociación Chilena de Biomasa (AChBIOM) hacen hincapié en que no se estarían considerando diversos usos de la biomasa como, por ejemplo, la utilización en calderas para las cámaras de secado en la industria de la madera, además del biogás, considerado otro formato de energía de la biomasa.

“Tomando en cuenta ello, es muy probable que hoy por hoy esta alternativa sea la principal fuente de energía del país, aunque no posea ese reconocimiento”, dice Antonio Minte, gerente general de la entidad gremial.

La esperada ley de biocombustibles

Fomentar una mayor participación de esta fuente de generación energética es lo que ha movilizado el trabajo de AChBIOM. Algo que podría concretarse gracias a la esperada ley de biocombustibles sólidos que incluye la biomasa, la cual se encuentra aprobada en su tercer trámite legislativo por la Cámara del Senado y en revisión por una comisión mixta debido a un artículo.
Minte señala que el artículo en particular fue cuestionado por la Comisión de Hacienda del Senado, argumentando que la ley trae consigo un plan de modernización de la biomasa y la promoción de los Centros Integrales de Biomasa, para lo cual se requieren recursos públicos. Además, no existiría claridad respecto a qué ministerio o ministerios serían los responsables de dicho presupuesto.

“Como gremio no tenemos observaciones en particular al proyecto de ley. Solo lamentamos que aún muchos políticos confundan esta normativa como una “ley de la leña”, y no vean el enorme mundo de los biocombustibles y de la bioenergía, que es el uso moderno de la biomasa”, explica el dirigente.

Respecto a este punto, Sciaccaluga destaca que todo biocombustible sólido comercializado en el país debe cumplir con especificaciones técnicas mínimas de calidad, con el fin de proveer energía térmica de forma eficiente y limpia.

“Es relevante implementar indicadores de sustentabilidad para poder dar trazabilidad y evidenciar, por ejemplo, las ventajas del uso de pellets frente al uso competitivo de los combustibles fósiles y leña. Ello puede tener un impacto enorme en las ciudades con alta contaminación en nuestro país”, agrega.

“Crisis del pellet”

Tras las extensas filas acontecidas en diversos puntos de venta de pellet en el sur del país, ante un creciente temor por un eventual desabastecimiento de este biocombustible, algunos lo han denominado como la “crisis del pellet”.

Si bien la producción de este recurso se ha visto afectada debido a la escasez de la materia prima, en AChBIOM dicen estar confiados en que nuevamente se harán las inversiones necesarias para evitar esta alta dependencia a las materias primas secas, incrementando así la capacidad de secado además de avanzar en nuevas tecnologías de producción desde árboles residuales, tal como ya se realiza en otros países.

“Para ello se requiere de un mercado maduro y de una normativa clara que elimine las incertidumbres que puedan entorpecer los mercados. Con esto queremos decir que la industria del pellet también depende mucho de la legislación que el sector necesita no sólo por temas de control de calidad de los biocombustibles, sino que para que al igual que los otros energéticos del país, esta industria pueda contar con apoyo desde el Estado”, explica Antonio Minte.

Según el ejecutivo este respaldo resulta vital para fortalecer a la industria, tomando en cuenta sus atributos, entre ellos, su contribución a reducir la dependencia de los combustibles fósiles junto con ser considerada carbono neutral para el inventario de gases de efecto invernadero.

Una ventana de oportunidades

Con todo, el escenario para el fomento de la biomasa en Chile se ha vuelto desafiante.

El líder de AChBIOM así lo asegura. En su opinión, tras la crisis energética mundial, sumado a las repercusiones de la invasión de Rusia a Ucrania, surge la oportunidad de que los países vean en la bioenergía una fuente indispensable de generación de energía.

Asimismo, dado el actual contexto de descarbonización de la matriz energética llevada a cabo en suelo nacional, Luigi Sciaccaluga sostiene que la biomasa juega un rol positivo de complementariedad con la generación variable solar y eólica, aportando potencia de base frente a las variaciones propias de esos recursos renovables.

“Más allá de la complementariedad en el tiempo, también la otorga particularmente en la zona específica en donde se genera y cuando las restricciones de operación de la red no permiten que la generación de energía solar y eólica pueda fluir sin mayor limitación. Junto al almacenamiento, puede dar el respaldo a esa generación variable”, manifiesta.

Por otro lado, no obstante el rol que la biomasa ejerce en la descontaminación a nivel local, el ejecutivo destaca que este criterio hoy no se internaliza en la orden de mérito para el despacho operacional de centrales de generación.

“Si queremos promover la biomasa y las renovables en general, entonces tenemos que partir por modificar la norma tributaria sobre impuestos verdes y resolver a la brevedad los cuellos de botella que tenemos en el segmento de transmisión”, expresa como lineamiento a trabajar el también representante de Plataforma Energía.

Pero va más allá. Asevera que es fundamental “resolver los problemas de terrorismo que afectan particularmente a la zona sur del país. De no ser así, no habrá biomasa que generar. Hoy este es el mayor desincentivo a la inversión en esta industria. La producción segura de biomasa in situ y la logística son claves en esta cadena”, concluye.

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