Biomasa: Buscando reconocimiento y un mayor desarrollo

30 agosto, 2021
Biomasa - energía

Pese a su importancia en la matriz energética primaria del país, aún falta que la biomasa sea reconocida como combustible. Pero el actual proceso de descarbonización, entre otros retos, podrían ofrecer mayores posibilidades para que esta fuente energética explote su potencial.

Por Daniela Tapia
Revista NME
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Alemania se ha transformado en sinónimo de competitividad, eficiencia energética y ejemplo en el uso de las energías limpias.

Uno de los avances más connotados en su apuesta por la sustentabilidad ha sido la incorporación de la biomasa en su plan de desarrollo energético. Durante el 2019 demostró que la electricidad bruta generada con biomasa alcanzó los 50 TWh, la cual corresponde a biogás (58%), biomasa sólida (21%), residuos (11%) y otras (10%).

Además, cerca del 90% de la nueva capacidad instalada de biomasa (330 MW) ese mismo año correspondió a ampliaciones de instalaciones existentes, mejorándose con ello la flexibilidad en la generación eléctrica con biomasa y ayudando a compensar la generación variable de la energía solar y eólica.

Chile no se queda atrás. En su camino hacia la descarbonización de la matriz energética y la irrupción creciente de las ERNC, la biomasa -que abarca desde los residuos agroindustriales y silvoagropecuarios hasta el uso de la leña- es la energía renovable más utilizada solo por debajo del petróleo crudo, superando al carbón y el gas natural.

En cifras, hoy la biomasa representa el 25% de la matriz primaria del país y de las cuatro fuentes que explican el 92% de la energía, la biomasa es la única renovable.

“Ello se traduce, según datos del Balance Nacional de Energía (BNE) del año 2020, en que la biomasa entrega 11 veces más energía que las fuentes solar y eólica juntas, lo que en términos de magnitud le entrega un sitial muy importante. Al cerrar un poco más el foco centrándonos en el sector térmico de la energía, la incidencia de la biomasa es aún mayor”, dice Antonio Minte, gerente de la Asociación Chilena de Biomasa (AChBIOM).

Aunque el rol de esta fuente de generación ha sido protagónico, el jefe del Área de Proyectos de Recursos Naturales y Biomasa de EBP Chile, Sergio Sáez, hace hincapié en que no puede desatenderse que este papel está liderado principalmente como efecto colateral de los proyectos de cogeneración de empresas forestales.
“Esto distorsiona la realidad respecto a si se está aprovechando todo el potencial de este recurso. El mejor escenario sería tener más proyectos de generación o cogeneración vinculados a la creciente demanda de energía del país”, sostiene el ejecutivo.

Posibilidades y proyecto de ley

En el escenario actual, donde el país busca alcanzar la carbono neutralidad al año 2050, desde la AChBIOM creen que hoy la biomasa tiene grandes posibilidades en términos de eficiencia energética.

Es decir, en el ámbito de la calefacción domiciliaria el foco estaría puesto en el cambio de viejos equipos de leña a otros más modernos, tanto de leña como de pellets de mayor eficiencia. Lo mismo a nivel industrial, donde se podría iniciar un programa de recambio de tecnologías que incrementen la eficiencia, lo que sería impulsado por medio de la nueva Estrategia Nacional de Calor y Frío del Ministerio de Energía.

Otro proceso de mejora en eficiencia energética de la biomasa, en opinión de Antonio Minte, está en optimizar la calidad del combustible, reduciendo los contenidos de humedad. “Esperamos que esto se concrete principalmente en el formato leña, pero también es posible avanzar en la misma dirección en el formato chips”, dice.

El ejecutivo también destaca que, a nivel domiciliario, el programa de recambio del Ministerio de Medio Ambiente ha tenido una incidencia importante en la incorporación de equipos a pellets.

De hecho, un reciente catastro realizado por los Ministerios de Energía y de Medio Ambiente indicaría que este programa ha aportado con un tercio de los equipos existentes en el país, mientras que los otros dos tercios corresponden a venta directa por parte del sector privado.

