Aires de cambio en México

21 enero, 2019
México AMLO

(Montaje digital: Fabián Rivas)

Luego de que en julio pasado Andrés Manuel López Obrador ganara las elecciones presidenciales de ese país, las especulaciones no se han hecho esperar. ¿Qué cambios se podrían avecinar para la industria minera? Regular las concesiones mineras bajo nuevos criterios, asoma como una de ellas.

Por Camila Morales

Revista Nueva Minería y Energía

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El 1 de julio de 2018 Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO, ganó las elecciones presidenciales en México. Con más de 30 millones de votos, el nuevo mandatario se transforma en un precedente por la cantidad de sufragios y por la nueva orientación de izquierda que tendrá el Ejecutivo.

Pese a que hace sólo un par de semanas asumió como mandatario, las especulaciones no se han hecho esperar respecto a las transformaciones que se podrían avecinar para las principales área económicas del país, donde la minería asoma como un pilar relevante, con inversiones de más US$ 4.600 millones en 2017.

Nueva etapa política y económica

Uno de los cambios relevantes que tiene relación con la industria, es la llegada de Gracia Márquez Colín a la secretaría de Economía de México. Académica e investigadora con postgrado en la Universidad de Harvard, la nueva secretaria de Estado ha manifestado que la minería “es una pieza clave para el desarrollo del país”.

Según trascendidos, en esta nueva etapa la secretaría del ramo buscará elaborar una nueva política industrial para el sector, donde el foco esté puesto en los impuestos por extracción de minerales.

“Es muy importante atender a las pequeñas comunidades donde se extraen los minerales, porque pasa esto: se extraen, se causan daños y no se deja el beneficio a las comunidades mineras”, aseguró el presidente de México al momento de presentar su gabinete económico.

Otra de las propuestas que ha generado controversia, es la emanada desde el poder legislativo por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), partido al que pertenece Andrés López Obrador. En noviembre pasado, previo a que el nuevo presidente asumiera su cargo, se presentó una iniciativa que inquietó a los inversionistas.

Se trata de una propuesta que busca reformar la Ley de Minería. El objetivo es entregarla mayores atribuciones al Servicio Geológico Mexicano para regular los procesos de concesiones, poder cancelar permisos y sancionar a las empresas mineras que no cumplan con la normativa.

También se propone que la Secretaría de Economía pueda declarar “zonas inviables de explotación o en conflicto”. En este sentido, la minería a cielo abierto es el tipo de extracción más vulnerable a esta posible nueva regulación por su alto impacto ambiental y social.

Cabe destacar que México firmó hace casi tres décadas un convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el que se comprometió a consultar a los pueblos originarios sobre el desarrollo de proyectos. Sin embargo, hasta ahora las leyes locales sólo obligan a llevar a cabo consultas con comunidades indígenas para proyectos de energía.

Como era de esperar, este anuncio sembró la preocupación en el sector privado, lo que en solo días repercutió en pérdidas del valor accionario de las cuatro principales mineras que operan en México, y en el llamado al diálogo desde los principales organismos gremiales.

Para Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de México, “hay una alta preocupación por una iniciativa que no responde a la realidad y que tiene que ser revisada y estudiada en un parlamento abierto a escuchar a las partes, de tal forma que puedan tener el análisis del sector privado”.

Por su parte, desde la Cámara Minera de México (Camimex) señalaron que la iniciativa fue construida sobre supuestos erróneos. “Desde hace varias semanas hemos tenido reuniones con algunos senadores para establecer un diálogo abierto en favor del desarrollo de esta industria”, detallaron desde la entidad.

No obstante, el gobierno llama a la calma. Abel Hibert, asesor económico de la presidencia, precisó que la propuesta legislativa debe pasar por una revisión “más exhaustiva”. Asimismo, agregó que es necesaria una nueva etapa en la materia, pero que es importante cuidar la estabilidad económica.

De esta manera, los cambios en la industria continúan bajo especulación. Pues, a solo semanas de que el nuevo presidente de México asumiera su cargo, no se han concretado transformaciones para el rubro. Sin embargo, el debate se mantiene entre el sector privado y el Ejecutivo, quienes, por lo próximos seis años, deberán trabajar en conjunto para potenciar una industria fundamental para la economía de México.

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