“Esto ha traído una retribución directa para el Estado en términos de costo efectividad de la medida, ya que se ha transformado en la herramienta de mayor impacto a menor precio para reducir toneladas de material particulado, principal elemento de contaminación del aire del centro sur del país”, indica el gerente de la AChBIOM.

Pero entre los actores del sector existe un asunto que los inquieta y que tiene relación con que a pesar de la relevancia que la biomasa tiene en la matriz primaria energética, aún no es reconocida como combustible.

De ahí que el proyecto de ley de los biocombustibles sólidos -que actualmente se discute en la Comisión de Minería y Energía de la Cámara de Diputados y que apunta a regular el mercado de la leña y, por tanto, a fortalecer el sector- sería un paso en la dirección correcta.

Al respecto, Minte plantea que por medio de esta ley se impondría un “rayado de cancha” que permitiría que todos los eslabones de la cadena de la biomasa cuenten con el marco regulatorio necesario y así se concreten las inversiones.

“No se entiende cómo la segunda fuente de energía del país aún no posea el reconocimiento de combustible”, afirma.

Por su parte, Sergio Sáez asevera que este proyecto de ley se limita al ámbito residencial principalmente.

“Esto es de gran importancia, en particular por los efectos en la contaminación de las ciudades del sur, y el aporte que la biomasa puede tener en ser una solución eficaz al mismo. Sin embargo, a nivel de generación todavía estamos al debe”, señala el experto de EBP Chile.

Cogeneración, abriéndose paso

A grosso modo, la cogeneración es la generación simultánea de energía eléctrica y térmica, obteniendo altos niveles de eficiencia.

Considerando sus beneficios, el Programa de Energías Renovables y Eficiencia Energética de la GIZ se encuentra ejecutando el proyecto “Cogeneración en la Industria y el Comercio” en conjunto con el Ministerio de Energía y la AgenciaSE.

La coordinadora del proyecto, Cecilia Figueroa, explicó mediante un comunicado, que esta iniciativa busca fomentar esta tecnología, por lo que se capacitó a profesionales de la AChBIOM sobre el diseño de sistemas con cogeneración, a fin de atender distintas demandas energéticas.

“Esta es una alternativa para reemplazar el uso de combustibles fósiles, en vista al proceso de descarbonización que vive Chile. La biomasa puede ser protagonista en la producción de energía limpia”, dijo Figueroa.

Desde la AChBIOM destacan que la cogeneración en base a biomasa debiera ser una de las principales herramientas para reducir la contaminación por medio de la calefacción distrital, tal como ha ocurrido en países desarrollados como Suecia, Finlandia, Francia, entre otros.

“Estos países han reconocido las externalidades positivas de la biomasa más allá de la mera producción de energía, entendiendo que la energía de la biomasa es el último eslabón de otras cadenas productivas, basadas en la bioeconomía y los bioproductos, así como también en la economía circular a través de la valorización energética de sus residuos”, expresa su gerente.
Compartiendo este punto de vista, Sergio Sáez asevera que poco a poco los proyectos de cogeneración han ido tomando fuerza, ya que la tecnología y el combustible existen.

Sin embargo, explicita que los costos de inversión siguen siendo elevados, lo cual podría beneficiarse de herramientas financieras que faciliten la toma de decisión de los proyectos de consumo.

“La figura ESCO, en esta dirección, es un avance importante y se ha posicionado sin mayor ayuda estatal, pero que requiere ser apoyado para acelerar una implementación más masiva”, precisa el experto en biomasa de EBP Chile.

¿Qué camino podría seguir entonces la biomasa? Una de las apuestas es el desarrollo de Centros Integrales de Biomasa (CIB), modelo de negocio ampliamente utilizado en Europa, cuya principal característica apunta a contar con sistemas de control y aseguramiento de la calidad del producto final y el fomento del negocio, es decir, desde la producción del biocombustible propiamente tal hasta la generación de energía en base a biomasa.

Todo ello enmarcado además en la salida de las centrales a carbón de la matriz, lo que podría representar una oportunidad para el fortalecimiento de la biomasa.

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